jueves, 21 de junio de 2018

Corrupción mediante idilio



Suele ocurrir, de vez en cuando, que el cine de género obtiene inesperadas dosis revitalizadoras de filmografías reducidas, en las que podemos celebrar el gusto por tirar de imaginación cuando el presupuesto es escaso. El mérito de DE POEL (EL ESTANQUE) no es otro que crear un clima de desasosiego, en aumento hasta límites insospechados, sin que exista un solo fotograma con efectos especiales, monstruos o escenas de ultraviolencia. Esto lo consigue Mitchell creando una atmósfera de extrañeza, tanto en lo que los personajes perciben como en su propio comportamiento. Sin ser ninguna obra maestra, se trata de un film de terror con una gloriosa duración de 75 minutos, que se apoya en las rencillas que van surgiendo entre los incautos integrantes de una expedición familiar, con la que buscan el lugar más apartado e idílico posible. Con más puntos de unión con las recientes IT FOLLOWS o THE VVITCH, insisto en que no tiene nada que ver con un slasher, por mucho que el enclave invite a pensarlo, y sí más con esos horrores sin nombre que aguardan pacientemente en algún rincón olvidado, y que ponen a prueba nuestra humanidad. Una peli holandesa, sí, y de miedo, sí, para que vean que no todo proviene del mismo sitio...
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!