miércoles, 19 de febrero de 2025

Atrapados en el no-lugar


 

No se suele hablar mucho de THE STRANGER al citar la filmografía de Orson Welles; sea por el recelo que el propio Welles, que aquí se reservó el papel más antipático, siempre tuvo al montaje final, más del gusto comercial de la RKO. Me inclino a pensar que la mano de Juhn Huston en el guion (pese a no aparecer en los créditos), sumado a la presión por terminar el rodaje lo antes posible, diesen como resultado un film desacomodado, que funciona a tirones, y que aun así conserva un insólito aroma a modernidad narrativa, que algunos críticos han llegado a tildar de "tardoexpresionismo". Con todas las premuras de una serie B, el atropellado comienzo nos presenta a todos los personajes de una tacada: un nazi especialmente sanguinario que huye a un pueblecito estadounidense, donde le espera otro nazi que vive allí haciéndose pasar por un apacible profesor. Sin embargo, un agente especial sigue las huellas del primero, sin saber que se encontrará con el segundo. En lugar de una trama de espionaje, THE STRANGER es una disección inusual de personajes, partiendo de la idiosincrasia del pueblo, cuya habitual tranquilidad se ve paulatinamente desestabilizada. Siempre a la contra, Welles propone un thriller al revés, sin que tengamos que adivinar quienes son los malos y los buenos, mientras cada personaje parece sumido en una duda existencial, que les hace dar vueltas sobre sus dudas y certezas. Valga la descabellada decisión del personaje de Welles asesinando y ocultando el cuerpo de su supuesto camarada, justo en su noche de bodas, o el agente interpretado por Edward G. Robinson, que llega dispuesto a investigar sin mayor problema, pese a haber quedado inconsciente varias horas tras un ataque del hombre al que persigue. Incongruencias aparte, merece la pena rescatar este desapacible trabajo de un cineasta que nunca fue fácil de abordar, y que personalmente me parece un ejemplo muy premonitorio del thriller dislocado y juguetón de los hermanos Coen, no tengo ninguna duda de ello.
Saludos.

martes, 18 de febrero de 2025

Farallón ornamentalista


 

Ahora que se nos ha ido David Lynch, es la oportunidad perfecta para poner en su justa medida imbecilidades milimetrizadas como WICKED, tan alejadas de la libertad creativa del genio de Montana como gratuitamente elogiadas por una crítica aparentemente extasiada por los fuegos de artificio. Habría que tener arrestos para adentrarse en el auténtico sentido de la obra de L. Baum, que no era otro que exponer ese "traje nuevo del emperador", cuando el arte no puede evitar ser artificioso, haciendo esa goma siempre controvertida de "lo popular vs. lo elitista". Debe haber un punto medio (Lynch lo encontró varias veces), pero no lo veo por ningún sitio en estas bostezantes casi tres horas de copia/pega de tantas y tantas y tantas otras producciones similares, con una lista recurrente que nos llevaría hasta varios folios de descargo. WICKED es lo que es, un merengue con nubecitas rosas, y también un consejo exultante de cocainómano arrepentido, y es un conejo muy gordo para salir de la chistera, y la constatación de que los actores sólo actúan bien si están bien dirigidos. El señor Chu se ha curtido haciendo clips para Justin Bieber, lo que explica la mayoría de cuestiones surgidas a partir de este émulo indisimulado (y ya es decir por mi parte) de HARRY POTTER, en el que no hay un solo personaje capaz de superar el encasillamiento más burdo y torpón. Curiosa y divertida cuestión, por cuanto la inclusividad es, y cómo no, un lastre repleto de jarrones humanos, o "gente obediente haciendo bulto". Es como escuchar los vomitivos elogios de parte de una prensa deportiva servil y amamantada hacia un futbolista mediocre que milita en un equipo que va de blanco, o yo no sé un carajo de absolutamente nada, que también podría ser.
Aburrida, cursi, repetitiva e hiperventilada. Si esto es volver a sentirte como un niño, mi infancia debió ser otra cosa...
Saludos.

lunes, 17 de febrero de 2025

El monstruo en el armario


 

Aparecer en los créditos como Spider One no debe ayudar mucho a que te tomen en serio, a menos que tu ego sea resiliente, tengas un gran padrino o tengas la oportunidad, única y cojonuda, de reunir a tres nombres míticos del terror reciente, como son (nada menos) Barbara Crampton, Heather Langenkamp y Bonnie Aarons. Aunque todo se aclara si su hermano es Rob Zombie, claro. Sea como sea, el tercer largometraje de este señor, que está cercano a los sesenta palos, no es un desastre absoluto, básicamente por tener una premisa argumental bastante ingeniosa, o por algunas resoluciones que, dentro de la modestia de su producción, intentan desmarcarse de líneas más o menos homogeneizadoras. LITTLE BITES estuvo en este último Sitges, y nos contaba el terrorífico día a día de una mujer que se ve obligada a alimentar con su cuerpo a un monstruoso ser, que se hospeda en una de sus habitaciones, como drástico pago para que no devore a su hija pequeña, que se encuentra junto a su abuela. Problemas, todos. Desde la inconcreción del origen del monstruo, que simplemente "está ahí", las apariciones aleatorias de unos secundarios que aportan poco más allá del autohomenaje, o las evidentes carencias de presupuesto, con una puesta en escena que roza lo amateur. En lo positivo, el carisma de Krsy Fox, la falta de pretensiones y, sobre todo, el trabajo de Jon Sklaroff caracterizando a un monstruo que da bastante mal rollo, por tratarse de un ente que razona, e incluso plantea dudas sobre quién es el malo en una relación veladamente sadomasoquista. Da un poco de rabia, porque el guion no es tan malo, pero el resultado, sindo generosos, es flojito.
Saludos.

domingo, 16 de febrero de 2025

Rincón del freak #635: Honor al chancleteo o ambiciones irreverentes


 

A los directores les digo que no compren lotería. No dudo de su buena fe a la hora de armar una peliculita con formato muy digital, que seguramente sólo pueda encontrarse (con suerte) en el fondo de alguna plataforma, tirando de un vestuario de furor en Estudio 1, actores y actrices que demasiado bien lo hacen para estar tan mal dirigidos, emular los gentíos con ruidos fuera de campo porque no hay extras, pero tu idea genial para promocionar "esto" es titularlo nada menos que WITCH, a secas. Me recuerda a los popes caducifolios de las "news" en rrss magnificando a pobre pez abisal que apareció en las costas tinerfeñas: pasada la fiebre, el animalito sólo medía seis centímetros...
Debería inventarse el término "cine deep web".
Saludos.

sábado, 15 de febrero de 2025

El robot por los suelos


 

El otro día me llegaba un supuesto video muy cómico, en el que una reportera, con la mejor de las intenciones, palmeaba a un robot de ultimísima generación, que supongo debe costar billones, y que era presentado como el futuro en cuestiones laborales, al soportar una carga de trabajo impensable para un humano, con el resultado de tan excelso prodigio mecánico dando un caretazo que ni Pepe Viyuela y su escalera. Sin reírme lo más mínimo, pensé en el emperre de mecanizarlo todo con la falacia de hacernos la vida "más confortable", cuando lo más probable es que las máquinas, de tener conciencia, nos mandarían a freír espárragos a la menor ocasión, antes de dejarse humillar en cualquier festival hi-tech. Como antídoto infalible, propongo el visionado de LA CHIMERA, la preciosa y doliente fábula de Alice Rohrwacher, que demuestra que probablemente sea la cineasta con más corazón (y es una cualidad inestimable) de una actualidad cinematográfica, a menudo imbuida en sus mierdas intelectualoides. LA CHIMERA es una (otra) maravilla de narrativa naturalizada, a la que cuesta cogerle el pulso al principio, pero que (en genial analogía) guarda valiosísimos tesoros en su emocionante trama. Tenemos al protagonista, Arthur, una especie de zahorí de reliquias, que se establece en una zona supuestamente infestada de tesoros etruscos, aunque su obsesión sería encontrar a su amada, cuyo recuerdo es opacado por la codicia de ladrones y marchantes. Rohrwacher narra sin que sobre una coma, con pulcritud pero sin temer mancharse de barro, de amores y amoríos, de amistades e intereses, y de soledades y camaraderías; y su cine pertenece (lo dije respecto a LAZZARO FELICE, su gran obra maestra) a una época que, aun sintonizada con la actual, nos lleva de cabeza al tiempo de los abrazos, en los que la maldad podía ubicarse con facilidad, sin posverdades, y neutralizar sus plagas y enfermedades, invisibles pero letales. Ver al robot caerse de bruces parece divertido, pero preguntémonos por los agraviados a los que nadie cita.
Una fiesta para cualquier cinéfilo. Imprescindible y hermosísima.
Saludos.

