sábado, 23 de junio de 2018

Los contornos del genio



Todos los buenos artistas tienen "su trabajo", digámoslo así como si quisiéramos referirnos a un proyecto largamente acariciado, anhelado con devoción hasta que al fin se dan las condiciones para llevarlo a cabo. Ésta, y no otra, es la sombra que planea sobre el ¿biopic? que Don Cheadle erigió, hace ahora unos tres años, a partir del momento más bajo en la carrera de uno de los genios más grandes que ha dado la música de toda la maldita humanidad. Sin embargo, me da la impresión de que, aun así, a Cheadle se le ha quedado corta la carrera. MILES AHEAD podría haber llegado a ser una fantástica película, porque lo tiene todo: una historia apasionante, un protagonista inagotable, unas interpretaciones de oscar (creo que ese año a Cheadle ni se le mencionó) y una dirección imaginativa e inconformista. El problema es otro, es el siempre complicado intangible de aunarlo todo, cohesionarlo hasta lograr un todo cuyas partes, por deslavazadas que sean, se explican unas a otras. Sí, como la música de Miles Davis. El film arriesga (y es de justicia hacerlo notar) al centrarse en el vacío vital de Davis que comienza en 1975, justo después de dividir a crítica y público con dos álbumes que entonces fueron incomprendidos, pero que la historia los ha juzgado como pilares fundamentales para comprender la evolución del jazz. Cheadle juega con los demonios íntimos del músico, los excesos de drogas, las fiestas interminables y los enfrentamientos perpetuos con las discográficas, y lo muestra decadente, huraño, asqueado de la humanidad, recluido en su desordenado apartamento, pero aun así lúcido y descacharrantemente divertido. Y, como aquel mítico Rosebud, el detalle crucial se encuentra en una aparentemente inocente portada, la que muestra el angelical rostro de Frances, aquella mujer...
Saludos.

2 comentarios:

JLO dijo...

recuerdo que se me quedó corta, casi te diría que intrascendente con el personaje a tratar... eso sí, no se si su vida tuvo aristas tan trascendentes como para hacer una película rica, eso ya no lo sé... saludos...

dvd dijo...

Uf, muchísimo más de lo que se expone aquí. Aunque es verdad que la opción de Cheadle es tremendamente ingrata, porque coge al Miles Davis hastiado, drogadicto y casi diría que derrotado por la incomprensión hacia su ansia de experimentación. Fueron cinco años nada menos en los que no se sabía nada de él, y eso es complicado de poner en imágenes si no eres Abel Ferrara, por ejemplo. Cheadle está inmenso, pero el resto no le acompaña.
Un saludo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!