miércoles, 11 de junio de 2014

Pudieron...



No voy a hablar de política. Cada vez me gusta menos la política, los politicuchos. Pero cómo sustraerse a ese gran acontecimiento mediático que ha supuesto más gestos de preocupación en la ¿izquierda? y derecha de este país desde prácticamente tiempos inmemoriales. PODEMOS es the big thing y Pablo Iglesias su big man; un compendio de ilusión, empuje y, por supuesto, descaro para decir lo que las ultraconservadoras mentes de ¿izquierda? y derecha de este país no se atreven a formular ni siquiera como fantasía alentadora. Ahora ¿han visto MEET JOHN DOE? Porque hay mucho que rastrear de esta inesperada formación ¿política?... ¿ciudadana? en las imágenes filmadas por Frank Capra hace más de setenta años. Así, y aunque el núcleo de la premisa sea absolutamente distinto (el "Juan Nadie" del título es un perdedor dotado de una humanidad arrolladora que termina poniendo en jaque las relaciones de poder entre periódicos y políticos), no me atrevería a negar que precisamente es la asunción de la falta de posibilidades reales de un cambio radical lo que aumenta el tono de una utopía perfectamente democrática. Esto es: en un comienzo que parece sacado de la actual y desastrosa situación laboral, Capra muestra un despido a todo trapo en un periódico, donde han enviado a un cleaner para deshacerse del "material sobrante". Barbara Stanwyck, que interpreta a una columnista afectada, hará de la desesperación virtud, y sobre la marcha inventará a Juan Nadie, representante imaginario de los parias y desheredados del mundo, que, en un acto deliberadamente "jesucrístico", anunciará que se lanzará de un edificio el día de Navidad, y para rizar el rizo, se tratará de uno de los empleados despedidos. Así que el inteligente y endiablado guion de Robert Riskin nos coloca en una disyuntiva que ni siquiera el ínclito Iglesias podría desentrañar convenientemente: ¿El fin, aun siendo un engaño, justifica medios ruines como la mentira o la extorsión? ¿Sería más productivo un discurso escandalosamente claro como el de PODEMOS que la sibilina gota malaya de un, por poner un ejemplo, Duran i Lleida? Algo de ello hay en esta película áspera y complicada, donde Gary Cooper no se lía a mamporros porque prefiere tocar la armónica junto a su compinche de vagabundeos, Walter Brennan.
No es, ni con mucho, de las mejores obras de Capra, pero la he visto tan de actualidad que no he podido resistirme...
Saludos.

2 comentarios:

David dijo...

Eeeh... Muy bien traída y tienes razón. Bueno, tienes razón menos en una cosa (o no estoy de acuerdo) "no es, ni con mucho, de las mejores obras de Capra"...para ti,claro. Para mí, es una de sus mejores. Otro peliculón Y hace ya mucho, en el añorado blog de Crowley le dediqué un extenso post...todavía está por la red por si te interesa:http://es.paperblog.com/la-visita-de-david-meet-john-doe-o-de-safari-nocturno-con-capra-37454/

dvd dijo...

Sin restarle calidad, que le sobra, no me entusiasma como otras. Pero es una cuestión personal, vaya...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!