viernes, 14 de febrero de 2025

Películas para desengancharse #131


 

Que no nos hablen a los españoles de lo que fue Franco, y menos, los españoles. Que no nos den lecciones los payasos que se aprenden la lección como papagayos de dos colores, y que no nos digan que los ridículos, los meapilas, no son siempre los más peligrosos. La única forma de representar al inventor de los patriotas de pulserita es, no queda otra, llevarlo hasta el espejo donde nunca se quiso ver, el de un niño grande jugando con pistolas, rompiéndole el alma y el plato a esos que decía amar, de la misma forma que las sotanas escondían amor puro y candoroso. Da pavor el Franco interpretado progiosamente por Juan Echanove en MADREGILDA, esa astracanada, genial y dolorosa, en la que Francisco Regueiro y Ángel Fernández Santos invocaban, a partir de los fantasmales fotogramas de una Rita Hayworth tan cancelada que ni siquiera la vemos, hasta la locura de un improbable coronelillo con alma de trapero, que glorifica a su esposa, violada por un regimiento "para alzar la moral". El caudillo, el coronel Longinos, una especie de clérigo borracho, y hasta Millán Astray, se conjuran un los primeros viernes para echar un mus en la taberna de un moro acojonado y acojonante, aunque aquello no es más que excusa de besamanos, comepollismo y humillación ante lo que no es más que bebé grande y caprichoso, que sólo bebe leche e intercambia estampas de pinocho en el váter. MADREGILDA es exagerada, mutante, como si fuera un cruce entre Buñuel y Aleksei German, y conserva un rarísimo aroma de ensoñación, o pesadilla recurrente y circular. Y Regueiro, aún nonagenario, se despidió en mi opinión pronto con este corte de mangas que resuena muy fuerte en estos tiempos de posverdad, porque no habría cojones para desengancharse de esta desmemoria que sabe a leche condensada ya agria.
Subo la apuesta.
Saludos.

jueves, 13 de febrero de 2025

La soledad del observador de fondo


 

Como ya habrán adivinado, quienes esto siguen, lo poco o nada que me han importado los Goya de este año, me veo obligado a hablar de un director que nunca ganará uno, por afrancesado (que tampoco tiene nada que ver) y por modelno, y por bocazas también. Aunque Albert Serra sea, desde hará unos veinte años, el renovador más radical y estimulante de un cine, el de aquí, que quiere saber poquito de él, por lo que se ha visto obligado a tocar (fíjese) el tema taurino. PACIFICTION va de otra cosa, va de algo que me parece que es la primera vez que aparece en pantalla, la tribulación de un alto comisionado gabacho en Tahití, aunque en realidad va (atención) de lo cabrones que son los inventores de la baguette, que se compran un prostíbulo en mitad del Pacífico para después hacer pruebas atómicas. Así contada, y conociendo al de Banyoles, pareciera que equivoquéme de día, mas impera poner orden y aclarar que PACIFICTION son casi tres horas hipnóticas, arrebatadoras, que se sostienen en una excusa argumental que cabe en un folio, pero que oculta una complejidad inabarcable, la de los tejemanejes geopolíticos a los que el "primer mundo" somete a los nativos de cualquier Arcadia incauta. A mí me ha encantado, y Benoît Magimel, al que normalmente soporto poco, está en modo estrella superlativa, con más de un guiño al Geoffrey Firmin de Albert Finney en BAJO EL VOLCÁN. Su personaje, atildado pero no demasiado, exquisito pero no demasiado, inteligente pero no demasiado, es ese fantasma colonial de otro tiempo y otro mundo, incapaz de una acción que le reconozca como humano, pero indignado ferozmente a la menor crítica a una labor que, observada con atención, es más absurda de lo que parece. Yo soy consciente de lo que digo, y sé que a Serra se tiene que venir ya estudiado, pero no voy a dejar de recomendar una película que, de ser algo, es irremediablemente fascinante.
Saludos.

miércoles, 12 de febrero de 2025

Ranas de hoy en día


 

Los príncipes azules ya no son lo que eran. A lo mejor siempre fueron esa mezcla indolente de cuna privilegiada, jaula de oro y tontos del culo, que es en lo que te conviertes si no has movido un dedo para tenerlo todo. El gran valor de ANORA no es su visión, sucia, realista y desencantada de grandes movilizaciones hacia la desemancipación como PRETTY WOMAN o LA CENICIENTA, sino la distancia que toma de todos y cada uno de sus personajes, lo que le permite a Sean Baker realizar una gozosa e hipnótica declaración de amor a la screwball comedy clásica, y en sus mejores momentos al también homenaje de Scorsese en AFTER HOURS. Baker compensa su falta de concisión con la honestidad de su mirada, y sus imágenes no son sólo magnéticas, sino que esconden multitud de intenciones. Repleta de personajes que repelen cualquier tentación arquetípica, ANORA es la historia de un batacazo emocional, un aprendizaje vital exprés, pero tanto o más como una mordaz disección de las clases sociales más elevadas, acostumbradas a rodearse de una legión de cortesanos atemorizados, y que no saben que también se les puede llevar la contraria. Su protagonista (una magnífica Mikey Madison) es la chica que, sin saber cómo, cree haber encontrado un billete premiado de lotería; y en el camino que transita hasta los pedazos diseminados de ese premio, no vemos a una aprendiz de princesa que ha tenido su merecido, ni a una valiente heroína que se agarra a su dignidad como único arma. En realidad, todos podemos traducir su inenarrable odisea como lo único que realmente podría pasar en un caso tan improbable como el suyo, y por ello, al final del camino, todos estaremos un poco más a su lado, que es lo que necesitamos al fin y al cabo. Puede ser en un strip-tease, en un abrazo o en una mirada cómplice: las personas sólo son nada menos que personas...
Saludos.

martes, 11 de febrero de 2025

Jaque mate


 

Tan cerca como estamos ya de los oscar, me ha sobrevenido la necesidad de volver a ver LA DIAGONALE DU FOU, ganadora hace cuarenta años de la estatuilla a mejor película de habla no inglesa, y con toda seguridad la que mejor ha retratado el siempre complejo mundo del ajedrez. Con el trasfondo de la disputa del campeonato del mundo en Ginebra, que enfrenta al viejo campeón Akiva Liebskind, baluarte de los valores del decadente comunismo soviético, y el joven e impetuoso Pavius Fromm, que en su exilio representa la disidencia del telón de acero. Así, a lo largo de doce largas partidas, se escenifica la distancia sideral entre los dos contendientes, pero también cómo el deporte va cediendo paso a los intereses de quienes en realidad les manejan. Políticos implacables, representantes sin escrúpulos y los admiradores que, de una forma u otra, también dan forma al sesgo del partidismo inconsciente. Liebskind (inmenso Michel Piccoli), enfermo del corazón, va comprendiendo a su oponente desde el desprecio inicial, mientras el aspirante Fromm va atenuando sus excentricidades y acaba por comprender que esa partida va mucho más allá de ser o no campeón. La escena final, conmovedora y elocuente, es una partida estrictamente mental, en la que los dos jugadores se muestran como dos seres humanos que se admiran y respetan. La derrota final de los manipuladores.
Si les gusta el ajedrez no deben perdérsela; si no, tampoco.
Saludos.

lunes, 10 de febrero de 2025

Echamos de menos al astronauta


 

