jueves, 26 de junio de 2025

El dulce más amargo


 

A veces, para mostrar el desequilibrio, la caída en picado de una persona, es suficiente con mostrar su felicidad, la incomprensión, ese malestar por la indiferencia ajena ante el éxtasis propio. El infierno son los otros y el paraíso nunca es compartido, que vendría a ser el leit motiv del interesantísimo debut en la dirección de la parisina Iris Kaltenbäck, que en LE RAVISSEMENT empuja los límites del relato en la dualidad que comparten dos amigas del alma, Lydia y Salomé, en el que una sólo es feliz si la otra es desdichada. Justo hasta el nacimiento de la pequeña Esmée, que lejos de suponer un estallido de felicidad, encenderá la parte más oscura de Lydia, comadrona de profesión, que no puede tener hijos, y que urde un diabólico y desquiciado plan para atraer al hombre que acaba de conocer. Película francamente sombría, de sonrisa congelada e incomodidad insoslayable, podría tratarse de una comedia negra (negrísima), de no mediar el patetismo desprendido por la actriz Hafsia Herzi, magnífica transmitiendo la soledad, el cansancio y el desarraigo de una mujer que alo mejor sólo quiere una vida normal, algo que debería cotizar en bolsa en estos tiempos crueles, capaces de mercantilizar hasta el gesto más sincero.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!