domingo, 19 de mayo de 2024

Rincón del freak #599: En defensa del séptimo arte


 

Ya viene estando bien que cierta parte de la "crítica" (o como se llame) haya logrado un nicho ficticio auspiciando absolutas basuras al calor de su soldada, tanto como la de tantos otros ineptos que comen de esto del cine sin hacerlo, sin catarlo, apenas con tres nociones mal hiladas, pero que se la ponen dura a legiones de otros tantos indocumentados que están encantados de haberse conocido y vertebrar un discurso vacío gracias, precisamente, al lameculismo imperante, que sin haber comprado una sola acción de la empresa se toman satisfechos el batidito de brócoli en un sofá blanco de piel de íbice en una cristalera con vistas al Mojave. He dicho, y añado: FIVE NIGHTS AT FREDDY'S no sólo no es cine, sino que atenta contra esa concepción de forma peligrosa.
Párenle los pies, ustedes que saben más que yo...
Saludos.

sábado, 18 de mayo de 2024

120


 

El chiste se cuenta solo: la de ayer, 135 millones; la de hoy, 15... Propongo y recomiendo una sesión doble entre G+K y GODZILLA: MINUS ONE, poniendo por delante que el contraste es tan irracional, que amenazaría con la continuidad del empleo de miles de ejecutivos inútiles del negocio de "lo último de lo último", que para mí es poco más que "humito brilli-brilli". Otro ejemplo, el oscar a los mejores efectos visuales, dando la razón a quienes hemos exigido la refinación de los efectos analógicos, acaso sirviéndose de imaginativos recursos del digital, que creo que aquí responden todos a un trabajo de fotografía estupendo, que logra un curiosísimo efecto entre retro y actual. El film en sí, además, es magnífico, combinando una narración pulcra que abre y cierra todos los puntos en sólo dos horas, y propone una correspondencia nada maniquea sobre lo que realmente siempre ha venido a significar la figura de Gojira, que es un alegato antinuclear, identificando al monstruo atómico con la infame bomba sobre Hiroshima. Nada de Godzillas buenos y amistosos, estamos ante un hijo de puta terrorífico y p´rácticamente indestructible, alternándolo con la historia paralela de redención de un kamikaze atormentado por la deshonra de haber sobrevivido, y que le perseguirá como un estigma encarnado en esta gran amenaza. La tomemos por donde la tomemos, sea por lo técnico o lo argumental, no tengo dudas en señalar que GODZILLA: MINUS ONE es la mejor hecha hasta ahora sobre esta gigantesca criatura, y espero que signifique ese higiénico punto y aparte en un cine de acción americano agotado, insufrible y repetitivo. No se la pierdan, y si es en pantalla grande, mucho mejor.
Saludos.

viernes, 17 de mayo de 2024

A tomar por saco


 

Es de común acuerdo con unos tiempos tan extraños como éstos, en los que la normalidad consiste en un pacto de no agresión consensuado dentro de su frágil naturaleza, tener el alivio de saber, una vez terminada la función, que "ningún animal ha sufrido daños". Para lo que nos han servido los efectos digitales, además de saber que transitamos la sublimación del facsímil, es para deleitarnos al contemplar la destrucción instantánea del mobiliario urbano histórico, vulgo pirámides o coliseo romano, para que orgasmemos con lo que no es más que acción choni, o cani. Esto es: alarido, guantazo, alarido. Una vez dicho esto, y sabiendo que Kevin Smith ya ha tardado demasiado en hacer un tratado acerca de esta problemática, GODZILLA x KONG: THE NEW EMPIRE sólo funciona cuando no hay diálogos, a lo que contribuye el descubrimiento express (aquí va todo ligerito) de una cultura subterránea que no habla. Esto es lo que es, mucho ruido y muchos golpes, y unos cuantos actores y actrices cobrando el cheque por mirar para arriba. Pero dos momentos cumbre hay: la endodoncia a Kong con música molona de fondo y Godzilla reventando la tacita de plata. Y otra para un meme: los dos titanes en el momento "yogures con cuerda", platicando de Gibraltar a El Cairo como dos vecinas tendiendo cualesquiera...
Ustedes mismos, pero la Toho es más entrañable.
Saludos.

jueves, 16 de mayo de 2024

Perder la razón es cuestión de tiempo


 

Un hombre monta a caballo por el campo. Se detiene, con gesto serio dirige una orquesta imaginaria. Es el éxtasis o la locura de un hombre solo, un viejo director retirado que consume sus días más que vivirlos en un pequeño pueblo de Salamanca. No cree en dios, pero su mejor amigo es el cura; desprecia a su sirvienta, pero estaría perdido sin sus atenciones. Escucha música, pero no encuentra en la vida esa poesía escondida. Justo hasta que en su camino se cruza Goyita, una enigmática niña de trece años, amante de los pájaros, y cuya mirada parece albergar a alguien tan insatisfecho como él, una mujer atrapada donde no le pertenece. Con una caligrafía tan esquiva y desapacible como sus personajes, Jaime de Armiñán construyó EL NIDO intentando evitar unas alegorías sociales que sobrevuelan su devastador guion, lo que me parece su mayor mérito y supone su obra cumbre. En un giro perverso, Armiñán deconstruye el personaje interpretado con enorme sensibilidad por Héctor Alterio, al tiempo que explora a una Ana Torrent inquietante, casi terrorífica, una "niña adulta" perversa y manipuladora, que empuja al pobre enamorado hacia la autodestrucción como si de un acto arrebatado de amor puro se tratase. EL NIDO es una tragedia inversa que podría haber escrito Sófocles, tan finamente urdida que no tiene sentido hablar aquí de tratado sobre la pedofilia, máxime cuando, derribadas las barreras sociales, cada vez dudamos más de quién adoptaría el papel de depredador. 
Modernísimo tratado sobre la perversidad y la inocencia, es una película que sigue crujiendo como un molesto rechinar de dientes, y encuentra la incomodidad como refugio para huir de un posible tratamiento intelectualista que no le hubiese sentado nada bien. Y sólo un desenlace algo abrupto, por previsible, le quita ese pequeño punto para encontrarse con quien debería, que no es otro que Buñuel.
Saludos.

miércoles, 15 de mayo de 2024

El hombre y la máquina


 

Con maravillas como ROBOT DREAMS, virguerías visuales como KOMADA o la sorprendente distopía futurista de MARS EXPRESS, puede que el premio a mejor animación haya sido el más controvertido del festival de Sitges. Pero más allá de polémicas y "palmareses", me fijo en este último título, magnífica ópera prima de Jérémie Périn, que es capaz de superar la inevitable comparación con BLADE RUNNER, obteniendo un cuerpo sumamente atractivo que bebe en lo técnico de clásicos como AKIRA o GHOST IN THE SHELL, mientras enarbola un argumento puramente noir, aunque con emocionantes guiños a grandes clásicos del cine negro e incluso el TERMINATOR de Cameron. Para nada un producto vacío, la historia nos lleva hasta Marte tras la despoblación absoluta de un inhabitable planeta Tierra, donde la detective Aline y su ayudante cibernético Carlos han de encontrar a una informática, poseedora de un descomunal secreto, antes de que una organización criminal se haga con un descubrimiento que podría cambiar la vida de los seres humanos. El film funciona perfectamente en dos direcciones, en una factura técnica impresionante, que adopta maneras del anime futurista hecho a mano, mientras despliega una imaginería netamente europea; al mismo tiempo, su guion no decae con un ritmo frenético aunque inteligible, y culmina en un clímax final casi a la altura de la obra maestra de Ridley Scott, que son palabras muy mayores. 
Lo mejor, este año, no se premió, y sigo dándole vueltas...
Saludos.

martes, 14 de mayo de 2024

Los amigos del misterio


 