Poco que comentar de PENDANT CE TEMPS SUR TERRE, que estuvo en competición en Sitges, y que tiene mejores intenciones que resultados, proponiendo una mezcla de ciencia ficción y drama intimista, que se entiende sólo a medias, y que hubiese ganado más quedándose con la intensa interpretación de Megan Northam, que finalmente es lo mejor de una película que no logra cuajar ninguno de los muchos interrogantes que plantea. Ya es difícil integrarse en la premisa de esta joven, que trabaja en un geriátrico, y que ha perdido a su hermano en una misión espacial. Pero aún lo es más cuando empieza a recibir extrañas señales que supuestamente provienen del espacio exterior, en las que una ¿entidad extraterrestre? le insta a realizar un gran sacrificio con tal de volver a ver al desaparecido. Es una premisa argumental que juega con el absurdo, pero sin un gramo de humor, ni tampoco demasiada inteligencia, y tampoco ayudan los tímidos acercamientos al terror, innecesarios en mi opinión. Mejor es el drama interior, el dolor de una joven incapaz de superar su situación, pero todo ello planea con aire de desgana, intentando apresar un cierto aliento poético, que su director y guionista (mucho más recomendables sus films animados) muestra como artificios o recursos. 
Pasable, pero poco más.
Saludos.

domingo, 9 de febrero de 2025

Rincón del freak #634: La era del aburrimiento ya está aquí


 

La valentía de filmografías como la polaca (y de Europa del Este en general), siempre ha sido abordar los temas más espinosos y trascendentales desde la convicción de no dejarse nada en el zurrón, independientemente de los medios con los que contara, casi siempre escasos. La ciencia ficción, por ejemplo, nos ha dejado joyas originalísimas, de las que luego han bebido otros más afamados, cuyas fuentes, sorprendentes, nos dan la medida de la sugestión de los métodos de producción. Film de culto por excelencia, O-BI, O-BA: KONIEC CYWILIZACJI aprovecha hasta las heces el espacio único de una gigantesca cueva en el interior de una montaña, donde el último reducto de la humanidad se ha refugiado tras el apocalipsis de una guerra nuclear, que ha arrasado con absolutamente todo. Allí, deambulando como seres sin propósito, esperan la llegada del "Arca", que vendrá a recogerles y llevarle hasta un lugar paradisíaco. El protagonista, un hombre que oscila entre la creencia y el desapego, sobrevive gracias a la cubertería que ha reservado, y que los "alquimistas" se encargan de convertir en moneda de cambio, ya que está prohibido acuñar. La película nos "muestra sin mostrar", siendo lo más interesante asistir a esa sociedad artificial y zombificada, que prácticamente se deja morir de apatía, mientras repite el mantra de esa "llegada cuasidivina", con la sospecha de que se trata de un mito, y que sólo un cambio de actitud podría salvar de la extinción a esos últimos supervivientes. Un puñado de habitaciones arrasadas, cuevas iluminadas por tubos fluorescentes, y una fotografía depresiva y apagada, son suficientes argumentos para acercarse a esta mítica cinta de 1985, en el que el fin de la especie no era otro que anclarse a una creencia falsa pero inmanente... y no lo veo tan descabellado.
Saludos.

sábado, 8 de febrero de 2025

Ni wokes ni pollas en vinagre


 

En plena imbecilidad globalmente aceptada, en la que se han tirado por el sumidero la mayoría de conquistas por la libertad que de verdad importa, no la del siniestro y engatusador neoliberalismo, me queda más claro que nunca que la reconquista llegará por el humor o no llegará. Hay que ser más listos, más valientes, más deslenguados que nunca, pero también más divertidos; y si eso implica reírse de uno mismo, bienvenidos al milenio en el que nadie debería decirle a nadie cómo ser, ni por fuera ni por dentro. Mi recomendación es más que sorprendente, pues reconozco que, a priori, BOTTOMS no pasaría por el tipo de cine que podría atraerme, pero es precisamente ello lo que la hace tan cautivadora, necesaria en el lodazal del pensamiento normativo. Que un facha es un gilipollas lo tenemos todos claro, por lo que si un facha te llama woke debes darte por halagado, sus dos luces y media no dan para más. Ahora, BOTTOMS es la respuesta a la típicamente machista comedia americana de institutos, dándole la vuelta a todos sus tópicos y usándolos como arma de desenmascaramiento masivo. Aquí las heroínas son chicas, y gays, y se les hace el coño pepsicola por sendas animadoras del equipo de fútbol (el americano), que salen con los jugadores más famosos, y para redondear se les ocurre organizar un "club de la lucha femenino", al que llegan las chicas más impopulares en busca de su propia autoestima. Y ahora hablamos de que la irreverencia de South Park se dé de bruces con la ñoñería ochentera de John Hugues, y que el resultado es una crítica mordaz, precisamente, a esas películas profundamente idiotas, pero que marcaron una línea de pensamiento de la que no se podía disentir ni un milímetro. Desconozco si este tipo de comedia podrá tener eco o recorrido en un medio audiovisual (creo que ha ido directamente al fondo de armario de Amazon) que contempla el riesgo cero en sus productos netamente comerciales, pero si un grupo de veinteañeras se ha atrevido a desafiar esta máxima, y de paso entregar una comedia muy divertida, ya es para delebrarlo.
Búsquenla.
Saludos.

viernes, 7 de febrero de 2025

Películas para desengancharse #130


 

Rápido, desengánchense. Está comprobado que el efecto de POSSESSION sobre las personas de bien les termina convirtiendo a la secta de cinéfilos exigentes, que nunca renuncian a mirar la pantalla con curiosidad. Por eso no les pongo aquí ningún fotograma epatante, ninguna de esas postales con las que Zulawski redefinió el cine de terror en 1981, sorteando todas las trampas del drama psicológico, para entregar un film tan inclasificable como espeluznante. Un viaje a la depresión tras la ruptura de una pareja, que es tanto una pérdida de pie con la realidad como un descenso literal (uno de los más literales que el cine ha ofrecido jamás) al infierno, inmejorablemente recreado en un Berlín hostil y anonadado. Exactamente igual que su pareja protagonista, unos Sam Neill e Isabelle Adjani elevados a la máxima potencia, conjugando en su colección de miradas perdidas, ademanes torcaces y parlamentos apocalípticos, ese paso sin retorno hacia "la otredad", donde ya no nos reconocemos más que en el dolor o el éxtasis. El guion, escrito por Zulawski y Frederic Tuten, es mucho menos caótico de lo que parece; lo es su ritmo hiposo y desquiciado, pero no la maraña de acontecimientos que se va revelando pacientemente, y que tiene sentido sin explicitar casi nada. Muchas de sus posibles lecturas son tan válidas como la artimaña de un desdoblamiento de la personalidad, el horror de corporeizar la enfermedad mental como única válvula de escape, o la conflagración de la feminidad que al fin encuentra su emancipación, y que muchos, cómo no, encuentran monstruoso. Es todo eso y/o mucho más, y desde luego es un espejo en el que deberían mirarse muchos nuevos directores, que con el doble de administraciones no llegan a rozar uno solo de los momentos más intensos de este verdadero anticlásico.
Todo ello puede ser, y luego está la escena del metro...
Saludos.

jueves, 6 de febrero de 2025

Órdago al solitario


 

HERETIC viene a engrosar la estimable lista de films de terror, que en los últimos años ha intentado proponer una visión que no tome por tonto al espectador más avisado, al tiempo que no rechaza su vocación primera, que no es otra que obtener buenos números. Lo normal sería que yo les dijese frases como "Buen intento", "Esto lo he visto en otra parte" o "Más fórmula, es la guerra". Pero siendo justos, debo señalar que HERETIC no es propiamente una cinta de terror, y sí un audaz ejercicio de guion que al menos llega hasta donde honestamente puede llegar, que es mientras el suspense y la extrañeza se adueñan de una narración que juega a no ser lo que parece ser. A ello contribuye la espléndida interpretación de Hugh Grant, quién lo diría, componiendo un extrañísimo villano, una especie de psicópata-cuñado, más empeñado en tener siempre la razón que en provocar sustos. Grant interpreta a un tipo que bien podría ser uno de sus antiguos galanes, toda vez los desengaños le han hecho perder la chaveta, y a cuya casa llegan dos jóvenes misioneras (creo que mormonas), que son otro acierto de casting. Entre los impagables diálogos de ambas, y el sugerente reto teológico-filosófico al que son sometidas, el film tiene una primera parte magnífica, con golpes de ingenio que uno echa muy de menos en este tipo de films. La segunda mitad es bastante más previsible, justo cuando sí estamos ante una historia de terror, pero Beck y Woods logran mantener el tipo, como ya hicieron con la reivindicable HAUNT, que también planteaba un terror fuera de los tópicos, o en su meritorio trabajo firmando el guion de la saga de UN LUGAR TRANQUILO. Una película que pasa en un suspiro, muy entretenida, y con algún momento que, estoy seguro, deja a más de uno involuntariamente boquiabierto.
Saludos.

