sábado, 11 de abril de 2015

Roto por dentro



Puede que hayamos visto ya demasiadas películas parecidas a BROKEN, películas que tratan sobre la venganza, el ojo por ojo, cuando todo lo demás ha fallado y la confianza en las instituciones encargadas de impartir justicia ha desaparecido. Es un tema controvertido, que no permite medias tintas y que saca lo peor de cada uno a relucir, pero es sintomático que siga siendo un exploitation al que no se le vislumbran señales de agotamiento. Lo que diferencia a BROKEN de títulos similares (es curioso que tantos provengan de Corea del Sur) es que no se preocupa tanto de la estilización simbológica e iconoclasta, sino que intenta echar un doloroso vistazo al momento crucial en el que un hombre lo ha perdido todo, y por tanto es capaz de cualquier cosa. Se trata del siempre difícil tema de la violencia sin sentido empleada por jóvenes, básicamente "porque sí"; en este caso el absurdo proviene del secuestro, violación y asesinato de una adolescente, y ni siquiera se nos escamotea el rostro de los culpables, no importa, no hay aquí un ensalzamiento del asesino como "personalidad", sino que se plantea la cuestión moral desde otro punto de vista. Ante la ineficacia policial, el padre decide tomarse la justicia por su mano... ¿Víctima? ¿ejecutor? La respuesta no es tan sencilla, pero películas como ésta nos colocan ante nuestros deslices morales, sólo porque es impredecible saber qué haríamos nosotros si algo se nos rompiera por dentro...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!