De manera totalmente inesperada, se coló en las parrillas de "series del momento" un producto nacional, salido del imaginario del cómico Berto Romero, y que ha supuesto un soplo de aire fresco por varios motivos. EL OTRO LADO supura la médula de lo que una comedia debe tener, que es capacidad analítica con lo que le rodea, pero a ello hay que sumarle una historia que no por trillada ha de ser menos estimulante. A grandes rasgos, nos cuenta la historia de Nacho Nieto, otrora prometedor periodista de lo paranormal, que desapareció de los medios por un polémico suceso, del que sin embargo su arribista compañero supo sacar tajada y convertirse en máximo exponente televisivo, mientras él subsiste con un ínfimo podcast. Sin embargo, un golpe de casualidad reflotará su carrera, y de paso le salvará de un intento (no muy convincente) de suicidio, al afrontar un espectacular caso de poltergeist en un piso donde vive una mujer y su hijo. Jugando permanentemente con las expectativas, Romero logra conjugar una estupenda miniserie de seis capítulos, para mostrarnos la imagen del perdedor, harto de que su honestidad le haya llevado a la ruina, mientras el éxito se lo han llevado los mentirosos y manipuladores. También es, claro, un cuento de terror al uso, con efectos especiales dignos y una ambientación ligeramente retro, que será del gusto de los aficionados más pulcros. Asimismo, la galería de personajes supone un punto fuerte, comenzando por el protagonista, que mezcla algunos arquetipos de lo más singular, el insidioso fantasma del viejo investigador y maestro de Nieto, interpretado con sorna por Andreu Buenafuente, o un glorioso Nacho Vigalondo que clava literalmente a cierto personaje de la televisión, al que no cuesta nada reconocer. Una serie que se ve en un suspiro, y que en mi opinión debería ser referente para futuras producciones similares, apostando por cuidar el guion para elaborar historias críticas en su contemporaneidad.
Saludos.

lunes, 13 de mayo de 2024

Sin pausa


 

Fue al poco tiempo de comenzar la andadura de este blog (qué tiempos aquellos) que apareció [·REC], a la que sigo ensalzando como uno de los tíulos clave para entender el salto de calidad de un cine de género que, sin inventar nada, aprovecha los avances de la técnica sin abusar nunca de ellos. Después de tanto tiempo, es curioso que no volviese a interesarme por esta franquicia, que de hecho, y tan sólo dos años después (2009), regresó con sus mismos dos directores al mando y entregando un producto más que digno, ya no tan sorprendente pero igualmente efectiva, y que retoma justo donde la primera lo dejaba. [·REC2] aboga más por el terror físico por pura lógica, ya que todos sabíamos dónde estábamos y de dónde veníamos. Con un ritmo frenético y unos efectos especiales cojonudos, Balagueró y Plaza lograron el complicado efecto de que nos engancháramos a a trama de aquel edificio en pleno centro de Barcelona, clausurado por lo que parece una plaga que convierte a los infectados en sanguinarios asesinos caníbales. El giro aquí proviene de la inclusión de un sacerdote, cuyo cometido no desvelo aunque puede intuirse sin mayores problemas ¿El porqué de retomar esta serie de películas tanto tiempo después? Que las estoy viendo junto a mi hija, y las está disfrutando tanto como yo entonces...
Saludos.

domingo, 12 de mayo de 2024

Rincón del freak #598: Llega la furroterapia Averyada


 

La película más original, rompedora y bizarra que se ha visto en Sitges es, sin ningún género de dudas, HUNDREDS OF BEAVERS, o cómo preparar una ensalada insólita en la que caben tantas cosas como el cine mudo vertiente slapstick, la comedia absurda, la sátira irreverente o (ejem) el fetichismo vertiente gente disfrazada de animales. Prácticamente sin diálogos, Mike Cheslik se las arregla para llevarnos hasta un mundo sin reglas físicas, hermanado con el Tex Avery más cafre, y sirviéndose de una falta total de prejuicios para contarnos la desquiciada peripecia de un contrabandista de aguardiente de manzana, que se ve en la ruina por culpa del ataque de los malvados castores, que detentan una organización que se la tiene jurada a los cazadores de pieles. Ponernos a desgranar el argumento de esta absoluta locura es absurdo, porque estamos ante una película que es preciso ver sin una sola expectativa, lo que garantiza la sorpresa de no saber qué dirección va a tomar una historia que es deudora de las andanzas del correcaminos y el coyote o un Bugs Bunny posmoderno y hasta consciente de ser poco más que un personaje de ficción, condenado a repetir las mismas acciones una y otra vez.
Es muy rara, y tiene imágenes lo suficientemente perturbadoras como para ser algo más que un simple divertimento, y también puede suponer un interesante punto de partida para un modelo de producción de bajo coste y resultados más que interesantes, Veremos.
Saludos.

sábado, 11 de mayo de 2024

Chicas de hoy en día


 

Algo indefinible le falla a CAREER GIRLS, restándole la frescura habitual a Mike Leigh, su forma de infiltrarse inadvertido entre sus actores y actrices, logrando ese efecto de cotidianidad constante y fluida, que aquí parece extrañamente impostada, porque en principio no me parece que esta historia de amistades y reencuentros lo necesitara. Lo primero que falla es el concilio entre ese juego entre pasado y presente con poco sentido temporal, pues apenas hay seis años de diferencia entre el día en que Hannah y Annie acabaron la universidad y tuvieron que dejar el cochambroso piso que compartían, y su (por qué no decirlo, forzadillo) reencuentro, donde se dan cuenta de lo mucho que han cambiado. Lejos de explorar a sus dos protagonistas, Leigh prefiere someterlas a un incómodo trajín de muecas y espasmos, supongo que para establecer alguna especie de "frontera explícitamente reconocible", pero que sólo vemos interactuar para puntualizar a unos secundarios que son clichés andantes. Ahora bien, el director británico es capaz de invitarnos a dos o tres momentos de hondura emocional, escasos pero que otorgan el empaque que su cine, grande en tantas ocasiones, realmente merece. Será cosa del TOC o algo así, pero no conviene usar el término en un film como éste, donde puedes terminar viendo los créditos mientras guiñas compulsivamente los ojos...
Está bien, poco más.
Saludos.

viernes, 10 de mayo de 2024

Con otro tiempo


 

THE FORTUNE es la típica película que uno no se explica cómo ha podido pasar tan desapercibida, hasta que la ves y encuentras, dentro de su envenenada premisa argumental, un cuerpo que no pertenece a su tiempo. De hecho, diría que el guion de Adrien Joyce (recordemos, seudónimo utilizado como guionista por la actriz Carole Eastman) "brinca" entre varias épocas y, claro, las formas de entender el cine. Parece un slapstick de los años 20, que seguidamente entra en la comedia negra de los 50, pero no quiere perder la perspectiva de un cierto desencanto existencial de 1975, año de su realización. O explicado de otro modo: mezclar a Chaplin, Lubitsch y Wilder para terminar remedando los tics de Woody Allen. Y eso que el casting es perfecto, con unos estupendos Warren Beatty, Stockard Channing y Jack Nicholson, que forman un extraño y destartalado trío, burlando la no menos bizarra "ley Mann", que prohibía sacar a una mujer de un estado si no se estaba casado con ella... ¿?... Todo corresponde a un plan orquestado por el personaje de Beatty, tras seducir a una joven heredera neoyorquina, pero no poder casarse con ella, ya que él está casado; para ello embauca a un pobre diablo (Nicholson) que hará las veces de marido postizo, y una vez en Los Angeles deshacer el matrimonio y el suyo propio y entonces casarse. Mucho enredo en un film al que le cuesta arrancar, y que se aprovecha de la vis cómica de Channing, perfecta como esa pobre niña rica que no se entera de nada, justo hasta que el film vuelve a virar hacia un desenlace que me parece que no corresponde con el tono jocoso que hemos estado viendo. Es esa ensalada de emociones la que deslavaza el montante y resta importancia a una película que supuso un batacazo considerable para Columbia, aunque su protagonista femenina obtuvo una nominación a los Globos de Oro. Incluso creo que gana enteros vista hoy día, al menos si se la puede despojar de todo buenismo, pues el título debería haber sido "Entre cabronazos anda el juego"...
Saludos.