miércoles, 5 de febrero de 2025

La realidad calibrada


 

A quien no le gusta su mundo siempre le cabe la posibilidad de cambiarlo, ajustarlo a su gusto. Desgraciadamente, ésa no es más que la excepción en la norma, y lo regular, en cambio, no es más que languidecer junto a nuestras frustraciones, aceptarlas e incluso quererlas en cierta forma, no vayan a cristalizar en una psicosis que no sepamos manejar. EMILIA PÉREZ es una película opresiva, pero nos vende que es liberadora. Oprime por cuanto nos presenta una serie de problemas irresolubles, de manera que accede a lo extraordinario invistiéndolo de una esperanza tan tramposa y manipuladora como todos y cada uno de los personajes que pueblan este afectado culebrón, pertrechado tras un intragable musical dodecafónico, que además abandona por completo el único motivo que lo ancla a su mensaje posibilista: México. Es vergonzoso usar un país, una cultura, tan sólo para encadenar clichés absurdos y panoplias colonialistas, tornando a un hijueputa que ha amasado su fortuna asesinando y traficando en una señora con mala conciencia y vocación contrita, pero que tampoco va a prescindir de las chachas pulcramente uniformadas, no vaya a ser que eso de "ser normal" no se pueda falsear. Y es una pena, porque Audiard es un buen director, de los pocos que ha "europeizado lo americano" con dignidad y oficio, algo que sólo he logrado atisbar en un puñado de momentos en los que su cine se impone al discurso. EMILIA PÉREZ no te deja opinar mal de ella, te infecta con esa mala conciencia que la recorre de principio a fin, y marca una línea preocupante, la del abaratamiento del medio por un mestizaje equívoco.
Seguramente la premiarán, pero seguirá siendo el mismo galardón conservador de casi siempre.
Saludos.

martes, 4 de febrero de 2025

Los ausentes


 

Película oscura, sepultada por los años, relegada a un sitio resrvado a buscadores incansables, UNMAN, WITTERING AND ZIGO ahonda en las obsesiones por las tinieblas de los sistemas educativos, adoptando una vertiente tremendamente intrigante, al menos mientras vamos descubriendo una trama audaz y descabellada, que tiene serias citas con un ridículo al que esquiva por la curiosidad que despierta. El joven profesor Ebony llega como sustituto del anterior, trágicamente desaparecido al despeñarse por un acantilado. Cargado de ideas renovadoras, se topa con un ambiente extraño y hostil por parte de la clase, compuesta por adolescentes, que le aseguran que fueron ellos quienes asesinaron a su antecesor. Es esa audacia la que no le da cartas de autoridad como el thriller psicológico al que aspira ser, y prefiere ir por los derroteros de la truculencia que por ese micromundo en el que las reglas sociales parecen detenerse y dar paso a una anarquía francamente inquietante. El título alude a los últimos nombres que el profesor menciona al pasar lista, y Zigo, por lo que sea, siempre está ausente...
Una rareza a descubrir y reivindicar. Ya están tardando en ponerla al día.
Saludos.

lunes, 3 de febrero de 2025

¡Que vienen los ingleses!


 

Curiosa película GET AWAY, que se pudo ver en Sitges, por su mezcla impúdica de géneros y referencias, que explosionan como una pistola trucada, justo al revés de lo que se espera, con resultados cuanto menos controvertidos. Ya su guionista (y también protagonista), Nick Frost, nos da una idea de por dónde puede ir esta especie de comedia de terror, que juega a ser el reverso jocoso de MIDSOMMAR o EL HOMBRE DE MIMBRE, aunque su elevado nivel de sátira la emparenta con la celebérrima "trilogía del Cornetto", que protagonizó junto a Simon Pegg. Mucho de todo esto hay en la llegada de una insoportable familia británica a un remoto pueblo sueco, donde llegan para desconectar del mundanal ruido, y se toparán con la hostilidad de los lugareños, que para colmo se encuentran preparando la festividad local, que recrea precisamente la matanza de ingleses que liberó tiempo atrás a sus antepasados. El tono general, descaradamente bufo, exige olvidarse de convenciones y exactitudes, y abandonarse a sus golpes de gore y diálogos afilados. Al no haber término medio, la película se resiente y no termina de alcanzar sus pretensiones de "comedia inteligente", excepto en algunos gags que Frost deja caer sutilmente, por ejemplo en el giro final, que logra camuflar con habilidad.
Entretenida.
Saludos.

domingo, 2 de febrero de 2025

Rincón del freak #633: Ventanas insurgentes


 

Hay películas a las que notas que les falta "algo", lo que las deja a mitad de camino de casi todo, y en el peor de los casos, sabiendo que la idea era buena pero no la ejecución. RESURRECTED es una pequeñez que va a pasar desapercibida por varios motivos. El fundamental es dejar en anécdota una premisa argumental tan potente como que el Vaticano ha iniciado una conspiración mundial, tras lograr el "gran milagro": reclutar un ejército de resucitados. El gran problema es que hay tan poco presupuesto aquí, que han tenido que utilizar un recurso que parece ingenioso, pero que es muy cutre. La totalidad del metraje está compuesto de llamadas online, por lo que la interactuación entre los personajes nunca es directa, con los consiguientes problemas de montaje y coherencia narrativa. El arranque es directamente un cachondeo, con el enésimo accidente de tráfico absurdo (debería hacer un monográfico sobre eso), en el que un tipo pierde a su hijo, para que en diez minutos el niño sea resucitado y él ordenado sacerdote. Terrible, pero hacia la mitad se desata el thriller conspiranoico y la película ofrece un poco de intriga, con la inclusión de hackers, agentes del FBI y obispos paranoides. Luego vemos una misa en power point de 1997 y volvemos a la cruda realidad. Aunque la pregunta es otra: ¿Por qué no se ve en ningún momento ese ultrasecreto método para resucitar gente?...
La falta de presupuesto lo aguanta todo.
Son casi dos horas, no la vean.
Saludos.

sábado, 1 de febrero de 2025

Sobre dictadores y playas


 
En un debate reciente, tan acalorado como vano, mi reticencia a reconocer los supuestos valores de cierta cinta, en la que un padre convierte el encierro en un campo de concentración nada menos que en una comedia infantil, me acordé de un film notablemente superior, pero del que nadie ha hablado en los diez años que han pasado de su estreno. El director iraní Mohsen Makhmalbaf, perseguido y represaliado por el régimen de su país, se vio obligado a encontrar la manera de seguir rodando fuera de sus fronteras, lo que plasmó (represión y película) en THE PRESIDENT, donde narraba la odisea de un dictadorzuelo y su nieto, perseguidos tras el súbito triunfo de la revolución, para lo que el sátrapa se ve obligado a hacer creer al chaval que están actuando en una comedia, donde se hacen pasar por campesinos en busca del mar. Al contrario que Benigni, aquí no se omite un detalle por escabroso que sea, logrando hacernos partícipes de la mirada inocente del niño, que asiste atónito al derrumbamiento de una sociedad a la que realmente nunca había visto fuera de las murallas del palacio. Makhmalbaf no juzga, ni defiende, ni toma partido, sino que nos convierte en acompañantes improvisados, y que veamos de primera mano cómo las dictaduras corroen a los países que primero miran hacia otro lado, y después piden venganza, con la misma facilidad para cambiar de chaqueta que el protagonista de esta película imprescindible y corrosiva, uno de esos títulos icógnitos que, claro, nunca ganarían un oscar, pero nos dan la medida de tiempos que unos nos hacen creer que no volverán, cuando deberíamos saber que podríamos estar en preámbulos a punto de estallarnos en la cara. La secuencia final, terrible, desafía los estándares de buenismo que desgraciadamente asola nuestra propia y cegata sociedad de desvíos y entretenimientos.
No apta para conciencias culpables.
Saludos.

