viernes, 2 de abril de 2021

El mismo error repetido mil veces


 

El reciente estreno de BLITHE SPIRIT, revisitación del clásico texto de Noël Coward, me da pie a volver sobre una cuestión que vengo detectando de un tiempo a esta parte, sin que parezca resoluble o concluyente. El asunto atañe a cómo se debería denominar a un remake que no es capaz de asumir nuevas formas, y cuya reverencia, por genuflexa, lo acerca más a una expresión de impotencia artística que a un tributo más o menos rendido. Si hubiese sido un texto "original" (les dejo a ustedes los matices), el film de Edward Hall, curtido en la televisión británica, no bajaría de ser una comedia simpática, correctamente facturada y con algunos chispazos de ingenio. Lo jodido en este caso, es que (¡otra vez!) se han necesitado tres guionistas para lo que no es más que un famélico remedo preexistente. No sólo no se atreve a dar un pasito más allá, e integrar las formas contemporáneas en las ideas de época, sino que cambia algunos pasajes por capricho, sin que aporten nada más que (ahí vamos) el susodicho y reverberante logos del empoderamiento femenino... ¡en un texto de Coward! 
En fin, que se trata de una peliculita muy tibia, poco recomendable, y engastada en un juicio moral patético y risible; no porque juegue a un feminismo de la señorita Pepis, sino porque Coward ya hacía eso 75 años antes más sutilmente.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!