jueves, 9 de mayo de 2024

Transgredir no es educado


 

Si para algo sirve ver hoy día ONE NIGHT STAND, de 1997, es para entender la enorme cantidad de trabajo que se ahorran las plataformas para poner en circulación su torrente de productos. Más allá del tono habitualmente apesadumbrado del cine de Mike Figgis, es llamativo encontrarse con una no-estructura, que no achaco tanto a una mala escritura de guion, sino a un incomprensible horror vacui, donde igual da abrir con una comedia urbana, para continuar con un drama romántico, un lienzo (ya por entonces) inclusivo-progresista, costumbrismo de sitcom y hasta experimentación formal a lo Altman. Todo eso cabe en una película de tono rarísimo y un casting más raro aún, con Wesley Snipes antes de evaporarse (creánselo: por esto ganó en Venecia), una Natassja Kinski a la que Figgis le resta exotismo y aporta abulia, o un Robert Downey Jr. que por entonces no disimulaba sus adicciones y construye un homosexual que ni siquiera lo parece. Lo que parece es una de vidas cruzadas, pero las casualidades son tan extremas que es imposible defenderlas, y su amplitud de miras esconde un sospechoso conservadurismo fiduciario de creernos dichas arbitrariedades. Eso sí, como episodio piloto del último lanzamiento de Netflix sería una maravilla, porque nos conformamos con poco y porque sólo recordamos lo que nos conviene...
Saludos.

miércoles, 8 de mayo de 2024

Yameacuerdo


 

No nos salen bien a los españoles las "felliniadas", por ese extraño, también irreprimible pudor que nos da al descoser nuestras memorias sentimentales, lo que nos lleva a aliñarlas con rombos, monolitos horizontales y otras memeces. A buenas intenciones no nos ganan, que es otorgarle el bordón de adultez a un niñolabas dejándole fumar, especiándole el agua con cariñena o escenificando cursis estilemas gongorianos en lo que no es más que elusión del entremés jupiterino. Yo la culpa aquí se la echo más a Juan Tébar, que siempre ha sido muy bueno pintando de sepia los párrafos, pero en imagen se le acomba la nostalgia para el serial con picatostes. Aun así, Jaime de Armiñán logró armar una película digna, más que nada por imponerse al triple órdago de enseñar a Ana Belén en pelotas, meterla en la cama con un adolescente y (lo que es más difícil) buscarle un romance con un republicano exiliado, cocinero y exseminarista, interpretado con estoicismo por Fernando Fernán Gómez. EL AMOR DEL CAPITÁN BRANDO se deshilacha al emparentar dinámicas tan alejadas, y se queda como un "cachitos" de títulos más férreos y rabiosos. Sin embargo, hay algo que la hace funcionar, a trompicones, pero con esa misma ingenuidad que traspasa al chaval que se encoña con la maestra y quiere ser mayor de repente, ensayando la mandíbula de Marlon en posters de su cuarto segoviano. 
No es una gran película, pero tampoco parece pretenderlo, y sí una curiosidad que nos da para flagelar nuestras dormidas libertades de hoy mismo.
Saludos.

martes, 7 de mayo de 2024

Cañella pilopitrópica


 

Pregunta de enjundia, incómoda, puñetera ¿Es para tanto THE BOYS? Si has leído el cómic de Garth Ennis, no; en caso contrario, corres el riesgo de perderte una de las mejores series (por inesperada) de los muy últimos años. THE BOYS merece la pena, por supuesto, por su irreverencia, gusto por la hemoglobina gratuita, sexo guarrindongo y todo lo que huela a incorrección política; y no tanto por ser (que también lo es) una demoledora crítica al American Way of Life, vertiente supermongolos en mallas, sino por explicitar, al fin, en una pantalla lo que el cómic (entendido como arte) lleva décadas sublimando verbigracia de una pléyade de escritores más emparentados con la contracultura que con el stablishment. Cierto que, llegado el momento, la serie echa una miaja el freno, pero ello no nos priva de algunos de los momentos más delirantes de la televisión, a cargo de unos entrañables psicópatas como el terrorífico Homelander, el ultraviolento Billy Butcher o todos y cada uno de los arquetipos superheroicos, que encuentran aquí su versión más destroyer (un Aquaman zoofílico, una Wonder Woman bisexual o un Flash enganchado a cierta sustancia). La premisa argumental es sencilla: ¿alguien cree que un grupo de chiflados con superpoderes no nos miraría por encima del hombro? Los primeros en sacar provecho, Vought, mastodóntica corporación encargada de explotar a estos "seres superiores", llegando a convertirlos en mercancía, protagonizando sus propias películas y realities, y planteando la inquietante reflexión de los límites del ser humano como negocio en sí.
En definitiva, una serie que marca un antes y un después en el audiovisual por su audacia, pero también por una producción con grandes estándares de calidad. A la espera de su inminente cuarta temporada, culto total...
Saludos.

lunes, 6 de mayo de 2024

El círculo de la vida


 

En Sitges también hubo animación, y una de las propuestas más exóticas fue FOUR SOULS OF COYOTE, de la que me reservo el título original por ser el húngaro un idioma tal que sí. No debería ser un problema, pero estamos ante un film húngaro que basa su argumento en una leyenda nativa-americana, por lo que hay que hilar fino. Lo mejor, un aspecto técnico bien cuidado, que mezcla 2D y 3D, y que ilustra convincentemente esta epopeya ecologista, bienintencionada, pero irremisiblemente rutinaria, sobre todo a la hora de hacer avanzar un guion que hemos visto cientos de veces. En este caso, la excusa proviene de una multinacional sin escrúpulos, dispuesta a destruir una montaña milenaria, a través de cuya historia original conoceremos la difícil armonía entre la naturaleza y los hombres, siempre mirados con recelo por los animales desde que el pérfido Coyote decidió modelarlos. Curiosamente, es menos adulta de lo que aparenta, y más discursiva que dinámica, por lo que sus casi dos horas pueden resultar poco gratificantes, y sólo la recomendaría a completistas muy curiosos.
Saludos.

domingo, 5 de mayo de 2024

Rincón del freak #597: Colmillos de plástico


 

Rareza con ínfulas, exploitation bouquet, colgadera etílica o simple marraneo gabacho. Si la hubiese hecho Jesús Franco estaría muy bien hecha, pero igual me recuerda a algún highlight de Mariano Ozores. La única película dirigida por Pierre Grunstein, productor de cine patatero, erotómano consumado y oportunista ocasional, es ese tipo de películas que aquí se pasa en horario infantil por motivos ignotos, pero en el país de la baguette acumula paladas de ostracismo por cuestiones que pasamos a detallar. Desde el título, TENDRE DRACULA, intuimos el cachondeo desde el bizarro arranque, con dos tipos desaseados corriendo por una especie de estudio con el reprise de Benny Hill, hasta que su jefe les ordena, cuales Mortadelo y Filemón, a visitar a un mítico actor que ha perdido la chaveta, adoptando la identidad del vampiro que lleva décadas interpretando ¿El motivo? Da igual. El motivo es ver a Peter Cushing travestido (al fin) de Christopher Lee, mientras disfrutamos gratuitamente de la anatomía de señoritas varias, entre ellas una supono que engañada Miou-Miou. Mezcla lisérgica entre LA SOMBRA DEL VAMPIRO, EL LIGUERO MÁGICO y un videoclip de los Residents, es una ida de olla netamente situacionista, como si se hubiera rodado en una reunión de colegas borrachos; pero como es francesa, elude el desastre con algunas escenas imaginativas y/o postales de gótica urdimbre. 
Es rara, soez y tampoco tiene mucha gracia, y no invitaría a nadie a verla, so pena de perder su amistad o algún miembro amputable...
Saludos.

