viernes, 14 de junio de 2024

El nacimiento del mal


 

De tener un precedente claro en el que se apoya THE FIRST OMEN, la explosiva e inesperada precuela de la mítica THE OMEN, sería, al menos en sus momentos más conseguidos, POSSESSION de Andrzej Zulawski. Yo, al menos, lo celebro, porque esa mezcla de fisicidad, amenaza y locura se desplaza sigilosamente por las imágenes de una de las mejores e inesperadas películas de terror recientes. Hay más, por supuesto, como el apreciable gusto por la ambientación de época, las matizadas interpretaciones de unos secundarios que nunca flojean o los constantes homenajes a la original, a la que copia con el respeto suficiente como para no caer en la parodia involuntaria. Hay mucho giallo también, en la conjunción de una banda sonora mutante y algunas opciones de fotografía discutibles, pero que prefiero por arriesgados. La joven directora Arkasha Stevenson, con apenas un par de trabajos televisivos, ha construido un meritorio retablo de "greatest hits", mientras lucha por no ahogarse en un guion no tan atinado, incluso previsible, pero que se vale de un barroquismo visual adaptado a un tiempo en el que no acostumbramos a ver propuestas tan heterogéneas y desafiantes. Será porque nadie la esperaba, será porque Nell Tiger Free nos devuelve por momentos a aquella gloriosa Isabelle Adjani, o por la importancia de que lo sugerido siga siendo más impactante que los cansinos jumpscares, que quedan dosificados a lo largo de dos horas de buen cine, más aterrador que terrorífico, y que contiene tres o cuatro escenas que se quedan en la retina por derecho propio. En estos tiempos, eso es más que mucho.
Ganará con el tiempo si no la sobreexplotan.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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