martes, 26 de junio de 2018

Wajda. Brillo y dominio #43



En 2009, un octogenario Andrzej Wajda filmó TATARAK (EL JUNCO), un sorprendentemente fresco y subversivo relato acerca de una mujer de mediana edad, casada y con una vida estable, que pierde la cabeza por un joven con el que aparentemente apenas comparte algo más que una irreprimible atracción física. El libro de Jaroslaw Iwaszkiewicz, en el que está basado el film, tiene la cualidad de ofrecer mucho más de lo que aparenta, y Wajda capta a la perfección la incomprensión y soledad de esta mujer cuando decide asumir un papel que parece sólo reservado a los hombres, y lo condensa en menos de noventa minutos, en los que la gran Krystyna Janda reverbera mediante una compleja metaficción. Primero interpretando a la actriz que va a dar vida al personaje, es decir, a ella misma, para después compaginar la narración en idílico flashback con unos duros soliloquios, en los que no cesa de reflexionar sobre la necesidad de ir contra las normas, tanto como persona real, actriz, e incluso personaje ficticio, y confrontando unos escasos momentos de felicidad a un desenlace trágico e inesperado. TATARAK fue, sin duda, el último gran título de Wajda, una película que cualquier principiante firmaría con sangre poder dirigir, lo que da una idea de la enorme dimensión de su autor.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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