viernes, 31 de enero de 2025

Películas para desengancharse #129


 

¿Cuántos guionistas hacen falta para un diálogo medianamente decente? Por lo visto, muchos para hilar tramas sobadísimas y lucirse con una colección de parlamentos tiernamente sincopados. A este mal endémico, propongo un curso continuado de cine clásico, por la cosa de que se entienda lo que se cuenta, como para no enrojecer con montajes que intentan camuflar lo que no es más que relleno para sesteos. Lo peor es que se justifican dos, tres, cuatro e incluso más guionistas, sin que yo sepa darle una explicación adecuada a tamaño objeto no identificado. Contada por encima, THE PHILADELPHIA STORY es una bobada para pijos y casamenteras; como mecanismo cinematográfico, es una obra maestra descomunal acerca de cómo se construye y ejecuta un guion. La pobre Tracy Lord, ya metida en la treintena, tras reponerse de su divorcio con C.K. Dexter Haven, un bon vivant misógino y alcohólico, anuncia que vuelve a casrse con el intachable y acaudalado George Kittredge, pero tan magno evento salta por los aires cuando hacen acto de presencia dos periodistas, en realidad introducidos a conciencia por el propio Haven por razones no del todo claras, pero que sirven para hilar un guion tan perfecto que se nutre del relato frívolo de la estomagante clase alta de Filadelfia para deshojar un retablo de caracteres, a cual más retorcido e interesado. No sería lo mismo con un trío protagonista literalmente irrepetible, pues no volvieron a coincidir Cary Grant, Katharine Hepburn y James Stewart (este último, ganador de la estatuilla), que están en estado de gracia bajo la batuta de un George Cukor sentando cátedra sobre cómo elevar la comedia sofisticada hasta sus cotas más altas. 
No sé cuántos guionistas actuales harían falta para poner en pie una copia barata de este monumento del séptimo arte, pero no tienen más que echarle un vistazo para desengancharse de la homogeneidad impuesta por algoritmos fríamente calculados para que nuestros puntos de vista no tengan colisión posible con su contemporaneidad. Me basta ese argumento, pero hay muchos más en esta obra maestra absoluta e intemporal.
Saludos.

jueves, 30 de enero de 2025

Un guiso desespeciado


Veo dos problemas muy obvios en una serie como DUNE: PROPHECY. Por un lado, la absoluta desconexión de las películas dirigidas por Villeneuve, con una historia situada nada menos que diez mil años antes, que le da un sospechoso aire de "aprovechemos la ola", en una oferta de plataformas sobresaturada. Por otro, su guion es naturalmente formulaico, sin un solo distintivo que nos diga que su trama no podría estar en cualquier otro drama por episodios. No es, por tanto, el gran acontecimiento que esperaban los fans de una saga cuya compleja estructura permite escasas florituras o licencias. Si nos atenemos a su calidad como serie en sí, no es ningún horror de producción, los actores son solventes (con mención especial para Emily Watson y Olivia Williams), aunque la excesiva duración de sus ocho capítulos no ayuda a agilizar un desarrollo que se torna predecible y un pelín aburrido ¿De verdad queríamos saber el origen de las Bene Gesserit? Puede que sí, pero si no existiese este dossier de notas a pie de página tampoco lo echaríamos de menos.
Incluso los incondicionales tienen reticencias para defenderla.
Saludos.

miércoles, 29 de enero de 2025

Patria acrónima


 

Me solía gustar Derek Jarman. Su estilo suicida, confirmando la dificultad del discurso punk con evocaciones cultistas. El resultado, fascinante pero al borde de lo pedante; los enemigos aplaudiendo, los amigos cada vez más lejanos. Jarman fue un incomprendido autoconsciente, ingenuo y, por tanto, audaz. Un criminal en la corte de los bufones con piel de sapo; un chico emergido de los Ruislip, que amaba y odiaba con la misma cortesía que ahora nos obliga a invocarlo por exégesis plenipotenciaria. Por ejemplo, THE LAST OF ENGLAND, que ha quedado como un ruidoso palimsesto anarcobrero, que se cerraba con una jovencísima Tilda Swinton casándose con el príncipe Rustless y exudando su feminidad ideal en las fogatas que, llamativamente, Jarman reservaba para mendigos desnudos y bulímicos de col cruda. El amigo americano jodiendo a los dragones ebrios de IRA, y la Union Jack como telar improvisado de un último festín, molesto por las luces del nuevo día. Bengalas, chatarra, nada y tambores de guerra, o ciudades ardiendo por la gracia del fotograma anecdótico. La conclusión: Jarman es mejor cuanto más vacío se muestra.
Saludos.

martes, 28 de enero de 2025

Supertrump


 

Veamos THE APPRENTICE en sus dos vertientes claramente expuestas. Por un lado, el retrato casi bufonesco de Trump; su ascenso a hombros de un tipo inmoral y pagado de sí mismo como Roy Cohn, que bien podría ser la forja de un tipo con una ambición inversamente proporcional a sus escrúpulos. Por el otro, habría sido más interesante hurgar en las muchas heridas abiertas. La psicopatía indisimulada, la misantropía por encima incluso del machismo o el clasismo; porque había un relato de terror nauseabundo en esa sinfonía de despachos, apretones de manos y pinzas en la nariz. Trump es a día de hoy, y por segunda vez, presidente de Yanquilandia, lo que podría ser un reflejo (todo lo deformado que quieran, pero reflejo) de la sociedad que lo ha votado. La herida infligida por Ali Abbasi, al que se le nota incómodo navegando por fórmulas encorsetadas, es mínima, y tanto hubiera dado haber ido hacia una ficción, posiblemente encubierta, pero más corrosiva. De hecho, ni siquiera funciona en lo formal, gastando toda la munición de gags anaeróbicos en lemas y mantras, que acaban por agotar al más pintado, mientras que la selección musical es tan obvia que parece una playlist preparada por un algoritmo de Spotify ¿Por qué no es un desastre? Por algunos destellos, no muchos, a cargo de Sebastian Stan y Jeremy Strong, cuyas dentelladas visuales y verbales tendrían que haber copado todo el metraje de una cinta que no es tan grande como debería. Quizá su protagonista no es tan grande como él cree, quién sabe...
Saludos.

lunes, 27 de enero de 2025

Guau


 

NIGHTBITCH es una película en la que Amy Adams se convierte poco a poco en una perra. No lo tomen peyorativamente, porque la premisa de esta película es fundamentalmente esa; bueno, también va de lo estresada que está por tener que cuidar de su hijo; y también de lo decepcionada y vacía que se siente al haber tenido que renunciar a su carrera artística. También aprovecha para burlarse de la figura masculina, aquí reducida a un estereotipo que parece salido de The Simpsons, pero sin un gramo de sorna. El resultado es una película que se despeña por las laderas de las buenas intenciones, convirtiendo su excusa de relato fantástico en una anécdota con un trazo grueso e indefendible. Y aun así, tiene una mijita de entretenimiento si se le perdona el pijerío y se queda uno con una magnífica actriz, esforzándose por mantener un mínimo de dignidad en un producto directamente olvidable, y que me pregunto qué función tenía progamarla en Sitges.
Saludos.

domingo, 26 de enero de 2025

Rincón del freak #632: Pescados, tacones y limusinas


 

