martes, 6 de agosto de 2019

La clase de Lubitsch #26



En 1931, Lubitsch cometió la maravillosa imprudencia de reiterarse en el éxito, por lo que retomó al chansonnier Maurice Chevalier en tareas erótico/castrenses y emplazarlo en una Viena féstiva y desenfadada. Con guion de Ernest Vajda y Samson Raphaelson, THE SMILING LIEUTENANT parte de la presentación del teniente Niki, un galán irreductible que queda prendado de una joven violinista, con la que inicia un idilio que le aparta de cualquier tentación. Sin embargo, la llegada del rey del reino ficticio de Flausenthurm, acompañado de su candorosa hija, coloca al teniente en un aprieto, cuando en el desfile oficial le guiña un ojo a su amada, confundiéndose ello con una falta de respeto hacia la princesa, que pasaba entre ellos en ese momento. Curiosamente, el film concurrió a la carrera del oscar a mejor película de manera conjunta a otro título dirigido por el propio Lubitsch (ONE HOUR WITH YOU), algo sumamente excepcional, aunque ambas se fueran de vacío. Otra de sus particularidades fue que los números musicales dejaban paso a un mayor peso interpretativo, quizá porque Claudette Colbert no poseía la espectacular voz de Jeanette McDonald; aunque también es justo reconocer el acierto en la elección de la excelente Miriam Hopkins, que daba vida al personaje más rico y complejo, una princesita pazguata que parece caer bajo los encantos del teniente, y que acaba acortando su ropa interior y tocando jazz al piano con un cigarrillo en la boca... Nada menos, pero nada más, pues se acercaba el terrible código "moralista", y ya sería difícil hablar de según qué temas, incluso para Lubitsch.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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