sábado, 4 de diciembre de 2021

Lejos de casa


 

Hay películas de las que un día, sin saber exactamente por qué, te acuerdas, y quieres volver a verla, aunque algo en tu interior te dice que quizá no sea buena idea, y que hay cosas que es mejor dejar en un bonito ostracismo. Así, me encuentro viendo THE BEACH, más de dos décadas después, tan sólo para constatar que era exactamente como la recordaba. Fundamentalmente, operan dos energías dentro de esta historia acerca de paraísos perdidos, evasiones neohippies y sustancias de difícil defensa. Quizá sean tres, comenzando por el hype, que era aquel Leonardo DiCaprio, elevado a nuevo ídolo generacional, y cuya celestial estampa podía encajar casi en cualquier cosa. Así, el primer problema sobreviene cuando se encarga la dirección a Danny Boyle (hype, asimismo, pero por razones diferentes), que entendió por dónde iba la novela de Alex Garland, pero no logró contener las ansias recaudatorias de la Fox, que se frotaba las manos con un bubblegum dramedy, repleto de aventuras y miraditas a la luz de la luna. El resultado fue un artefacto desconcertante y, por momentos, ininteligible; un cruce muy imbécil entre TRAINSPOTTING, APOCALYPSE NOW y EL BOSQUE, pero que no llega a ninguno de esos tonos, y acaba desbarrando en su último tramo, hasta uno de los desenlaces más ridículos que recuerdo. Y sí, el argumento es tan tonto como parece: tres fumados buscando una playita medio virgen...
Más terrible de lo que la recordaba.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!