jueves, 20 de octubre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #3



MOSSAFER (EL VIAJERO), de 1974, es una demoledora metáfora acerca de la imposibilidad de cumplir nuestros sueños, o cómo la vida siempre acaba por devolvernos la bofetada más fuerte. Esta es la historia de Qasem, un chaval alérgico a los libros y a cualquier tipo de imposición disciplinaria, y que sólo tiene una meta en la vida: viajar a la capital para ver un partido de fútbol. Kiarostami apenas necesita de una hora para disparar donde más duele, sin posicionarse con falsas moralejas y poniendo cada estamento en su sitio. La madre autoritaria, el padre holgazán, el maestro sádico... El entorno de Qasem hace de él un rebelde, carne de cañón para una sociedad que impone y no escucha; pero el director iraní no es complaciente, y retrata a su pequeño protagonista como un niño sin infancia, que usa el engaño para lograr lo que se propone y que no se preocupa por nada que no sea él mismo. Tras apropiarse de una vieja cámara de fotos estropeada, y, obviamente, no poder venderla, hace de la necesidad virtud, o estafa, y empieza a retratar a todos sus compañeros, con la falsa promesa de que tendrán una fotografía en breve. Pero es en el tramo final cuando el film se muestra en toda su crudeza, cuando finalmente Qasem llega a Teherán y compra la entrada para ver nada menos que a la selección nacional. Sin querer desvelar el desenlace, el destino tiene reservada una amarga sorpresa para quien ha desafiado las convenciones y se ha marchado para ver cumplido su sueño. Podría ser una moraleja conservadora, pero la descarnada cámara de Kiarostami no permite el aleccionamiento, y sí aconseja la reflexión profunda en la que héroes y bastardos no pueden ser tan fácilmente detectados. En mi opinión, su primera gran obra maestra.
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Hermosa película. Anda que no tiene lecturas el final, desde las de la lucha de clases, la de la moraleja conservadora que usted no ve pero otros sí, la del mito de sísifo (el de los griegos no el de Camus) y etc, etc.
A mí, que soy un simple, me recordó a la novela picaresca española. toma ya.

dvd dijo...

Es verdad que a Kiarostami hay que cogerle el ritmo, serle cómplice o sucumbir ante sus planos ensimismados, pero hay grandes lecciones de vida en sus pequeñas historias, y ha sido uno de los directores que mejor ha sabido captar la verdad de la mirada infantil, y esto siempre conlleva el peligro de la impostura benevolente. Un grande...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!