Una de las primordiales ventajas de esto de internet es, como su propio nombre indica, la red que supone, tanto para ganancia de pescadores como para inusitado bazar de sorpresas enquistadas en otros tiempos, donde explorar era un trabajo desagradecido. Para los más curiosos, YouTube es una joya para desempolvar a artistas pertenecientes a esferas exclusivas, lo que viene a significar distribuciones directamente arcaicas. Por una casualidad que definiría de uno entre un millón, me topé con PENTIMENTO, único largometraje (donde se prodigó fue en el formato corto) del holandés Frans Zwartjes, verdadero hombre del renacimiento, que fue autor de una importante obra en pintura, fotografía, música, literatura y también un cine de corte radicalmente experimental. Con obsesiones insoslayables por el sexo y la violencia más explícita, este film se alinea claramente con el Pasolini de SALÓ, aunque sin alcanzar la calidad cinematográfica de aquélla. 75 minutos en los que se repiten motivos como el cuerpo femenino expuesto en su totalidad, los banquetes pantagruélicos, o unas torturas físicas que la ausencia de diálogos tornan imposibles de contextualizar. Como si de un surrealista embrutecido se tratara, la alternancia entre palacios decadentes y fábricas abandonadas, sonidos de animales o señores orientales que pasaban por allí, dejan este extrañísimo film en una curiosidad mejor filmada de lo que cabría esperar, pero que sólo recomendaría a paladares acostumbrados a los sabores más ácidos.
En el Tubo está.
Saludos.

sábado, 25 de enero de 2025

Ciudadanos del universo


 

La cuestión con una serie como THE EXPANSE me parece meridianamente clara, tanto para lo bueno como para lo malo, al menos para alguien tan poco dado a estos mamotretos, que prometen toneladas de relleno entre dispersos chispazos de ingenio. Es así, porque como historia a seguir THE EXPANSE es una especie de cruce imposible entre Star Trek, Star Wars (con guiños a Blade Runner en su comienzo) y una infinidad de otras luminarias del sci-fi vertiente "exploradores de las galaxias". Por ser breve (algo que brilla por su ausencia en seis temporadas que se eternizan), es encomiable el esfuerzo por implementar un argumentario extraordinariamente complejo en un aparataje técnico apabullante para una serie, al tiempo que no desdeña una acción que incluso se agradece entre tanta conspiración intergaláctica entre terrícolas, marcianos y cinturonianos, término éste que se recomienda aprehender en su totalidad para no perderse en una trama que se dispara en múltiples direcciones. Hablamos de colonizadores, explotaciones de recursos, déspotas implacables, alianzas imposibles y, en mitad de todo, la Rocinante y su tripulación. No podíamos obviar un término tan cercano a nosotros, así como lo que un anodino carguero termina suponiendo para restablecer un equilibrio constantemente amenazado, con un uso de la épica menos exagerado de lo que cabría esperar, lo que la acerca a una ciencia ficción más adulta, efectivamente, con Dune reverberando en sus imágenes más conseguidas, casi todas en una maraña de pantallas holográficas, que son su seña de identidad. El problema, al menos para mí, es lograr escalar lo que considero una montaña innecesariamente elevada. La proeza me ha llevado varios meses y una paciencia que no creía poseer. Cosas que pasan, ni más ni menos...
Sólo se la recomendaría a gente que se aburra viendo cine.
Saludos.

viernes, 24 de enero de 2025

Películas para desengancharse #128


 

El lumínico de una diapositiva se tiñe con una gota de sangre, que se extiende borrando la imagen original. Un niño con un impermeable rojo cae a un estanque y se ahoga. Él, ella, ambos, que se muestran despreocupados, luego desgarrados, más tarde intentando recomponer los pedazos, finalmente buscándose sin encontrarse en una Venecia mohosa, de lutos otras seriedades menos justificadas. La tarea de Nicolas Roeg en DON'T LOOK NOW, lo que la ha elevado a un culto que ofrece nulas respuestas, es deconstruir el relato de Daphne Du Maurier, o sumergir todas las explicaciones en una visión subjetiva que audazmente transmuta de un personaje a otro, dejando al espectador con la responsabilidad de ejercer como demiurgo improvisado, y que se ve expuesto a las incertidumbres que pueblan este film de género indetectable. Es por ello que se mantiene, más de cincuenta años después, en el lugar que pertenece a las obras singulares, fuera de cualquier dogmatismo acomodaticio. Y es curioso, pues la crítica entusiasta no duda en señalar la masiva influencia de un film que no se parece a ninguno, pero extiende lazos por géneros tan dispares como el cine de terror, el drama psicológico o los experimentos cromáticos de Powell y Pressburger, que me parece el marco más definitorio para este descenso a los recovecos más torturados de la mente. Y desde luego, una de esas películas citadas miles de veces, probablemente por descolocar sin esfuerzo a los críticos de mesa camilla y lente sin revisión óptica.
Clásico absolutamente circundado de modernidad.
Saludos.

jueves, 23 de enero de 2025

La ciudad y el tullido


 

Conveniencias e inconveniencias de una serie como THE PENGUIN. Expandir el universo, ya desmarcado, que vimos en THE BATMAN, aunque si obvias la caracterización de Colin Farrell estaríamos hablando de "una nueva serie de gangsters y otras hierbas". La conveniencia es comprobar que aún hay productos para la pantalla pequeña con presupuestos más o menos holgados, pero la inconveniencia es que la sensación final es la misma de tantas otras series: contentar al máximo público posible, diluyendo la potencia del montante. THE PENGUIN es una buena serie, que suponemos tendrá continuación, pero no creo que sea ese punto y aparte que los más entusiastas se han adelantado a señalar, poniéndola en lo más alto del espectro televisivo de ficción. De hecho, todas las idas y venidas para poner en contexto el ascenso al poder de Oz Cobb, se topan con la necesidad de introducir una ingente cantidad de secundarios, la mayoría meras comparsas, que no ayudan a agilizar un ritmo ya de por sí un pelín deslavazado. Por contra, el guion, una vez centrado en su protagonista, consigue evitar las bobadas de la corrección política, con las que flirtea constantemente. Lo mejor, por tanto, me parece ese equilibrio que lo hace un producto satisfactorio tanto para quienes no saben nada de este "universo expandido" de D.C., pero también respeta al fan que viene de comprender los aciertos del gran giro que supuso el film de Matt Reeves.
¿Es buena? Es buena ¿Es grande? No, no es grande.
Saludos.

miércoles, 22 de enero de 2025

Hasta que la vida nos separe


 

Respecto al film de Eggers, lo primero que se me vino a la cabeza fue CORPSE BRIDE, donde Tim Burton encontraba el vehículo ideal para plasmar sus obsesiones fílmicas, y aquí están un buen puñado de las mismas. Claeo que con un trasfondo menos sombrío, pues estamos ante una genuina comedia romántica, con guiños a Lubitsch en lo argumental, o a Hawks en la fisicidad de su desarrollo. Apenas hora y cuarto bastan para viajar desde el mundo de los vivos al de los muertos, cuando Victor Van Dort, prometido con su novia, Victoria Everglot, pero tras un ensayo particularmente desastroso, Victor confunde una raíz con lo que termina siendo el dedo de un cadáver muy particular: una joven que murió con el deseo de casarse, y que al tener ese anillo de bodas reconoce a Victor como su promertido. 
Con un uso del stop motion absolutamente impresionante, Burton se encuentra como pez en el agua en esta historia para todos los públicos y edades, evocando los mejores títulos del cineasta, con esa encantadora mezcla de lirismo y elogio hacia "lo diferente", que compone el leit motiv de una película que gana enteros con el paso de los años. Veinte hace ya desde su estreno, y entre las curiosidades que lo envolvieron, una de las más significativas es la competición que tuvo como mejor film de animación en los oscar. Recuerden que por allí estaba EL CASTILLO AMBULANTE, pero recayó en otro infaltablede las figuras animadas, como eran Wallace & Gromit; o que sucumbió en aquel Sitges ante HARD CANDY, cuando era favorita en todas las apuestas.
No pasa el tiempo por ella.
Saludos.

martes, 21 de enero de 2025

Hermosa corrupción


 

