sábado, 30 de mayo de 2020

Los posibilistas



Debo estar perdiéndome algo con Alexandre Aja, no sé. Veo su determinación técnica, el dominio de la atmósfera y la tensión, la seriedad y profesionalidad con la que encara cada proyecto. Pero no me llega, no me hace temblar de emoción, no hay un gramo de poesía en su cine de vendedor de tractores, cine cazurro, gomoso en el discurso, que sospechosamente no se hace una sola pregunta, quizá por no disponer de respuestas. CRAWL es así, una hora y media frenética, sólida, armada con la intención de no esquilmar información, sino dejar claro desde el principio qué compone el menú. Es honesto, supongo, pero también carente, como el cine de un principiante, solo que Aja no lo es, y parece confortable en esa tierra de "grandes artesanos", no tan poblada como podría parecer. Aquí, una chica pasa de la piscina a una Florida anegada por un huracán, en la que busca a su padre, que era su gran valedor como nadadora de élite. Luego salen cocodrilos, por lo que el banquete de agua y sangre está servido; todo encaja, pasa rápido y es disfrutable. Luego, a la hora y media, la pregunta es insistente ¿consumo o consumismo?... Pues eso.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!