domingo, 9 de septiembre de 2018

Rincón del freak #323: El cazador y su cabeza intoxicada



Hoy sí, remato el Domingo con una frikada de las buenas, un anticlásico de los que se cargarían a cualquier productora, excepto a una. Sí, porque la Troma también quiso hacer algo en serio, cutre pero serio, y contrató a un joven valor emergente, que venía de poner mucho ketchup en algunos títulos autóctonos. Ahora bien, no se me vayan por las ramas, porque el resultado, aunque estimable en el esfuerzo de conjugar 40.000 dólares, es incapaz de lograr un producto digno, pese a un guion bastante interesante. COMBAT SHOCK, bautismo cinematográfico del hoy conocido Buddy Giovinazzo, es un delirante cruce entre (ahí es nada) EL CAZADOR, CABEZA BORRADORA y EL VENGADOR TÓXICO... ¡A cholón!... Comienza con un hipercutre intento de que nos creamos que estamos en la guerra de Corea, a base de poner imágenes documentales e intercalarlas con un tipo (¡uno solo!) corriendo por un bosque, seguramente a las afueras de Kentucky. Este tipo, interpretado por el hermano del director, Ricky, despierta en una miserable chabola algunos años después, donde malvive con su esposa y un bebé deforme (aquí entra Lynch), arrastrando un trauma por los horrores de la guerra (¿Cimino?) y desesperado por encontrar algo con lo que subsistir. El film, ya digo, tiene loables intenciones, y Giovinazzo hace todo lo que está en su mano por controlar lo que el dúo Herz/Kaufman seguramente le pedirían: amputaciones sin sentido, humor bestiajo y mucha salsa de tomate. Se salva, ya digo, por el durísimo guion (tendríamos que prescindir de las imágenes, claro), especialmente acentuado en su delirante desenlace, que es bastante desagradable, les aviso. Yo apenas la recomendaría por pura curiosidad, porque si no la ven tampoco se pierden nada.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!