El NOSFERATU de Robert Eggers no es una película de terror, su mayor preocupación consiste en alejar todo lo posible las siempre molestas problemáticas provenientes del "contentismo". Hay que contentar al público, a los productores, a quienes consumen cine como caramelos, por lo que es más necesario que nunca acordarse de los preceptos de David Lynch ¿No es eso esta historia? ¿No estamos, acaso, ante la celebración de la corrupción como único camino a cierta integridad? Mancillar lo puro, despreciar lo pacato, coordinar la guerra al "plataformismo"totalitario y ceporril. Eggers no inventa nada, ni lo pretende, sino que cabalga a lomos de Murnau, y de cuando en vez choca copas con Herzog. El resultado es un hermoso relato de antiterror, en el que es imprescindible leer entre líneas, de las interpretaciones sobre todo. De hecho, la gran protagonista es Lily-Rose Depp, que navega por todos los éxtasis posibles; del ofendido al curioso, del erótico al astuto. Su personaje es puntuado por un Orlok que va agigantándose como amenaza inevitable, aunque el mérito de Bill Skarsgard está en componer un personaje que apenas aparece en pantalla, pero curiosamente está omnipresente del primer al último fotograma. Pensaríamos que esto va de matar al vampiro, que prevalezca el bien, pero nos quedaríamos muy lejos de la potencia de unas imágenes que nos llevan de la mano hasta un estado de ánimo alterado, donde (sí) la destrucción sólo puede sobrevenir de la miserable entrega a la que el amor obliga, sin que nada ni nadie quede por encima de este hecho. Imprescindible el doble visionado, y no les digo nada de verla en pantalla grande y en versión original. De no ser así, todo lo afirmado anteriormente carece del menor sentido.
Cine abriéndose paso en la era del audiovisual mongólico.
Saludos.

lunes, 20 de enero de 2025

Huida del tedio


 

No hay nada menos defendible en cine que hacer apología de lo que nos ha aburrido, lo que suele hacerse en pos de que lo solemne, lo circunspecto, son sinónimos de calidad, y tampoco es eso. Una de las películas más entretenidas del último Sitges fue ESCAPE, y puedo asegurar que ésta es su gran baza, pues su endiablado ritmo y corta duración nos hace pensar en otras épocas, donde noventa minutos bastaban para despachar una historia con planteamiento, nudo y desenlace, que debería ser la norma si amos a lo puramente comercial. Básicamente, es la historia de un sargento norcoreano, cuyo sueño es cruzar la frontera y largarse del inmundo régimen que lo atenaza, para lo que idea un ingenioso plan de escape, que ensaya invariablemente en unos pocos minutos diarios. El guion, magnífico, se dedica a familiarizarnos con lo inverosímil, y el plan de huida se complica hasta extremos insospechados, sobre todo con la introducción de otro personaje, un mayor que oscila entre la genialidad y la psicopatía, y que se obsesiona con el protagonista por culpa de un pasado en común que explica muchos de los cabos sueltos de una trama siempre en el alambre, pero que logra llegar indemne hasta un tramo final especialmente emotivo. No es la película que les cambiará la vida, pero son 90 minutos en los que cabe acción, drama, comedia y hasta denuncia social. No sé quién da más.
Saludos.

domingo, 19 de enero de 2025

Rincón del freak #631: Teenage Amateur Zombie Turtles


Me viene como anillo al dedo una película como ALL YOU NEED IS BLOOD para explicar la diferencia entre la subversión y la mofa, habitualmente enmascarada por la bomba de humo que supone el género en su vertiente más reconocible para los fans. También vista en Sitges'23, Cooper Roberts proponía en su debut una estimulante comedia de terror, punteada por multitud de guiños metanarrativos, entre los que se encuentra la broma de colocar al personaje protagonista como codirector. Y es que esto va de un chaval que sueña con rodar una peli amateur y presentarla a un "prestigioso" festival, aunque su único capital son una pequeña cámara de video y su entusiasmo. Con lo que no contaba es que un misterioso meteorito ha aterrizado en su patio, y que tocarlo supone convertirse en un zombi hambriento, pero finalmente hace de la necesidad virtud, y el problema es la solución: puede rodar una película de muertos vivientes... reales. Sin ser un desastre, todo lo que Roberts presenta como explosivas irreverencias son apenas extractos de títulos similares, ante los que se postra como un fan más. El tema de los zombis irrumpiendo en un rodaje parece una constante en los últimos tiempos, y aunque este pequeño film se vea sin mayores agobios, lo cierto es que aporta muy poco novedoso... excepto que a lo mejor es la primera vez que vemos en pantalla una tortuga zombi...
Saludos.

sábado, 18 de enero de 2025

More emo than an emo


 

Terminar una película con el "Drácula ye-ye" de Andrés Pajares es suficiente argumento para ponderar cualquier cosa que suceda en ella. Lo digo porque VAMPIRE HUMANISTE CHERCHE SUICIDAIRE CONSENTANT es canadiense, y hasta donde sabemos este gesto coloca a su directora alineada con el frikismo musical de, por ejemplo, un Tarantino. No solo ello, sino también la saludable sorna con la que se nos cuenta la difícil tesitura de Sasha, una joven vampira de 68 años que se niega a morder a nadie, porque su postura es respetar la vida ajena, aunque suponga su alimento. Todo ello ante la incomprensión de su familia, que piensa que sólo es una fase tonta de juventud, y que Sasha mantendrá intacta la tradición familiar en cuanto muerda un buen cuello. Un poco a caballo de la melancolía de DÉJAME ENTRAR y la comedia desaforada de LO QUE HACEMOS EN LAS SOMBRAS, la película, aun con sus altibajos y problemas de ritmo, es una curiosidad de esas que se celebran por su concisión y falta de prejuicios, con un trasfondo muy interesante como retrato generacional y sin renunciar a cierta truculencia, lo que le valió una mención especial en el Sitges de 2023. Y todo ello hace que vuelva a preguntarme el porqué de que estas propuestas tengan una distribución tan pésima, hasta el punto de pasar completamente desapercibidas.
Es una película más de vampiros, pero también es mucho más que eso.
Saludos.

viernes, 17 de enero de 2025

Películas para desengancharse #127


 

Pocas películas más modernas que THE WIND, que cumple 97 años en estos días. Lo es por su sencillez argumental, entrando en la psique de sus personajes sin que éstos necesiten tan siquiera hablar. Lo es también por su acertado empleo del simbolismo, que le da ese aire de fábula intemporal, de tratado sobre la inocencia acechada, pisoteada por intereses de todo tipo. La joven Letty llega hasta una casa familiar donde no es aceptada, y se ve empujada a aceptar un matrimonio con un hombre al que apenas conoce, aunque su verdadera amenaza la encarna un siniestro ganadero, que la embauca con mentiras. A Victor Sjöström le basta el espacio único de una destartalada cabaña, la mirada desquiciada de una Lillian Gish que nunca estuvo tan expresiva, y, sobre todo, el viento. Un viento omnipresente, incesante, que empuja los cuerpos y desordena todo a su paso; el viento como demonio de los celos, de la envidia, la violencia, la rudeza que enmascara los buenos sentimientos. Hay muy pocas películas que sean capaces de expresar tantísimas cosas con tan pocos elementos, pero aún menos que se mantengan plenamente vigentes a lo largo de los años, conformando un manual ideal para contextualizar el sobrecogimiento de lo desconocido, o el tortuoso camino hacia la justicia.
Y aprovecho esta oportunidad impagable para rendir homenaje a una señora llamada carmen, que era (siempre será) mi abuela, y que se marchó (quién sabe si con el viento) con la misma edad que esta gran obra maestra. Para ella...
Saludos.


 

 Buenas noches a todos y a todas. Escribo esto por sorpresa, desde la cama y en el móvil. Una forma silvestre de escribir, y que no parece estar tan mal después de todo. No es la norma, pero ha muerto David Lynch, y por primera vez en mi medio siglo de vida, puedo afirmar que el cine me ha traspasado en directo, sin editar. Lynch no era el mejor director de la historia, pero era el director de mi película favorita, y eso marca. Ser único, inimitable en una industria que es, de ser algo, una factoría de facsímiles indistinguibles, Lynch adoptaba la actitud del niño, la mejor, que es fascinarse en la simbiosis que va de sentir a pensar, y por ello sus películas siempre parecían desarrollarse en un plano onírico, mental, abstracto. Deconstruir a David Lynch sería lo ideal, introducirlo en su mundo particular, donde una idea fundamental brillaba por encima de las demás. Lynch fue el director que con mayor saña enfrentó a la verdad, la bondad, la inocencia, contra las fuerzas oscuras que rigen este mundo, y a menudo nos decía que el bien puede prevalecer, sólo hay que tener claro que el diablo nos espera tras cualquier esquina. 

