lunes, 4 de junio de 2018

Explicación y sordidez del agujero negro



Lo primero que es necesario aclarar es el origen del título del último film de Pedro Aguilera. DEMONIOS TUS OJOS fue el efímero proyecto que aunó los talentos y sensibilidades de Javier Corcobado y los hermanos Colís, hace ahora unas tres décadas. Y aquel grupo que apenas duró unos meses y legó un soberbio disco, cuya inclasificable marea de sonido incluía una delicada sensibilidad poética y un sucio arrastrarse por las cloacas del garaje de madrugadas y enfisemas, explica mucho mejor el desconcertante argumento de este cruce entre ARREBATO, LOLITA y EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO. Aguilera siempre ha sido y será un artista interesantísimo, insobornable en su propuesta y siempre dispuesto a ir un poco más allá; aquí, nos cuenta la llegada de Oliver, un director de cine, a la casa familiar, donde después de muchos años se reencuentra, sobre todo, con Aurora, su hermanastra, que ahora es una atractiva joven. Pero antes, por casualidad, Oliver ha visto a Aurora en un video pornográfico, posiblemente uno casero y sin que ella lo sepa. Lo complicado aquí es aunar cada aspecto y cohesionarlo, porque el film parece estar siempre al borde del deshilachamiento, repleto de referencias a las que cuesta conjugar en una sintaxis propia. Es un morboso retrato del voyeur esclavo de la imagen, y al tiempo, Aguilera se la juega al explicitar sin pedir permiso las oscuras fantasías de este protagonista, al que encarna con convicción Julio Perillán, pero al que le hubiese hecho falta algún trazo más para entender qué le mueve a fascinarse con una Ivana Baquero que se queda en la retina por alguna razón que no puede explicarse. No es tanto una provocación gratuita como un generoso tránsito por los lugares a los que nos gustaría llegar desde el fondo de nuestros deseos más ocultos; aunque no lleguemos (que es lo más seguro), esos demonios se quedarán bailando co. nosotros para siempre...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!