sábado, 4 de mayo de 2024

Las tradiciones


 

¿En qué momento una película que funciona decide abandonar ese tono entre jocoso y sangriento, para engrosar la inacabable lista de slashers previsibles? Alguna explicación debe estar en la naturaleza misma de THANKSGIVING, último film de Eli Roth, que se desnorta en cuanto se expande más allá del corto que Roth filmó en 2007 para acompañar las proyecciones de aquel "Grindhouse". Aquello duraba escasos dos minutos, el arranque de este largo llega hasta unos divertidísimos y gloriosos quince, justo lo que necesita para poner en imágenes el asalto de la enfervorecida muchedumbre a unos grandes almacenes en pleno Black Friday. El desenfado de esta primera escena es lo mejor de un film que luego, y pese a algunas soluciones imaginativas, no deja de ser más de lo mismo, con mejor envoltorio, sí, pero con un desarrollo tan perezoso como la gran mayoría de títulos similares.
Saludos.

viernes, 3 de mayo de 2024

Transitando las épocas


 

¿Se puede bordear el género? ¿Abrazarlo como último recurso para encontrar calidad en lo comercial? Son preguntas pertinentes en estos últimos tiempos tan convulsos, donde el mainstream revive gracias a los recursos provenientes de las plataformas televisivas, mientras se perciben interesantes esquirlas de lo autoral en cineastas cuyo talento está asimismo supeditado o tampoco da más de sí. Hoy día hay cientos de ejemplos de esto, y creo que IMMACULATE lo representa con claridad meridiana. Es una producción americana, pero se quiere presentar como netamente europea, hurgando en las claves del giallo pero sin terminar de someterse a sus reconocibles paradigmas. Los misterios encerrados tras los muros de un siniestro convento italiano deberían haber dado bastante más de sí, bien por lo interesante de su excusa argumental (unos crímenes que podrían ocultar un espantoso secreto), o por su crudo tratamiento de un gore bien entendido y dosificado, que estalla en su impactante parte final. A Michael Mohan lo conocimos con THE VOYEURS, donde ya se vio un potencial incomprensiblemente desaprovechado, y ya allí despuntaba una desconocida Sydney Sweeney, hoy nombre imprescindible, que no me parece una gran actriz, pero sí una presencia más que interesante para este tipo de films que demandan más vigor que sutileza.
No es ninguna maravilla, pero es lo suficientemente entretenida para no desecharla por completo.
Saludos.

jueves, 2 de mayo de 2024

Magia potagia 8


 

Al final todo era campo. No hay una sola línea de la saga del mago con lentes redondos que no siga al pie de la letra todo el itinerario canónico de las historias de aventuras juveniles. Se le puede insertar cierta épica, una pizca infinitesimal de romance o un templado gusto por el chispazo gótico-imberbe, pero el mapa y los movimientos están ahí, extendidos como un manual del escritor genérico, primero, y del guionista asalariado, después. La única excepción que atribuyo a HARRY POTTER AND THE DEATHLY HALLOWS Pt. II es, además del alivio doble de saber que es el final-final y que, sorprendentemente, es la más corta de toda la saga, imagino que recae en un final apoteósico, donde al fin vemos un despliegue de medios que hace justicia a sus ínfulas de gran superproducción. Más allá de eso, hay pocas sorpresas más allá de lo apuntado, y los contadísimos momentos "de seriedad" son meros flirteos con la madurez de un personaje terriblemente encorsetado por motivos de serialidad comercial. Incluso ese gran e inimaginable giro de guion del desenlace parece sobreexplicado, cuando no es difícil intuirlo a lo largo de otros capítulos. Al menos supone un intento decente de subvertir el susodicho manual, claro.
Reflexión general: no es para tanto...
Saludos.

miércoles, 1 de mayo de 2024

La identidad doliente


 

Título insólito, pero también incontestable, de nuestro cine, a más de 50 años de su estreno, MI QUERIDA SEÑORITA sigue siendo un objeto extraño, casi un inserto proveniente de una dimensión alternativa, a la que uno, claro, no puede resistirse. Orbitando del costumbrismo a lo surreal, con golpes de una sensibilísima comedia melancólica, el desarmante guion de José Luis Borau y el propio de Armiñán pone a prueba muchas de las convicciones inamovibles de un cine español que intentaba desperezarse contestatariamente. Estructurada en dos partes tan diferenciadas como complementarias, nos sitúa en una típica ciudad de provincias, donde vive Adela, una mujer pasados los cuarenta, solterona, de modos beatos, cuya cotidianidad da un vuelco inesperado, aunque (en una escena especialmente antológica) lo físico queda supeditado a lo psicológico, e incluso lo emocional. Por mucho que deba resistirme a desvelar ese motivo principal, tan finamente hilvanado que supera hasta lo más obvio, no puede pasarse por alto la lección magistral de interpretación de José Luis López Vázquez, en una de las cumbres en cuanto a transformación genérica, que en otras manos iría irremisiblemente al ridículo, pero ha quedado como antología viva de imperceptible sutileza. 
Imprescindible film, moderno y arrojado, y que interpela simbólicamente a un país que clamaba una liberación tan lejana e inalcanzable.
Magistral.
Saludos.

martes, 30 de abril de 2024

¿Nuclear sí?


 

Culmino hoy el repaso a una pequeña aunque importante facción del cine australiano de género, y lo hacemos con un curioso título de 1984, que mezclaba nada menos que una comedia romántica juvenil con el trasfondo de una guerra nuclear que estalla en Europa. Lo cierto es que la mayor parte de ONE NIGHT STAND se decanta por explotar la primera vertiente, con un cuarteto protagonista que transmite energía y jovialidad, en un puñado de escenas que flirtean con el videoclip involuntario; de hecho, hay un inserto de un concierto de los míticos Midnight Oil, pertinente por su conocida militancia pacifista y ecologista. Hay algunas soluciones de puesta en escena interesantes, con el cine en el que los protagonistas quedan aislados sirviendo como lienzo discretamente intencionado, llegando a usar extractos de la METROPOLIS de Lang, que posteriormente son recreados por un John Duigan que completaba aquí su cuarta película, y que luego tuvo una larga pero irregular carrera, siempre a caballo de Australia, Reino Unido y un Hollywood donde tuvo algún éxito comercial. Este film no pasa de ser una curiosidad con cierto sesgo de culto (ganó a la mejor fotografía en Sitges), pero luego hemos visto propuestas similares con mayor enjundia y menos candidez.
Saludos.

lunes, 29 de abril de 2024

El podcast


 

Otro de los muchos debuts que se vieron en el pasado Sitges fue MONOLITH, interesante propuesta proveniente de Australia, a la que termina lastrando la imposibilidad de sobreponerse a su ajustadísimo presupuesto (medio millón de dólares), apostándolo todo a la esforzada interpretación de Lily Sullivan, que se las apaña sola para sostener un ingenioso guion, que no obstante se va desinflando a medida que toca concretar su misteriosa trama. La (única) protagonista es una periodista de la que sabemos que ha sido expulsada del periódico donde trabajaba, a causa de una controvertida información sobre un personaje particularmente influyente; la única oferta de trabajo que le llega es para poner en pie un podcast sobre casos misteriosos, para lo que se recluye en la lujosa casa de sus padres, aprovechando que están de viaje. Nada más comenzar, y sin saber muy bien cómo encontrar contenido, recibe un enigmático correo anónimo, que la insta a llamar a un número de teléfono. Tras hablar con una mujer, ésta le hace una extraña confesión, con un elemento que desatará una irresistible obsesión, y que gira en torno a un misterioso ladrillo negro con unas inscripciones indescifrables. Casi todo el film trata sobre esta investigación, a base de llamadas telefónicas, y el artefacto funciona mientras nos vamos sumiendo en una trama que oscila entre lo que puede ser una gran revelación o un soberano fraude. Se echa de menos, sin embargo, un poco de aire fresco en un desarrollo que huele a encerrado y queda como un gigantesco monólogo, que culmina en un final que personalmente encuentro decepcionante, al no estar a la altura de sus ambiciones textuales. Aun así, un más que interesante debut.
Saludos.

