lunes, 5 de agosto de 2019

¿Fin de fiesta?



En fin, se acabaron las vacaciones, los sesteos, la tranquilidad de vivir sin cobertura y de aplazar las cosas porque sí. Por tanto se me ocurrió empezar este curso post-vacacional con un hitazo como AVENGERS: ENDGAME, no por nada en especial, sino por constatar que siempre me gustó empezar grande e ir ajustando las cosas a su debido tiempo. Y tiempo es el que se toman los hermanos Russo (tres horas, para ser exactos) para abrochar una saga que yo no considero tal, sino que más bien aprovecha toda la parafernalia de la saga (esta sí) del "Guantelete del Infinito", para cohesionar en una todas las tramas abiertas en un puñado de películas, crossovers, "origins" y cuantas cosas se le ocurrieran a la Marvel para mantener a flote una épica desbordante y que cumplía la vieja fantasía mitómana de vestir de elegantes sedas lo que no es más que un entretenimiento. Entretenimiento de lujo, dirán algunos, y es posible, pero que también es necesario desgranar en las dosis ofrecidas, que es el verdadero meollo de este inabarcable batiburrillo. Voy a intentarlo, pero no prometo nada...
Primero, todo se abre desde una desolación apocalíptica, en la que los personajes parecen desorientados, lo cuál es bastante lógico: Thanos ha eliminado a la mitad de los seres del universo. En este inicio casi no parece que estemos en una peli de superhéroes, sino un alegato antibelicista, en el que lo complicado ahora es asimilar las incontables pérdidas.
Por tanto, la primera hora es un deambular cansino y que por supuesto adolece de tener que tirar de un guion chabacano para transimitir profundidad de sentimientos, que en este tipo de historias queda como cursi. A ello le sigue una recompostura que, inexplicablemente, se hace a toda prisa y cuando aún quedan dos horazas de función. Los guionistas se atreven a introducir motivos más o menos cómicos (Thor, sobre todo) y ya intuimos que va a haber un nudo gordiano que (lástima) nos van a hacer pasar por ingenioso, cuando lo único que llega es un embrollo agudizado por la manteca de hacer una máquina del tiempo en una tarde...
Pero bueno, al menos nos han reservado una horita para lo que todos habíamos comprado las palomitas, que no es otra cosa que la hora de los mamporros. En esta ocasión más grande y más ruidosa que nunca, con más personajes que nunca y con menos sutilezas, que hemos venido a ver cómo nos partimos la cara y punto.
El final (tranquilos, que no lo desvelaré) rebaja sensiblemente la nota, porque de nuevo vamos a la épica de los sacrificios, a los saved by the bell y a las humaredas tras un escudo roto... Así que ustedes salen contentos, yo me reafirmo en que esto se podía haber acabado antes y nos seguimos preparando para la nueva hornada de títulos Marvel, porque esto no se acaba aquí, y menos tras unas cifras que son aún más mareantes que algunos movimientos de cámara.
Es lo que es. Ni buena ni mala. Lo que es.
Saludos, y bienvenidos de nuevo.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Bendita mitomanía.
sueño de infancia hecho realidad para el que esto escribe.
Y ahora, a otra cosa. Life goes on.

dvd dijo...

Agree, of course...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!