martes, 17 de junio de 2014

Follar para hablar



Más entretenida y ágil, este "segundo volumen" de las andanzas de Joe, la ninfómana, es una película amalgamada y caótica, sumida en la necesidad de mostrar a todo trapo la caída en desgracia de esta adicta al sexo por la imposibilidad de controlar sus impulsos y, finalmente, por el dilema moral que termina revelándole que el sexo no es un mal, sino un control de pollos, en el que los "aptos" ocuparán su lugar y los "no aptos" sufrirán un destino cruel. A mí lo que me parece es que NYMPHOMANIAC. VOLUME II no es más que una continuación alternativa del pastoso arranque de ANTICHRIST. Es decir, que von Trier no se atrevió entonces a dar un paso humanista y resolvió sus nórdicas dudas existenciales con un seísmo atávico y semislasher, y ahora, un poco más "cálido y cercano", retoma el what if? de aquella repugnante acción en la que una madre deja caer a su bebé de la terraza por no interrumpir un polvo. Aquí es lo mismo, pero más elaborado y con una resolución menos cruenta; Joe necesita sexo constantemente, lo que no le permite desarrollar una vida normal (el individuo ante la norma social), lo que la irá degradando y sumiendo en un estado que acabará por convertirla en un ser incomprensible y, por tanto, rechazado. De sus juegos de juventud pasará a pagar ella misma por sexo o a buscarlo sin reparar siquiera en la persona con quien lo va a hacer; hastiada de no encontrar un límite, llegará a un lugar sórdido y de severas y extrañas reglas, dondes e someterá a brutales sesiones de masoquismo extremo. Un paraíso, vaya. Hay alguna escena en la que tienes que reírte, como la de los dos negros, y otras bastante desagradables, como todo lo concerniente al inabarcable personaje interpretado por Jamie Bell, puede que lo más desasosegante de todo el metraje. También, cómo no, hay tiempo para que al danés se le vaya un poco la olla, porque lo del trabajo de extorsionista profesional, francamente, no lo ubico. En fin, dos horitas la mar de simpáticas, la Gainsbourg en pijama de rayas, la nueva utilidad de las guías de teléfono y, ya para demostrar que el que provoca no es el que quiere sino el que puede, un detallito que pretende ser el summum de la escandalización y al final no es más que una triste anécdota que juega al equívoco, porque donde unos ven apología de la pederastia yo sólo veo a un señor preocupado por su ego(y)manía...
Saludos.

5 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Moralista y calvinista. Lo tiene todo

dvd dijo...

A mí me parece un tipo... ¿cómo decirlo?... Ideológicamente rimbombante. Incapaz de ser peligroso de verdad, pero con una vanidad a prueba de bombas... Un cromo, vaya...

Mister Lombreeze dijo...

sí, sí, pero oye que nos sigue vendiendo la moto el tío. A mí también y voy y me trago estas dos chorradas post antichrist. No escarmentamos o qué?

dvd dijo...

Toda la razón. No llevan vendiendo lo del "Primer Porno Intelectual" desde la penetración en primer plano de aquélla; sin querer pecar de presuntuoso, yo me lo veía venir, lo juro... Pero vamos, que nos la cuelan una vez tras otra...

Mister Lombreeze dijo...

Si es que ya lo de porno intelectual es un contrasentido, pa que seguimos mirando...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!