lunes, 14 de septiembre de 2020

Trascender desde la ligereza


 

Más allá de ser un placer culpable, VAMPS, que supuso el regreso de Amy Heckerling al largo en 2012, es un compendio, constatación y homenaje (quizá "auto", ¿pero quién podría resistirse?) a un tipo de cine, devenido en ideario sentimental, que ya tiene imposible regresar. Efectivamente, la comedia adolescente ya no es lo que era, y qué mejor para matarla y enterrarla que una comedia adolescente sin adolescentes ¿Que cómo se hace eso? Fácil: obviando la edad. Para ello, Heckerling ideó a un par de adorables vampiras, que desde el desternillante arranque dejan muy claro que ni son abominables, ni lánguidas, sólo un par de chicas que "viven" de noche y que intentan mantener un estatus de diversión yendo a locales de moda, mientras sostienen el solemne juramento de no alimentarse de humanos, con algunos batiditos de rata como aperitivo. Es una buena película porque es capaz de trascender su propia condición de género, y afrontar desde ahí una emocionante reflexión sobre el paso del tiempo y lo jodido que es no quedar sepultado por un tiempo que definitivamente no es el tuyo. Ellas son una chispeante Krysten Ritter, en el papel de una chica que es vampira desde los 80, con el corolario de autoguiños que Heckerling extrae de ello, el más importante el papel de una Alicia Silverstone que deja atrás su sambenito de eterna Lolita y parece directamente salida de un film de Woody Allen, ya que está no-muerta desde el siglo XIX. Y debo decirlo, porque no entiendo que este film pasara tan desapercibido, sobre todo viniendo de un nombre tan comercial como el de su directora; aunque, bien mirado, puede que la industria no permita, según a quién, reinventarse sin traicionar su propios principios éticos y estéticos. 

No, no es ninguna obra maestra, pero consigue algo muy difícil, que echemos de menos lo que antes aborrecíamos...

Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!