domingo, 15 de junio de 2014

Rincón del freak #158: Aquellos locos cacharros y sus locuelos inventores



De vez en cuando, mi memoria sentimental alude a algún oscuro y lejano recuerdo cinéfilo que se apodera de mi subconsciente y, apoyado en la verbigracia de la adquisición cuasiinstantánea, ya no puedo más que obsesionarme con recuperarlo de inmediato, más por ver si es verdad eso que me dicen de que me hago viejo o si sólo es que la peli ya era mala entonces y yo no me daba cuenta. Ello ocurrióme hace escasas fechas con TIME AFTER TIME (recordada por su traducción, LOS PASAJEROS DEL TIEMPO), de la que tenía un reflejo más que satisfactorio como bizarra aglutinación de personajes históricos y ciencia ficción; nada menos que mezclar a Jack "el destripador" con el escritor H. G. Wells y trasladar a ambos a nuestros días (1979, para ser exactos) para poner en marcha una persecución contra y más allá del mismísimo tiempo... ¿Delirante? Sí, pero hecha con mucho oficio y artesanía de la de antes y con menos fuegos de artificio de los de ahora. Por ejemplo, la divertida y muy british recreación del mítico escritor por parte de Malcolm McDowell (costaría hoy día que un productor aceptase un héroe tan enclenque...), que además de escribir textos adelantados a su época, tenía tiempo para construir una máquina parecida al vagón del Tren de la Bruja e incluso recibir a sus amigotes para libar buen Brandy y meter los pulgares en el chalequito. Mención aparte merece David Warner, un poco perdido en el difícil papel de un Jack "The Ripper" sin misterio y al que le falta su cuota de sanguinariedad, terminando en exceso manso. Ah, y no olvidemos a una joven Mary Steenburgen en un rol que ahora mismo se me hace imposible de rastrear en un film mainstream: empleada de banco divorciada y liberada cuyo afán es devorar machos y que literal y metafóricamente viola al pobre Wells... Así que, terminando, me he dado cuenta de que la entera reseña ha quedado salpicada de nódulos y anomalías espaciotemporales... y eso que sólo han pasado 35 años...
¿Me estaré haciendo, entonces, viejo?
Saludos.

2 comentarios:

ricard dijo...

Me sigue pareciendo una película maravillosa. Extravagante, divertida, entrañable... Y con Mc Dowell sin sobreactuar demasiado, que es otro mérito; y la Steenburgen en el cénit de su etérea belleza. Puede que yo yambién me haga viejo. Saludos.

dvd dijo...

Naaaaaaaaahhh!!!!!... Qué va, hombre. Yo sólo me descubro raro por disfrutar con películas que a la mayoría les parecen tonterías. Pero de ahí a viejo...
Un saludo de anciano a anciano...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!