domingo, 28 de abril de 2024

Rincón del freak #596: Lo sobrenatural es haberla hecho


 

Que algunas veces veo cosas que no logro explicarme es algo que he repetido miles de veces en los muchos años que lleva el blog en funcionamiento, y no sé por qué iba a cambiar ahora... IMPURATUS es una cosa que rezuma mala espina desde el vamos, con una pinta a serie K (algún día explicaré qué es la serie K) que tira de espaldas, diciéndote "no lo hagas, no lo hagas", para acabar frente a un ejercicio de aficionado que quiere ser director de cine, y que lo alarga hasta las dos horas y cuarto sin que se sepan bien los motivos. El argumento, así leído, no es tan terrible, y nos pone en situación más o menos en los años treinta (es difícil saberlo por lo random del vestuario), cuando un detective es requerido en un sanatorio mental, donde un señor muy mayor que luchó nada menos que en la guerra civil americana no para de citar su nombre (el del detective), aunque al llegar hará un descubrimiento aún más macabro. Y hasta ahí lo bueno, porque el resto es insufrible. Ni un Tom Sizemore sobrepasado y dando penica (fallecería al poco tiempo), ni un maquillaje de barraca de feria, ni un terror que no puede dar terror porque hay parlamentos de varios minutos, ni unos secundarios de escaso fuelle, ni unos sustos de piloto automático. Nada hace que valga la pena afrontar estos 145 minutos de fotografía oscurísima, supongo que para disimular la carestía de medios, por lo que les prevengo una vez más para que no cometan la misma estuidez que yo...
Saludos.

sábado, 27 de abril de 2024

Magia potagia 7


 

Alguien tuvo la feliz idea de culminar esta saga con un episodio doble, que ya un leño de más de cinco horas habría sido excesivo para según qué retinas. Así, HARRY POTTER AND THE DEATHLY HALLOWS. Pt. I tiene toda la apariencia de enseñarnos el verdadero camino que quería recorrer J.K. Rowling de haber sido una escritora más dotada e imaginativa: el farragoso e incluso incómodo tránsito de la cándida niñez al descreimiento adulto. Como tampoco se cuenta con el mejor ni el más personal de los cineastas, el resultado es un film extraño y desarticulado, como hecho a empellones. Es decir, <aventura*pausa*reflexión*descubrimiento*atrevimiento[con reservas]*pausa*asombro*lágrima fácil=film preámbulo con descaro de perfume sobrevalorado>. Los personajes, como en estado de drogadicción, pasan de un pico emocional a otro, haciendo honor al tono folletinesco de toda la saga, y obteniendo apenas un par de momentos de cierto interés visual por el trabajo de un Eduardo Serra al que se le nota maniatado. Una lástima, porque el enfurruñamiento juvenílico ya no tiene sentido a estas alturas, y no puedo comprender un conservadurismo tan rancio y autolimitador. Con todo, me sorprendo a mí mismo diciendo que no está tan mal, al menos como divertimento pasajero.
Espero culminar sin sobresaltos la semana que viene...
Saludos.

viernes, 26 de abril de 2024

Mugre


 

La mugre es más que suciedad, casi un elemento visible y autónomo que se arrastra por las paredes, impregnando un aire que parece viejo y marrón, que se pega a los sillones asfixiados, queda a merced de un suelo pegajoso y culmina en una ristra de vasos amarillos de baba. Sólo hay dos caminos hacia la mugre, o se rechaza en imperdonable arcada, o se abraza en la celebración de los sentidos anulados, con la certeza de convertirse uno mismo en parte de ese festín de decadencia y corrupción. En este siglo XXI, tan dado a las lejías y ceramismos de la "imagen-asepsia", me parece que pocas películas vamos a ver como DER GOLDENE HANDSCHUH, inesperadísimo (al menos por mi parte) retrato de un infraser, o como queramos llamarlo, que vivió realmente, y cuya truculenta historia fue plasmada primero en un libro, tomando el nombre del infecto tugurio donde Fritz Honka pasaba el tiempo emborrachándose y buscando mujeres desesperadas por una copa de aguardiente. Nunca me ha entusiasmado el cine de Akin, siempre con un punto de pedantería propia de principiantes con ínfulas, pero aquí el cineasta, de origen turco, consigue un demencial y complicado equilibrio entre la crudeza de una puesta en escena radical (llegando a mostrar un asesinato en larguísimo plano secuencia) y un rigor casi obsesivo por visibilizar un tiempo y un lugar (los años setenta en un depauperado Hamburgo) que tienen tanta importancia como su terrible protagonista, que la posteridad conoció como "el destripador de St. Pauli". Película incómoda, incluso desafiante en su interludio central, pero trufada de imágenes que se quedan impregnadas como el hedor que literalmente parece desprenderse del ático de los horrores. Mención especial al joven actor Jonas Dassler, que con apenas 25 años realiza un trabajo de transformación brutal, enmarcando en esa mirada perdida a un monstruo inescrutable, y por tanto aún más aterrador.
No sé si recomendarla por ser de visionado especialmente duro, pero a mí me ha parecido un descomunal film de algo que va más allá del horror, y que no sé dar un nombre ajustado. 
Saludos.

jueves, 25 de abril de 2024

La casa es nuestra


 

Parece inevitable rastrear (olisquear me parece más correcto) influencias harto evidentes en la supuesta provocación ultratransgresora de SALTBURN, que finalmente se queda en un correcto pero amanerado ejercicio de estilo, de los que dan lustre a una plataforma pero buscan el Ventolín en salas. Por aquí asoma una mijita, poca, del Ripley de Patricia Highsmith, aspira a estilizar lo ya hiperestilizado de Pasolini en TEOREMA, sólo para quedarse en hermana menor de aquella sublimación de lo retorcido que era EL SIRVIENTE, de Losey. En las tres comparaciones el segundo trabajo de Emerald Fennell desfallece, y ni es tan perversa, ni tan impactante, y ni siquiera ajusta su tendencia al formalismo hueco (y hosco), por mucho que la fotografía de Linus Sandgren oscile entre el rigor y la fascinación. Ahora bien, bajándola al suelo y opinándola desde el entretenimiento de calidad, SALTBURN gana enteros y es eso, un film que nos quiere descubrir a esa "directora prometedora" que a lo mejor un día, como el chirriante antiprotagonista interpretado por Barry Keoghan, puede disputar un partido en las grandes ligas. Hasta entonces, la plataforma manda...
Saludos.

miércoles, 24 de abril de 2024

Tocar forma


 

NEXT OF KIN, de 1982, es uno de esos casos irritantes en los que uno ve un film muy bien "hecho", pero donde se manifiesta una desesperante incapacidad para hacer avanzar un relato, por otra parte, ni tan siquiera original. Su exasperante ritmo parece producto de la fascinación de su director y guionista (un Tony Williams que sólo rodó dos largos) por capturar de alguna forma la siempre escurridiza (por evidente) atmósfera del giallo, ciñéndolo a una sucesión de planos en cámara lenta, actuaciones desorbitadas y deliberadamente antinaturalistas, y un trabajo sonoro tan estridente como imaginativo, al que habría que sumar la banda sonora del mítico fundador de Tangerine Dream Klaus Schulze, con una característica paleta que siempre me ha parecido adecuada para este tipo de cine. El problema es, ya digo, la historia, por trillada y por mal contada. No sé si les suena, pero esto era una joven que hereda un caserón que funciona como residencia de ancianos; al poco empiezan a diñarla yayos sin explicación, y la chica sospecha mucho, pero nadie cree que sean muertes provocadas, básicamente por una cuestión de edades. Al final hay sorpresa, y al menos un poco de terror canónico, eso sí pasado por el tamiz de un Argento o un Fulci; pero claro, hablamos de los últimos veinte minutos en un total de 90.
Ganó el premio a mejor director en aquel Sitges, y hay quien la considera de mucho culto. No sé yo...
Saludos.

