martes, 26 de mayo de 2020

Ley marcial



Parecía inevitable que a alguien se le ocurriese la feliz idea de retomar al Juez Dredd y dignificar, aunque sólo sea un poco, el estropicio que ha sufrido el emblema de 2000 AD. Al menos, DREDD, de 2012, se centra en el carácter, amoral e hiperviolento, del cómic original, dejando las zarandajas especulativas para otros menos avisados. Con una estructura sencilla, emulando a algunos títulos emblemáticos del western, el televisivo Pete Travis elabora una película sólida, que va a lo que va, y con unos personajes tan cabrones que la falta de (sentido del) humor parece totalmente justificada en este caso. Karl Urban (actor neozelandés, al que pudimos ver en TLOTR) cumple con el reto de dar vida a un Juez Dredd imperturbable, y sin quitarse una sola vez el casco, cosa que no ocurría (lógicamente) con su discutible predecesor. El el lado contrario, la gran Lena Headey retomaba su rol de mala malísima, como la abeja reina de la inmensa colmena a la que llega Dredd junto a una novata con poderes extrasensoriales. Una vez encerrados en la superestructura, se pondrá precio a la cabeza de los dos jueces, lo que eleva el nivel de tensión, a la vieja usanza, sí, pero tampoco hay mayores pretensiones aquí más que entretener. Y los que se escandalicen con la violencia, están en el sitio equivocado.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!