jueves, 1 de abril de 2021

La fina línea de la ironía


 

En una filmografía tan abundante como la de John Ford hay cabida para casi todo, incluso para dejar descolocado a cualquiera. Por ejemplo, THE PRISONER OF SHARK ISLAND es una película tan atípica y esquiva, que de no ser de 1936, lo más probable es que fuese uno de esos locos crossovers, tan de moda últimamente, donde se dan la mano géneros y motivos aparentemente antitéticos. Partiendo de la enésima reproducción del asesinato del presidente Lincoln, Nunnally Johnson divaga sobre la posible cooperación de un médico sureño, Samuel A. Mudd, con el asesino Wilkes Booth, suponiendo que el encuentro entre ambos fue fruto del azar, lo que dispersaría las sospechas sobre el primero, aunque sea éste un dato histórico sobre el que nadie se ha puesto nunca de acuerdo. Así que Ford tira por la calle de enmedio, se la suda el contexto y salva a Mudd de la horca, aunque con un destino aún peor: la cadena perpetua en la "Isla de los tiburones", de donde nadie ha escapado jamás. El film es un excelente ejemplo de relato de aventuras en condiciones extremas, pero es remarcable cómo todo va a contracorriente, tornando a los sureños esclavistas en héroes y a los norteños en sádicos sin escrúpulos y vengativos. Si se va a ver con mirada política, tiene momentos bastante repugnantes, como todos los que atañen a los negros, que simplemente no saben qué hacer con sus vidas tras ser "liberados". No sé si se puede hacer, ver sin contexto una historia tan contextualizada, pero me quedo con el extraordinario ritmo cinematográfico y algunas estupendas interpretaciones, como la del a menudo olvidado Warner Baxter. Como curiosidad, la actriz que encarnaba a la abnegada esposa del doctor Mudd era Gloria Stuart, que tuvo una longeva carrera y vida, pero que apenas fue reconocida cuando, casi con 90 años, intervino en TITANIC, interpretando a una anciana Rose DeWitt.
Muy muy entretenida.
Saludos.

2 comentarios:

David dijo...

Jo! A mí me gusta, que la he visto varias veces...y es entretenida, pero como dices, tiene cosas que...
Cuando llama los negros y dicen algo "este no habla como los otros blancos, habla como los antiguos amos" y se van todos a hacerle caso. Pero sí, si la ves sin esos ojos, la peli está bien. Y luego los hagiógrafos de Ford podrán decir que acaba con el plano del sirviente negro que se reúne con la familia, no con el doctor y el encuentro con su esposa... Aún así.
Me pasa parecido con "El sol siempre brilla en Kentucky"... que la he visto muchas veces, cada vez me gusta más, pero no dejo de ver que es una racistada de aupa, y que la imagen que da de los negros es telita. Y luego está el tema de Stepin Fetchit como criado del juez. No me extraña que los negros dijeran que estaban cansados de esos estereotipos. Peeeeeero aún así y todo. La escena en la que el juez traza la raya porque todos (incluído el negro encarcelado) tienen derecho a un juicio justo, la comitiva del funeral y cómo se van uniendo todos... Mejor imagen da al menos con Sargento Negro...que yo creo que al menos Ford sí fue cambiando su percepción sobre ese tema.
Saludos.

dvd dijo...

Sí, básicamente es una peli de aventuras, vertiente "presidios de máxima seguridad". Un título poco conocido de Ford y que nadie ha reivindicado lo suficiente, supongo que por esos detallitos que la hacen antipática, aunque me parece muy mordaz la escena en la que los esclavos parecen pensarse si les conviene más la libertad. El principal problema es ese trasfondo político, del que podría haber prescindido, porque lo bueno empieza con ese señor, todo dignidad, sobreviviendo en el infierno. Aunque claro, el odio visceral que se tenían ambos bandos también ayuda a entender esa inquina implícita. No sé, me parece que se puede ver sin agobios, que no es poco.
Un saludo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!