martes, 23 de abril de 2024

Princesa equivocada


 

Iniciamos aquí un repaso que me parece de justicia, acerca de la figura del recientemente fallecido Jaime de Armiñán, figura clave del cine de la transición, siempre en eterno conflicto entre sus inquietudes cinematográficas y la obligación de contentar a un público que demandaba productos facilones. Y el mejor ejemplo de esto es su debut en cine (tras una larga y exitosa carrera en televisión), CAROLA DE DÍA, CAROLA DE NOCHE, que venía a ser el gran título que impulsaría a una nueva Marisol, intentando dejar atrás su faceta de estrella infantil, pero que demostraba la imposibilidad de tomársela en serio, circunscribiéndola a una especie de híbrido imposible entre la estrella pop en ciernes y la folklórica que se intuía antes. Con un guion demencial, que pretendía revitalizar las bondades de un franquismo con síntomas de podrido, alguien pensó que Pepa Flores podría ser una Ninotchka invertida (porque aquí es una aristócrata de país del Este), o aún peor, una princesa un poco como la Audrey Hepburn de VACACIONES EN ROMA, con la dificultad de ver a aquel Gregory Peck "incarnato" en aquel cetrino y patidifuso Tony Isbert. Abundan los numeritos (a cual más sonrojante) entre el music hall y la vanguardia naif de Richard Lester, que aquí, por ejemplo, entendió bastante mejor Vicente Aranda. Hay que entender que es un film mutilado, completamente sometido a los requisitos de una estrella por moldearse, y cuyos pocos momentos que la pueden salvar del desastre provienen todos de la inacabable ristra de cameos, porque una vez más los secundarios brillan por inercia propia. Menos mal que Armiñán pudo demostrar que era un cineasta dotado de una visión propia y, como veremos, interesantísima.
Saludos.

lunes, 22 de abril de 2024

Madre no hay más que una


 

AMELIA'S CHILDREN es una película que pudo verse en Sitges y que parece más una decisión inoportuna de alguna productora que el film de autor por el que se quiere hacer pasar. Partiendo de una interesante premisa, su inconcebible desarrollo la va desinflando hasta llevar sus momentos más inquietantes hasta un terror chusco y previsible. Tras un preámbulo terrorífico pero que actúa como uno de esos trailers destripadores, nos vamos de Portugal hasta Estados Unidos, donde un joven que fue adoptado siendo un bebé descubre que sus raíces están en una apartada villa portuguesa. En un abrir y cerrar de ojos, viaja hacia allí junto a su pareja, descubriendo que en el lujoso caserón le espera un hermano gemelo y su decrépita madre, con un aspecto aún peor que su estado mental. Sin querer adelantar nada más, es llamativa la diferencia entre los momentos oníricos, de pura y bella fotografía, que parecen pertenecer a otra película, y no a este folletín sin pies ni cabeza, que llega a flirtear con la comedia involuntaria. O lo que es lo mismo, un film formalmente depurado pero cuyo argumento no es más que un refrito de tantos otros títulos, que van viniendo a la cabeza indefectiblemente. 
Primer largo en solitario de un joven cineasta con una larga trayectoria como documentalista y director de cortometrajes. Habrá que esperar un salto de maduración.
Saludos.

domingo, 21 de abril de 2024

Rincón del freak #595: Depende ¿De qué depende? De donde pende...


 

SLAUGHTERHOUSE SLUMBER PARTY, o la película de la que Jess Franco se sentiría orgulloso. El film que haría removerse en un waka-waka salvaje al mismísimo Roger Corman. La cinta que lubricaría los sueños de Russ Meyer... La realidad siempre es más triste que las expectativas, y esto es apenas una broma filmada en video por un grupo de jovenzuelos que se marca como reto hacer cosas a coste -1. Aun así, aunque sólo sea por la falta de pretensiones y el humor de garrafón, no es lo peor que uno puede ver, y sí la constatación de lo que ha cambiado el concepto de cine Z, posiblemente porque cualquiera con un Iphone puede ponerse a hacer sus mierdas, editarlas y hasta venderlas, por lo que el obstáculo económico queda más que solventado. Pero bueno, en contexto: unas chavalas hacen una fiesta de pijamas con mucho alcohol y poca ropa. Una de ellas invita a una con cara de pirada, cuya intención es realizar un ritual satánico, matarlas a todas y luego destruir el mundo empezando por el vecindario. Cosas a valorar: desnudos integrales de chicas con cuerpos normales y corrientes, chistes malos a costa de lo imbéciles que son los tíos, pedos en la cara, vomitos del más allá, pasarse la cuarta pared por el forro del chumino y alguna careta de goma rivalizando con un tiburón fantasma o una canina enana que se te mete por el culo... Todo eso y también una señorita que sólo hable ruso y una celebración del amor lésbico-langostero. 
A los tres de arriba les habría hecho felices.
Saludos.

sábado, 20 de abril de 2024

Dulzaina de chamusca


 

NAPOLEON es la última película hasta el momento de Ridley Scott. Y creo que bastaría esta frase para ponernos en contexto, tener claro a qué artefacto nos enfrentamos, y sobre todo qué y qué no podemos pedirle. Podemos pedirle intensidad, oficio, espectáculo, perspectiva, y todo nos lo da, incluso en una medida en la que veo muy pocos directores actuales capaces de hacerlo. Por contra, no deberíamos pedirle coherencia, don de la oportunidad o humildad, porque este destartalado biopic no lo da. Con formas puramente clásicas, Scott se pone las zapatillas y el chándal y esparce brochazos de jovialidad, cuando no directamente un humor forzado en situaciones incómodas. Los actores están bien, pero como el ejército napoleónico, dan la impresión de esperar instrucciones mientras ya se está rodando. Las batallas son espectaculares, claro, pero nada que no hayamos visto en alguna otra parte. El tono general, insisto, es un extraño cruce entre apesadumbrado y bufonesco, y tiene alguna escena de las que uno no quiere ver junto a una madre o una hija, básicamente por inoportuna. Por último, del rigor histórico ya hablamos otro día, porque si directamente te la pela no entiendo el emperre en hacer una película con una carga histórica tan fuerte, no sé. Ridley Scott retratando a un megalómano... 
Saludos.

viernes, 19 de abril de 2024

El poder del cine


 

Quizá no era tan buena, o quizá no era tan mala. CERRAR LOS OJOS es un milagro. Un milagro que Erice haya levantado una película treinta años después. Pero también un milagro de imágenes, de conformar una historia donde no la hay, de abandonarse y abandonarnos a la luz, que la luz se haga milagro. Qué nos importa a estas alturas si habla de esto o de aquello, seamos felices antes de que la sala se quede a oscuras, porque luego no habrá ya nada. Milagroso el destello de humanidad, de creencia, de fe en el ser humano. Para ello una película chusca, afectada, inacabada, yo creo que ni película, más bien un retazo de memoria que existe por la luz. Ahí está la historia que quiere contar Erice, suspendida en un alambre fino y frágil, mirando seria a lo ridículo de esta era de la saturación con la paciencia de un hombre que ha observado para permitirse el lujo de olvidar. Es irse para quedarse, es perder para encontrar, y es el significado del amor que se mantiene imperturbable, el de la amistad que no sabe de barreras ni tiempo. Quien esperase una película perfecta va aviado, porque esto es otra cosa. Lo voy a decir otra vez: un milagro.
Y un lujo.
Saludos.

