No pregunten cómo ni por qué me vi ante FEUER UND SCHWERT-DIE LEGENDE VON TRISTAN UND ISOLDE, ignota coproducción germano-irlandesa que venía de la fiebre desatada por el EXCALIBUR de Boorman, pero se queda en un pétreo ensalmo de la leyenda en la que se basa, con intrigas nimias y una historia de amor que no desmerece a cualquier subproducto presestero. El único motivo por el que me he adentrado en catacumbas interneteras, para tragarme esto en alemán sin subtítulos (no hay, que yo sepa), es la curiosidad motivada por el premio a la mejor fotografía que se llevó en Sitges'83, y que me da una idea de cómo serían los contendientes (allí ganó el primer Luc Besson, por cierto). Ah bueno, y porque el protagonista era un jovencísimo Christoph Waltz, que no podía ni soñar su meteórica aunque tardía carrera posterior.
Jodidamente aburrida.
Saludos.
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