Es el último montaje de una película apasionante que acaba en el día de hoy, a contracorriente, como no podía ser de otra manera.  No hay mucho más que decir, entre otras cosas porque todos sus largos ya están en estas páginas, y los cortos son harina de otro costal. Vuelvan a Lynch, azoten su mirada y sorprendan a su capacidad de sorpresa. 

No hay banda. 

Saludos...


jueves, 16 de enero de 2025

El material de la virtud


 

Uno no debería dejar que lo recorran los sentimientos, menos viendo cosas como MEGALOPOLIS, o el canto del cisne de uno de los pilares del cambio de paradigma en el cine norteamericano. En esencia es eso, una oda a la megalomanía como unica reacción a la estupidez, una reflexión tan insólita como riesgosa, a la que el público amamantado por las plataformas no está acostumbrado a procesar. Véanlo como una experiencia, un corte de mangas o una lección de viejo chocho, que también es un excepcional cineasta al que siempre le vino bien alguien que se la echara al suelo. Ponerse a polemizar con una imagen gigante de Ayn Rand a tus espaldas no parece la opción más tranquilizadora, pero a Coppola esto le importa un bledo, el resultado final es un drama íntimo ridículo mixturado con un desmesurado anuncio de Gaultier y una retransimisión de las doce campanadas (esto es literal). De repente aparece un flash, un eco remoto de unos tiempos y unos modos que ya son ininvocables, pero que sirven como epitafio finisecular de esa manecilla que detona a la humanidad entera. Erróneamente ambiciosa, con un extraño encanto que no esquiva imperfecciones en su apariencia de campeonato de curling gélidamente acendrado, lo más inquietante es que ni siquiera, y ni mucho menos, es lo peor que ha rodado este gigante cuyo telón sigue haciendo mucho ruido después de haber sido echado.
Saludos.

miércoles, 15 de enero de 2025

Conlegado


 

La gente echará la vista atrás y verá a un señor de más de ochenta años dirigiendo una superproducción. La gente tendrá una perspectiva de 25 años para decidir si era necesaria una continuación, si esta GLADIATOR II responde a un capricho industrial, una anomalía contractual o nos sirve para que dentro de otros 25 años constatemos el momento justo en el que el cine se convirtió en sólo audiovisual. La cosa es ¿es tan mala? No me lo parece, aunque la otra tampoco me parecía tan buena. Así las cosas, hay rinocerontes, monos raros, monos enanos, tiburones y una absoluta ausencia de prejuicios. Es una película de aventuras del montón, que se aprovecha del tirón de su predecesora, que la acribilla cuando se queda sin ideas, o que inaugura el peplum congelado, por sus postales de rostros y cuerpos pétreos, por su colección de miradas perdidas, emperadores pastilleros y, sobre todo, un protagonista que parece querer huir de ahí a toda prisa, pero también se queda frío. El único on fire, Denzel Washington recuperando a Alonzo Harris, como no podía ser de otra manera...
Si fuera leche, dolería tomarla.
Saludos.

martes, 14 de enero de 2025

La memoria estropeada


 

Es lo que tiene dejar pasar los años, no volver a una película, manteniendo el recuerdo en la bruma de no haber entendido bien la historia, y conformarse. No recordaba que EL ESPINAZO DEL DIABLO fuese tan buena, cómo el guion van mutando con buen ojo, desde el relato sobrenatural, apenas una excusa por muy bien que esté rematada en el escalofriante desenlace, hasta una especie de western truculento e inesperado. Se trata de hilar con paciencia todos los cabos, la mayoría sugeridos: el orfanato en ninguna parte en los últimos estertores de la guerra civil; la llegada de un chaval y su difícil adaptación; las tensiones internas entre la directora, el médico y un antiguo interno que realiza los trabajos físicos; la presencia inquietante de un fantasma. Pero ya lo dice el propio lema del film ¿Qué es un fantasma? Del Toro se las arregla para que nada chirríe, y debería, pero los actores están convincentes, las relaciones tienen sentido, el trasfondo de la guerra, aun en sordina, incrementa el clima de violencia creciente y no hay un solo paño caliente en una historia repleta de niños, algo insólito en estos tiempos de cristal fino. En definitiva, una película que se me ha revitalizado sorpresivamente y que no recordaba volver a ver desde el año de su estreno. Eso y disfrutar, claro, de una pareja de actores que son un lujo para los sentidos...
Hasta aquí el homenaje. El cine sigue...
Saludos.

lunes, 13 de enero de 2025

Más fuerte que la muerte


 

Hace nada menos que 25 años, la actriz Carrie-Anne Moss, aupada al estrellato por MATRIX, protagonizaba la que me sigue pareciendo la muy mejor película de Christopher Nolan, MEMENTO, en la que era testigo de la terrible existencia del protagonista, aquejado de una extraña amnesia temporal. Un cuarto de siglo después, pareciera que a Moss la persiga dicho papel, aunque con unos matices que es mejor no desvelar. De hecho, todo secretismo es poco con DIE ALONE, última ganadora en la sección Midnight X-Treme de Sitges, donde sorprendió por la solidez de un guion tan preciso que solventa una gran cantidad de problemas técnicos, que desvela una producción modesta. Hay que tener paciencia con este film, que arranca como el enésimo apocalipsis zombi, y que arrastra un ritmo cansino y unos personajes bastante irritantes. Ni siquiera los zombis son especialmente impactantes, y la historia central va a trompicones, con un protagonista que busca a su novia, pero tiene una amnesia recurrente, que lo lleva de un lugar a otro sin acordarse de gran cosa al día siguiente. Es Carrie-Anne Moss, es una historia fragmentada por la condición del personaje central y es un tramo final magnífico, que parece otra película diferente, que no sólo dota de sentido a todo lo que antes parecía deslavazado, sino que nos regala uno de los finales más sentidos y emotivos de los últimos tiempos. Así que ahora, igual que entonces, la actriz canadiense da cartas de nobleza al cine de género, y eso es una magnífica noticia para los aficionados.
Saludos.

domingo, 12 de enero de 2025

Rincón del freak #630: Gente que le pone Noa a los niños...


 

Dejen de llamar Noa a sus hijos, no suena bien, como una lima sobre barniz, espaguetis tras dos días sin ducha o votarle a los que están contra tus intereses, para que un día te manden a freír espárragos, porque lo que querían era quedarse con ese trozo de queso que te hicieron creerte la ratita más afortunada de un corral repleto de gatos. Lo digo porque quizá se topen con NOWHERE, porque es de Netflix (en el amplio sentido del engañabobos), es española (aunque hablar se hable poco) y su premisa es cojonuda: por fin sale Abascal elegido, así que todo el mundo a cascala, a buscarse la vida fuera de España, sobre todo los niños y las embarazadas... ¿Por qué?... NPI. Entonces es Anna Castillo encinta que se quiere largar a lo ilegal, y junto a su chorbo los meten en un container rumbo a Irlanda, que es (alucina, vecina) el único país exento de totalitarismo. Pero no se flipen, que esto no es HIJOS DE LOS HOMBRES, sino un mashup del NÁUFRAGO de Tom Hanks con una señora que se ve solateras, a punto de dar a luz y flotando en mitad del océano ¿Lo quieren más difícil? Lo difícil es verte terminándote esta cosa, y hasta creyéndote que es eficaz, o que el género está de enhorabuena en el cine patrio. Es tan conductista, tan efectista, tan robaperas con tantas cosas resonando en cada imagen, cada solución argumental (incluyan LA VIDA DE PI o MADRE CORAJE, que no sé si existe), que al llegar la catarsis final te da lo mismo quién gobernaba o si las imágenes del principio eran de Aluche, o si no tendremos idealizados a los irlandeses, que no deja de ser gente que escribe cosas raras... 
En serio, piénsenlo dos veces antes de ponerse con esto, y consideren Maricarmen por un segundo. Yo les avisé antes.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!