lunes, 11 de julio de 2011

Como una ola



Cuatro años después de su realización (y otro minipunto para la ministra...), al fin llegó a nuestras sufridas pantallas PARANOID PARK, de Gus van Sant. Luego duró apenas una semana en cartel... pero ésa siempre será otra historia. En fin, hablando un poco del film lo primero que debo tener en cuenta es que me sorprendió agradablemente esta psicodélica mezcla de skaters, bosques, asesinos accidentales y thriller de investigación. Sin mucha convicción al principio, la impresión es la de estar ante otro ELEPHANT, pero van Sant disipa las dudas con un par de escenas sublimes, la que presenta al parque de patinadores que da título al film, de una agresividad al mismo tiempo mullida y sobreexpuesta, como un mal sueño después de una resaca. Por otra parte, el director de LAST DAYS no se olvida (afortunadamente) de las distancias cortas, y en apenas un par de planos (la insistente interrogación a la que se ve sometido el protagonista) traza con precisión a Alex, al que la cámara parece perseguir en su errático ir y venir. Alex queda fascinado la primera vez que va a Paranoid Park, que no tiene nada que ver con su pequeño mundo adolescente; allí se olvida de sus padres, que se están divorciando, y de su novia, a la que no soporta. Una noche, Alex va solo a Paranoid Park, conoce a un tipo ya talludito que le promete unas cuantas cervezas en un vagón de tren en marcha; hay un terrible accidente (que no desvelaré) y el calvario de Alex comienza, incapaz de decidir si contar lo ocurrido o mantenerlo oculto. En este sentido, el film funciona a varios niveles, de percepción si se quiere, pero también metanarrativos; van Sant realiza su película más experimental aunque no lo parezca, no sabemos si estamos ante un misterio sin resolver, un drama generacional, un collage psicológico o una broma bellamente onírica. De cualquier manera, van Sant sale siempre victorioso, PARANOID PARK pasa volando, refrescante, como un cine visto por primera vez, con la calidez y cercanía que da la falta de pretensiones sumada al esquivo talento de este visionario que (no sé si afortunada o desgraciadamente) nos ha acostumbrado a gruesas paladas tanto de cal como de arena.
Véanla, es de lo mejor del año pese a los cuatro años de espera.
Saludos paranoides.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!