miércoles, 3 de octubre de 2012

Intervencionismo sentimental



Siguiendo con el tema amoroso, y siempre bajo la particular mirada del director italiano Roberto Rossellini, casi una década después de su particular venganza contra el romanticismo, defenestró el mismo adaptando una cáustica novela de Stefan Zweig. LA PAURA (traducida elocuentemente YA NO CREO EN EL AMOR) se sostiene en su primera parte de la debilidad de su protagonista, una Ingrid Bergman que finiquitaría aquí su relación profesional con Rossellini (la otra acabaría tres años después), la sufrida esposa de un prestigioso médico que mantiene un oscuro affaire y que se verá chantajeada por una extraña joven, lo que despertará no pocas sospechas que desembocarán en un final inesperado y trágico. Sí, más Hitchcock que Rossellini, o menos exploración sentimental y más trabajo de guion; con, eso sí, unos personajes magistralmente dibujados, presos de unos vaivenes que los dejan a merced de sus propios actos, sin aparecer nunca demasiado perfectos o intocables. Con un reparto casi íntegramente alemán, Rossellini factura un film oscurísimo y desesperanzado, donde todo ocurre por puro interés y egoísmo, y en el que uno rastrea las constantes de un cine, el noir más clásico, con unos diálogos que buscan la anticipación por puro instinto de supervivencia. Una película para ver con paciencia y los sentidos muy alerta.
Saludos descreídos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!