miércoles, 28 de agosto de 2019

Cinco oportunidades



LES COUSINS es, a mi entender, a primera gran película de Claude Chabrol, una afilada y desasosegante disección de lo que a menudo nos aguarda en este mundo de apariencias, inmoralidad y bajeza. Sería fácil caer en el panfleto ambivalente o en el drama unipersonal, pero Chabrol es capaz de elevar esta extrañísima fábula sobre cierto "¿valor del nihilismo?" a un nivel acorde tanto al estudio social como a, posiblemente, la ensoñación surrealista. Casi sin despeinarse, el director introduce todos sus elementos en apenas quince minutos, los que bastan para ubicar a Charles, el abnegado y hacendoso chico de provincias, y su primo Paul, una especie de soulagé irreductible, un vividor en toda regla y de quien se desconoce cómo y por qué vive como le da la gana. Al lujoso piso de Paul llega Charles, con la promesa hecha a su madre de volver de París con la carrera de derecho aprobada, y de inmediato se ve envuelto en el caótico y despreocupado día a día de Paul, que nunca tiene prisa por preparar los exámenes. Tras conocer a una chica, Charles le promete amarla para siempre, pero incluso esto es ahogado por Paul, que la convence de lo aburrida que será su vida, y ella se muda a su piso, solo que para estar junto a Paul, en lo que no sabemos nunca si es un desaire o un conato de tentación. Tentaciones constantes y a las que resiste estoicamente el despechado Charles, que erige un muro emocional y se centra en los estudios, mientras su primo lo intenta convencer de que no merece la pena tanto esfuerzo. El espacio casi único del piso de Paul, donde se suceden interminables fiestas, parece más bien un estado mental, o emocional, modulados éstos por la música que va sonando en el tocadiscos, desde Mozart a Wagner, y desembocando en un final casi buñueliano, desolador y altamente reflexivo. Una obra de madurez inusitada de un joven director, llamado a descolgar los cables del diletantismo, un poco como su destrozado héroe, pero con más éxito.
Demoledora.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!