No hablábamos gratuitamente el otro día de Michael Bay, un director que personalmente me saca de quicio por su querencia al exceso gratuito, en historias que parecen sacadas de un manual para dummies. No lo hacíamos porque las tormentas perfectas existen, y PAIN & GAIN es, al menos de momento, la gran obra maestra (con todas las reservas del término) de su director, que encontró prácticamente de casualidad un suceso acaecido en Miami, que al menos en parte le daba la razón su estilo ciclotímico, del que sigue siendo rey indiscutible. Si uniésemos PULP FICTION con RESACÓN EN LAS VEGAS, o AFTER HOURS con MORTADELO Y FILEMÓN protagonizando MIAMI VICE, posiblemente nos quedaríamos cortos para describir este thriller sangriento y divertidísimo, con un trío protagonista que por separado nunca he visto mejor. Tres garrulos hiperciclados y que no juntan media neurona, interpretados por Mark Wahlberg, Dwayne Johnson y Anthony Mackie, que vendrían a ser todo lo patético y miserable del "M.A.G.A." trumpista, que perpetran una estafa que en sus mentes sonaba perfecta, pero termina, literalmente, como el rosario de la Aurora. Con un sentido de la sátira similar (ojo a esto) al Berlanga de las "escopetas", su fisicidad siempre esconde segundas y terceras intenciones, disparando a casi todo lo que se le pone por delante: el desmesurado culto al cuerpo, el dinero como única religión, los personajes corruptos que te hacen descender los anillos de Dante. Por supuesto que se puede hacer esto con el estilo de Bay, y el resultado es tan cojonudo que inmediatamente piensas que no hay otro director capaz de esta mezcla diabólica, por lo menos no tan diabólicamente conscientes de su corpus innegociable de comedia negrísima. Sí, están los Coen, pero los detractores siempre dirían que no se rebajarían a esas cámaras hiperlentas, ni unas tetas siliconadas en primer plano. Indiscutiblemente, la mejor película de este señor, un enorme técnico con destellos de director de cine. Y, lo que no es ni mucho menos poco, dos horas y pico que te tienen pegado a la pantalla, como debe ser en cualquier entretenimiento que se precie.
Rescátenla para estas tórridas ocasiones que han de presentarse.
Saludos.
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