jueves, 18 de abril de 2024

Testostebroma


 

Difícil entonar un juicio justo sobre un film como THE IRON CLAW, en el que Sean Durkin vuelve a remover los géneros para extraer filamentos ocultos, indagar en los entresijos de lo que aceptamos sin pestañear, por trillado que nos resulte. La historia no me interesa, porque toda la parafernalia de la lucha libre me resulta refractaria, cuando no directamente afectada, como si trasplantáramos a las marmóreas damiselas proustianas en el cuerpo deforme de garrulos desorientados. Una vez aceptado esto, queda la historia personal de la familia Von Erich, que formaban un clan de luchadores a la sombra de su psicopático y controlador patriarca. Aquí lo que patina es la inexcusabilidad de la biografía, que condiciona la mutabilidad de un relato al que le cuesta moverse, obtener dinamismo y de ahí algo de verosimilitud. Queda, por tanto, el tono, extraño, mortecino, desapasionado en una colección de rostros cansados y coreografías preocupadas como una declaración sin signos. Durkin me gusta como director, su cine es más europeo que americano, más cerca de Fassbinder que de Hal Ashby, y sus cantones no estiman precisamente a ojos acomplejados, porque les va a exigir dedicación, pero también conocimiento, memoria cinéfila. Esto no tiene nada que ver con ROCKY, pero tampoco con aquel THE WRESTLER, y su tragedia no quiere saber nada de heroísmos, sino de voluntades quebradas hasta el límite. La lucha como forma de ganarse la vida, y un cinturón cuyo dorado es como hojalata bañada en caramelo.
La peor hasta ahora de su autor. Para nada una mala película.
Saludos.

miércoles, 17 de abril de 2024

Feliz en tu día


 

Siguiendo el repaso en las Antípodas, nos encontramos con ALISON'S BIRTHDAY, única película dirigida por Ian Coughlan, que presenta un curioso cruce entre el imaginario de THE WICKER MAN o ROSEMARY'S BABY, y que escapa por los pelos de ser un exploitation gracias a un par de giros interesantes en su guion. El film arranca con la Alison del título en una "inocente" sesión de ouija, a sus dieciséis años, que termina trágicamente con la muerte de una amiga, pero que antes le da un extraño aviso "desde el más allá": que no celebre su 19º cumpleaños en su casa familiar. No quiero revelar mucho más, teniendo en cuenta que el tronco argumental parece más que claro desde el principio, pero me interesa más reivindicarla por la influencia que ha tenido en títulos posteriores (incluso recientes) y que han obtenido unos parabienes que me parecen exagerados. Hablo, por supuesto, de TALK TO ME, también australiana, y que prácticamente fagocita todas y cada una de las ideas fundamentales de este pequeño pero muy interesante film de 1981, hoy día muy olvidado pero que es una muestra preclara de un terror basado en las muchas distorsiones de la realidad y cómo ello puede hacernos dudar hasta de nuestra propia identidad.
Una curiosidad a rescatar.
Saludos.

martes, 16 de abril de 2024

Magia potagia 6


 

Crónica de (ahí va) HARRY POTTER AND THE HALF-BLOOD PRINCE. Siento la necesidad imperiosa de ser post en este post. Como liberación, sin saña, con estilo ¿Qué pinta esa cantidad ingente de chavalería en los pasillos de Hogwarts? Deambulan de aquí para allá, pero no interactúan, no importa su presencia. Los profesores sólo se dirigen constantemente a los mismos siete u ocho, como si el resto no mereciese su atención ¿Por qué no comen, pero hay esa ostentación del banquete? Bancadas inacabables, cubertería isabelina, fontachas de fruta esculpida en cerumen; pero diez minutos y todo el mundo al sobre. Ahora lo entendemos, la propia autora ha descubierto su indefendible puritanismo de mesa camilla, pero rechina ver ¡sólo! a la feminidad arrobar ojitos orgásmicos ante imberbes imperturbables. El ensalzamiento de lo heteronormativo de toda la vida, pero sin períodos que manchen ni pus occipital, porque es hidromiel insípida, nunca ale intraherrada y tropezona. Y lo peor, pero ya desde el principio, para que vean si he transigido incapacidades ¿Si todos saben que los malos son malos, porque todos gastan cara de hemorroide finisecular y aguja protogótica desde la cogota, a qué la indulgencia, vulgo imbecilidad a voz en grito?... Probablemente, tanto en literatura como en cine, esta saga sea un relleno insoslayable, pero lo inconcebible es que conmine al sesteo más mocarrero...
He dicho.
Saludos.

lunes, 15 de abril de 2024

Juego de niños


 

El sueño húmedo de muchos fanáticos nostálgicos viene siendo la vuelta por sortilegio a cierta forma de hacer cine, sin pararnos a pensar que quizá ello sólo sea posible manteniéndolo resguardado en esa falacia de la memoria sentimental. No es ya por lo complicado que es volver a rodar con medios antiguos (celuloide sobre todo), sino por lo impostada que se vería cierta inocencia formal, que nunca se vería natural. Y aun así, cada cierto tiempo surgen propuestas "asalvajadas", que reproducen en cierta forma estos títulos pretéritos, algunas con con mejor fortuna que otras. Muy interesante, por ejemplo, es RIDDLE OF FIRE, que aportó frescura al cartel de Sitges con su insólita mezcla de aventura épica y fantasía cotidiana, siempre desde el punto de vista de un grupo de chavales, que son la excusa perfecta para ensayar una historia que hunde sus raíces en la fantasía juvenil más reconocible, aunque sin perder de vista un curioso descreimiento postmoderno, no siempre bien resuelto. El guion, que termina siendo el gran punto fuerte, nos embarca en una aventura que a lo mejor no es tal, o sí: tres amigos roban una consola último modelo, pero para jugar necesitan el pin parental, aunque su madre sólo accederá a dárselo si le traen un pastel de arándanos, que es lo único que puede curar su resfriado. A partir de ahí, comienza una odisea para hacerse con la receta y los ingredientes, hornear el pastel y esquivar a un grupo de cazadores maleantes o conocera una niña con poderes sobrenaturales. Todo con una estética conscientemente retro, un saludable tratamiento a los chavales sin aplicarles los habituales paños calientes y un argumentario que he escuchado por ahí que se basa en LOS GOONIES, pero que a mí me ha recordado a esa serie tan reivindicable que es HISTORIAS CORRIENTES. Por si todo esto fuera poco, es impagable acabar un film presuntamente juvenil con el tema de los créditos de HOLOCAUSTO CANÍBAL... ¿Quién da más?...
Saludos.

domingo, 14 de abril de 2024

Rincón del freak #594: Smell like a Fa commercial...


