miércoles, 26 de junio de 2024

Concepto sentido


 

Hay películas que por lo estrecho de su presupuesto se ven obligadas a expandir el ingenio, lo que suele derivar en propuestas estimulantes en lo conceptual y entrañables en el sentido que obtienen desde su trinchera. Ahí milita sin complejos BRIGHTWOOD, ópera prima de Dane Elcar (ignoro si ha hecho alguna otra cosa), que exprime hasta sus últimas consecuencias el desecado de un escenario único, que sorprendentemente acaba siendo el protagonista real de este film a medio camino de la ciencia ficción, el terror descarnado y la comedia negra vertiente "parejas vitriólicas". El obstáculo insalvable es, cómo no, la duración, que se sabe alargada para un guion que daba para un corto de los muy impactantes. Aun así, hay cosas que merecen mucho la pena, como los escupitajos verbales que se dedica esta pareja el día que deciden ir a correr junto a un lago como bálsamo para una ruptura inevitable. Los actores, aun con registros básicos, mantienen el pulso del gilipollas metepatas que va a perder a su pareja de toda la vida y la mujer que está literalmente hasta el coño de que un tío tan vulgar le sea infiel por sistema. Ahí comienza todo, y Elcar logra introducir el elemento fantástico sutilmente, cuando reparan en que llevan un buen rato dando vueltas al lago y no hay rastro del sendero por el que han llegado hasta allí. El resto nos muestra la angustia por el absurdo de la situación, los reproches que se van convirtiendo en un miedo con el que no habían contado, y la sensación de que no están solos... o quizá sí.
Un film pequeñito, fiado en su totalidad a desafiar la credulidad del espectador (como un Shyamalan de mercadillo), pero que es disfrutable si no se le exige más de lo que puede ofrecer.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!