viernes, 13 de marzo de 2015

La tormenta de arena



AMERICAN SNIPER termina como debe, pero lo hace imprecisamente, con el vaivén de sus nerviosas imágenes desde la gigantesca tormenta de arena que marca la retirada definitiva del francotirador Chris Kyle del campo de batalla. Antes, en dos horas más largas de lo que deberían, Clint Eastwood tiene tiempo de repasar EL SARGENTO DE HIERRO, INVICTUS o BANDERAS DE NUESTROS PADRES, una miscelánea de sus proyectos más impersonales. Apenas reconozco al gigante con mano maestra de GRAN TORINO, MILLION DOLLAR BABY o SIN PERDÓN; pero a estas alturas yo se lo perdono casi todo, porque Eastwood se ha vuelto un "pasota con conciencia", a menudo sospechosamente reaccionaria. No es una gran película, al menos en términos estrictamente filosóficos, pero le reconozco un brío en las escenas de acción mejor que, por ejemplo, los botones de la Bigelow, que vendría a ser su reverso cerebral. En suma, una película que aporta poco a la filmografía de su director, pero que a Bradley Cooper le viene de fábula para ir quitándose poco a poco la etiqueta de actor cómico; su composición tiene algo del hieratismo (involuntario) de Stallone y la sorna asesina del mejor De Niro, un personaje que no puede salirse de su planicie moral e ideológica y cuya psicopatía siempre encuentra un conveniente escape en un patriotismo a veces desmedido y de manual del fotógrafo de postal (banderas ondeantes, el solvente contrapicado, el enemigo gritando siempre más que tú...). Además, este debe haber como quince o veinte películas mejores, aunque no todas estaban nominadas, claro...
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

A mí me parece reiterativa y que no se aclara con el género al que está jugando (¿a qué viene el duelo con el francotirador enemigo?). No me gusta el final y desde luego, para mí, es apología militarista. Y esto último no es que me parezca mal, pero lo que es, es. No vamos a perdonar a Tito lo que es evidente.

dvd dijo...

Demasiado larga y repetitiva, efectivamente. Yo perdí el hilo cada vez que se iba a casa (¿Ahora dónde carajo está?). Pero vaya, técnicamente está bien hecha, al menos para un octogenario...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!