 

"Quien lo probó lo sabe". Que el especial de Navidad de Star Wars era una bazofia ha quedado claro a lo largo de cuatro décadas ¿o acaso usted no lo conocía? Puede ser, se llama ostracismo. Aquello era una broma de mal gusto perpetrado por cómicos pollaviejas que querían subirse al carro del (inesperado) éxito del film de George Lucas, que por cierto lleva otras cuatro décadas con cara de psicópata cada vez que alguien le pregunta cómo hizo algo así... porque en realidad no tuvo nada que ver. Hasta ahí bien, pero en la era del "post-post" aún hay gente que cree necesario remover algo así, y ni siquiera empleando un mínimo de ingenio y/o sorna, sino quedándose en un documental de lo más básico, donde sale gente dando su opinión y otros que te cuentan (efectivamente, porque estuvieron allí haciéndolo) que aquel demencial show fue una improvisación bañada en alcohol y cocaína, con la que algunos pagaron facturas y otros siguieron la juerga ¿Hay algo peor que eso? Sí, un documental que lo cuenta oliendo a desodorante barato. Lo único que rescato son diez segundos de una frase del grandísimo Gilbert Gottfried: "El Star Wars Holiday Special fue una apestosa mierda pinchada en un palo... Por eso me sigo preguntando por qué no contaron conmigo...".
A DISTURBANCE IN THE FORCE, por si quieren buscarla...
Saludos.

sábado, 13 de abril de 2024

Elegía del héroe derrotado


 

La relación entre el presupuesto de un film y su acabado final puede deparar sorpresas mayúsculas, aunque también puede jugar en su contra, dejando al descubierto una cierta impotencia a la hora de culminar sus verdaderas aspiraciones artísticas. THE HEAD HUNTER es un muy curioso film que pudo verse en Sitges allá por 2018, y que venía a ser una especie de fantasía épica "sin épica", un relato de espada y brujería que en apenas hora y cuarto ponía de manifiesto una extraordinaria premisa de partida, pero que se alarga estérilmente, dejando la sensación de que esto daba para un corto. Esto es así, pero sigo preguntándome qué habría pasado con un presupuesto mayor, con el que afrontar algunos retos que son lastimosamente omitidos. El arranque, fabuloso, rodado casi como cine mudo, nos presenta al protagonista (en realidad el único actor del film), un cazador de monstruos, que pasa los días en una herrumbrosa cabaña, junto a la que jura vengar a su pequeña hija sobre su tumba, en la búsqueda incansable de la bestia que la mató. La película aguanta en este desarrollo circular, pese a prescindir por completo de las batallas, y sólo mostrando las consecuencias, excepto en el desenlace, donde asistimos a la única y decepcionante concesión a una batalla de hecho bastante ridícula. Lo mejor, sin duda, el carisma de Christopher Rygh y un diseño de producción que se ve muy cuidado en su intención de hibridar el cine actual con el cómic de otros tiempos.
Curiosa.
Saludos.

viernes, 12 de abril de 2024

El tajo donde vivir


 

UN AMOR tiene dos visionados. Uno, habiendo leído el libro, y otro sin leerlo, y no estoy seguro de sentirme afortunado por ser de los primeros. 160 páginas puede ser poco para una novela, 130 minutos demasiado para una película. Sara Mesa opta por una aceptable desecación formal, sin florituras, muy al estilo Delibes, para desentrañar un enigma que no es tal, tan sólo la aceptación como cuerpo extraño de una traductora, presumiblemente urbanita, en un pequeñísimo pueblito de La Rioja; tan pequeño que no lo es, sino que pertenece a otro más grande, capital para Mesa, intrascendente para Coixet. Coixet, a la que le conocemos los trucos, "traslada" el texto, para apropiarse del mismo inmediatamente y hacer "su película". El resultado es un film tibio, en tierra de nadie, que funciona muy bien con la novela armonizando el guiñol (no se me ocurre una palabra mejor para la puesta en escena), pero roza la ridiculez cuando la directora decide proponer (cuando no imponer) lo que ella ha entendido, y visto lo visto ha entendido poco y mal. El más difícil todavía, extender una novela cortísima en una película larguísima y que te sobre una hora entera. Los actores bien, y desaprovechados, incluso una Laia Costa que crees tener a tu lado viendo la película... De hecho, y sin tener ningún derecho a hacerlo, yo hubiese ahondado por el personaje del casero, que habría sido más perturbador y arriesgado, además de que Luis Bermejo es tan buen actor que es capaz de dominar un arquetipo tan evidente y desagradecido. Nunca lo sabremos, pero sí que la escena final es una mierda pinchada en un palo, por cursi, por inoportuna y por estar copiada sin ninguna vergüenza del final de una peli danesa en la que la gente bebía mucho...
Ay.
Saludos.

jueves, 11 de abril de 2024

Magia potagia 5


 

Con reservas, pero me encuentro viendo HARRY POTTER AND THE ORDER OF THE PHOENIX sin mucho disgusto, y es que siempre me suele pasar con este tipo de productos serializados, que conecto más cuanto más denostados son. Y este es el caso, con un Harry Potter que ya apenas identificamos con un niño, y que por tanto está sometido a decisiones más complejas y que han de dejar variadas consecuencias. No es que haya visto nada fuera de lo normal, pero al menos creo que aquí hay menos ínfulas y un desarrollo que no por convencional funciona peor. Es un pelín más corta, que también se agradece, mientras que las actrices que son incorporadas por primera vez cumplen su propósito sin esfuerzo. Imelda Staunton y Helena Bonham Carter haciendo de villanas implacables, e intentando amargarle el rito de paso al joven Potter, que aquí incluso se atreve con un beso, aunque inmediatamente aparece el sentimiento de culpa y arrepentimiento, como buen argumentario conservador, que lo es...
Entretenida, no puedo decir mucho más.
Saludos.

miércoles, 10 de abril de 2024

El lado oscuro de la aventura


 

En una época repleta de blanqueamientos innecesarios, donde se nos viene a tratar con un infantilismo estomagante, no está de más recordar un film de 1981 en este pequeño repaso al cine australiano, que tiene la doble cualidad de conciliar una road movie dinámica y entretenida con un trasfondo que se reconoce como de un terror vertiente slasher. ROADGAMES tiene una apertura magnífica, que nos pone en contexto sin esfuerzo, mientras conocemos a un solitario camionero de mercancías (un sorprendente Stacy Keach) que viaja junto a un dingo, y que empieza a obsesionarse con una extraña furgoneta, que por algún motivo lleva su mismo rumbo, convenciéndose de que su misterioso conductor alberga un terrible secreto. Es en este arranque donde se incluye la mejor escena del film, un asesinato cometido en silencio y con una estilización que se acerca de alguna manera a Hitchcock; sin embargo, el film vuelve a la carretera, centrado en el camionero siguiendo a la furgoneta, en un tono menos solemne, por mucho que se la haya comparado, cómo no, con DUEL, e introduciendo a una joven Jamie Lee Curtis, en un rol interesante pero con menos peso del esperado. Richard Franklin logra imprimir un clima de extrañeza, a mitad del terror y la comedia, que se nutre de un interesante corolario de secundarios y la espectacularidad del paisaje australiano, con algunas escenas en la carretera que recuerdan indudablemente a MAD MAX. Película conscientemente imperfecta, repetidamente alabada por cineastas como Tarantino, explota en uno de esos finales que te dejan pensando un rato, no sólo por cómo se le da la vuelta al relato, sino por el virtuosismo técnico, precisamente por no renunciar a la espectacularidad propia del género.
Película mítica y a reivindicar por su frescura y osadía, algo que se echa tanto de menos hoy día.
Saludos.

martes, 9 de abril de 2024

El anti spin-off


 

El chiste se cuenta solo, y en pocas líneas. La incorrección política tiene gracia mientras no se le ven los faldones, o si sirve para puntualizar una historia canónica, evitando caer en una previsible monotonía. Es exactamente el único problema que veo en PEACEMAKER, cuya razón de ser creo que ha de atribuirse totalmente a James Gunn, que vio las posibilidades de convertir a este antihéroe en protagonista de su propia serie. La cosa funciona más bien a medias, por los momentos hilarantes, dstartalados, sin rubor a la hora de reírse de un personaje al que (hay que decirlo) John Cena le coge el punto casi sin esfuerzo. No está mal porque hay gran variedad de personajes (incluso alguna sorpresa inesperada), porque el ritmo cómico termina por atragantarse al volverse mecánico, y por tanto previsible. Es una serie desvergonzada, medianamente tronchante, que creo más orientada a los espectadores más comiqueros (por entender referencias) y que funciona como curiosidad en la parrilla de una plataforma a la que le hacen falta cosas así para volver a ser la mejor.
Me la esperaba mejor y no sé si le da para otra temporada.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!