jueves, 9 de noviembre de 2017

Películas para desengancharse #39



WITNESS fue una película tremendamente popular a mediados de los ochenta, un afortunado compendio de lugares comunes que comprendía a dos personalidades perfectamente complementarias, como eran a mediados de los ochenta el director australiano Peter Weir y Harrison Ford, un sex symbol emergente como Kelly McGillis, un guion que remitía directamente a los clásicos el cine negro y una ambientación de lo más pintoresca, nada menos que una comunidad amish. Sin haber perdido nada de su fuerza de entonces, el film de Weir (un director al que jamás me atreveré a criticar) bordeaba peligrosamente un ridículo que, en su caso, nunca llega, pero que nos ha dejado a cineastas más incapaces intentando emular este salto mortal sin conseguirlo. La historia gira en torno a un chaval amish (un Lukas Haas que con apenas 9 años ya daba muestras de su talento interpretativo) que presencia por accidente el asesinato de un policía a cargo de otros dos compañeros; a partir de ahí, el agente encargado de la investigación se verá obligado a huir para esconder y proteger al chico, ya que todo su entorno policial parece manchado de corrupción y dispuesto a eliminarlos a ambos. ÚNICO TESTIGO es hoy día un título mítico, con escenas inolvidables, actores que tuvieron su primera oportunidad y un final que es todo un homenaje a Gary Cooper y Fred Zinnemann. La advertencia iba para todos los enterados que entonces dijeron "¿Policías corruptos, niños, amish y desnudos frontales?... Eso es pan comido"... Pues eso.
Por cierto, no se pierdan la estupenda y muy "bachiana" banda sonra del maestro Maurice Jarre.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!