lunes, 6 de abril de 2015

D. W.: El padre del cine #13



En A CHILD OF THE GHETTO, Griffith alternó interesantes fotogramas de la calle, plantando su cámara en la misma, con el intenso drama de una joven acuciada por el hambre tras quedar huérfana y que es acusada injustamente de robo en la tienda que la contrata como costurera, por lo que se ve obligada a huir a las afueras, donde encontrará la felicidad junto a un granjero. Remarcable, también, la notable diferencia entre la racial Dorothy West y los papeles más "almibarados" que le eran reservados a Mary Pickford.




Aunque no se puede decir que sea precisamente dulce el destino de la protagonista de AN ARCADIAN MAID. Aquí, Mary Pickford es una inocente muchacha que se aburre en ese mismo entorno rural que antes ofrecía la salvación, y que cae engatusada ante la charlatanería de un vendedor ambulante (Mack Sennett) que sólo persigue el dinero que la ama guarda bajo la cama para gastarlo en juego y bebida. No obstante, el final será muy diferente a como ambos lo habían imaginado, y casi sin quererlo todo daño será restituido.




Aún más extremo es el caso de ROSE O'SALEM TOWN, en la que Griffith se atreve con la famosa ciudad, tristemente por sus atroces acontecimientos y la locura desatada por las acusaciones de brujería, por las que multitud de mujeres fueron quemadas vivas. La curiosidad proviene de los inesperados salvadores, de nuevo, de Dorothy West, esta vez encarnados por un trampero y sus amigos, los Mohawk. Así, mientras los falsos acusadores quedan bastante mal parados, los indios son los que ofrecen una verdadera imagen de integridad y sentido común.





De menos trascendencia e interés, WILFUL PEGGY es un descarado vehículo de lucimiento para la Pickford, que se encuentra en su salsa en el papel de una "inocente" jovencita que es pretendida al alimón por un Lord y su sobrino. Lo que para otro sería un problema, para nuestra heroína es el caldo de cultivo ideal para enredar a ambos y, evidentemente, no terminar decidiéndose por ninguno.

... Y, saludos...


No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!