martes, 14 de septiembre de 2021

El abismo siempre devuelve la mirada #3


 

HAPPINESS no es sólo la mejor película de Todd Solondz, esa piedra angular que explica y da forma a todas las obsesiones del director norteamericano. También es una de las más lúcidas, terribles y descarnadas visiones del ser humano que se pueden ver en una pantalla. Y duele. Y Solondz no puede evitar hacer un chiste en el momento más inoportuno, porque sabe que todos los momentos lo son. HAPPINESS vendría a ser el SHORT CUTS que Altman no se atrevería a rodar, y que incluso necesita de la exageración para hacer más soportable lo que, en algunos momentos, casi te obliga a decir "basta, no puedo seguir viendo esto". Y hay de todo, desde obsesos sexuales, acosadores telefónicos, pederastas, asesinas descuartizadoras a mujeres insatisfechas, cínicas, o directamente hipócritas. Nadie, en ningún estado, se salva de la devastadora mirada de este director, un misántropo con alma de niño, un pervertido vestido de santo. Su dictamen es que todo está podrido, que sólo nos podemos soportar mediante las apariencias, y que ser absolutamente sinceros nos puede llevar a mirar cara a cara a ese terrorífico abismo, que nunca parece ser lo bastante profundo. La vi en su estreno y quedé noqueado, sobre todo por la insólita franqueza con la que abordaba cuestiones espinosas, terribles; la sensación, casi un cuarto de siglo después, es aún devastadora. Hay muy pocas películas como HAPPINESS, muy pocos directores como Solondz, y muy pocos espectadores o críticos que sepan explicar qué diablos acaban de ver, tan sólo porque por una vez les han derribado la pared que salvaguarda sus nobles conciencias.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!