martes, 28 de diciembre de 2021

Oposiciones a amigo del alma


 

El segundo Goya de Verónica Forqué fue consecutivo, en LA VIDA ALEGRE, de Fernando Colomo. Una película que el tiempo no ha tratado tan mal como cabría presuponer, dado su descarado carácter de "españolada" oportunista. En mitad de la fiebre del "póntelo, pónselo", a Colomo se le ocurrió organizar una comedia de enredos muy enredados, con el telón de fondo de una clínica especializada en enfermedades venéreas; justo en los estertores de la movida, e introduciendo sin ambages una sociedad que cambió la improvisación carnavalesca por la celebración del arribismo económico. Y curiosamente funciona, porque es el terreno en el que su director siempre se ha movido con soltura, el de la anarquía compositiva, o cómo introducir elementos aparentemente deslavazados, cuando cada escena está perfectamente meditada y conscientemente estructurada. Forqué se entiende a las mil maravillas con Antonio Resines, y su matrimonio es la puerta de entrada a multitud de secundarios, que trufan a toda velocidad la narración de chispazos, casi gags. 34 años después, nos puede chirriar su frivolidad impertinente, aunque no seríamos justos, porque hoy día parece imposible que la mujer de un alto cargo del Ministerio de Sanidad se codee con putas y heroinómanos, y mucho menos que lo haga con bondad genuina. Sí, es muy estrafalaria, pero desde luego no es nada cínica.
Saludos.

2 comentarios:

ricard dijo...

Miguel Rellán borda el papel de ministro.

Saludos.

dvd dijo...

Miguel Rellán es un grandísimo actor, y nunca suficientemente reconocido.
Un saludo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!