sábado, 11 de septiembre de 2021

Empezar con blancas


 Para terminar (por el momento) con Belmondo, qué mejor película que LE PROFESSIONNEL, cinta de culto, de enorme éxito a principios de los 80, y que desafiaba todas las convenciones del thriller, al mismo tiempo que creaba un nuevo icono, el del agente especial zarandeado por decisiones tomadas en despachos, y que harto de ser un títere decide tomar justa venganza. Muy curiosa película, con un Belmondo que transita desde el asesino frío e implacable, hasta un tipo de lo más simpático y ajustado a unos códigos morales inamovibles. Curiosa también por ser uno de los primeros guiones firmados por el hoy multipremiado director y guionista Jacques Audiard, junto a su padre, Michel, y el propio Georges Lautner, director de dilatada e irregular carrera, que contó con Belmondo para un buen puñado de títulos. La trama, más intrincada y compleja de lo que cabría esperar, se abre con este agente, Joss Beaumont, traicionado por su propio gobierno, tras ser enviado a una república bananera para acabar con el autoproclamado presidente. Beaumont es retenido en dicho país y obligado a sufrir un campo de trabajos forzosos, pero logra escapar con una idea fija en su mente: llegar a París y acabar con los que le han traicionado. Cruce inesperado de John Rambo y James Bond, Belmondo acaba siendo un agente imparable, el gran "profesional" del título, pero que nunca deja de lado su humanidad, atando cabos con sus seres queridos, y dotando de justicia moral cada acto, por tremendista que parezca. Curiosa también era la omnipresente banda sonora de Ennio Morricone, de gran belleza, y que podría servir tanto para un film como éste, o para un drama romántico; una partitura inmortal y enigmática, que demostraba esa falacia, comúnmente aceptada, de que si hay acción se necesita un fondo trepidante y ruidoso. Una película, en fin, que, cuarenta años después, se ve sin que pierda ni un gramo de interés, y que volvía a poner a su protagonista en lo más alto de los antihéroes "versión entrañable".
Se le echará de menos...
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!