miércoles, 15 de diciembre de 2021

Magro pero poco hecho


 

BARBAQUE podría contener el discurso más ácido y atrevido de toda la sección oficial de Sitges, de no ser que su directo desprecio a todo lo que huela a corrección política se vea lastrado por la inevitable sumisión a las claves de la comedia física, por mucho que ésta sea negra negrísima. Tampoco es necesario ocultar mucho de su trama, que queda desvelada muy al principio de su (ahí sí, acierto) escueto metraje. Vincent y Sophie tienen una carnicería, de las que en Francia llaman "de prestigio", pero su distanciamiento matrimonial afecta al pequeño negocio, y su clientela les va abandonando por, por ejemplo, superficies más grandes y baratas. En un golpe del destino, y cuando parecen tocar fondo, un grupo de activistas veganos les destroza la tienda, y Vincent mata a uno por accidente. Buscando la manera de deshacerse del cuerpo, la pareja decide descuartizarlo y, en una decisión cuanto menos bizarra, venderlo como si de un jamón curado se tratara. La gracia está en que el éxito es instantáneo, y parece que la gente demandaba carne humana... y nadie lo sabía. Comienza ahí una carrera criminal (siempre en clave un poco bufa), que les hace frecuentar círculos veganos, haciéndose pasar por activistas, ya que profesan una especie de rencor irrefrenable hacia la creciente "moda" de quienes tratan a la gente que consume carne como criminales. Efectivamente, la metáfora es gruesa, mucho, y en ocasiones cuesta no pensar en comedietas subrayadas de otros tiempos, pero aun así tiene algunos golpes ingeniosos, una pareja protagonista muy carismática y ese puntito socarrón y cabroncete, que a los franceses les sale cuando dicen que te están contando un chiste.
Entretenida.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!