miércoles, 18 de febrero de 2015

No se puede luchar contra lo que no se ve



Una de las películas europeas que más revuelo y expectación han causado a lo largo de 2014 ha sido LEVIATHAN, último trabajo del ruso Andrei Zvyagintsev; una vez vista, se comprende el porqué. Y se me ocurre la necesidad de tangibilidad del sistema capitalista, apoyado en los gobiernos, para conformar la imagen del enemigo a combatir. En cambio, el individuo, armado apenas de un bastón llamado "dignidad", ha de dar bastonazos en el aire, sin saber exactamente contra qué pelea ni quién es ese enemigo a combatir. Lo que Zvyagintsev propone en esta feroz e inteligente película es manifestar al monstruo que siempre yace oculto bajo lo que la ciudadanía conoce como "normalidad". "No despertéis al leviathan", en esta ocasión un alcalde corrupto y de métodos mafiosos, que está obsesionado con arrebatarle unos terrenos a un hombre que se aferra a su obstinación e indignación como una barcaza amenazada por los vaivenes del oleaje. La diferencia primordial entre este film y sus referencias más directas, que yo descubro en el western clásico, es que esta vez no habrá un jinete pálido surgido de la nada, ni veremos a Shane aparecer en el horizonte o a John Wayne defendiendo la propiedad de los Elder. La inevitabilidad de la tragedia va ligada íntimamente al terrorífico y revelador plano final, que no desvelaré pero que bien resume casi toda la historia reciente de aquel país que se supo grande y ahora apenas puede identificarse con la osamenta de una ballena muerta.
Magnífica. Y me atrevería a ponerla entre las dos con más opciones al oscar.
Saludos.

1 comentario:

dvd dijo...

Es dura de tragar, porque nada es evidente, pero me parece una historia tremendamente honesta y que pone muchos puntos sobre muchas íes... y eso que es Rusia...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!