jueves, 6 de noviembre de 2014

Al azar...



En BALLADA O SOLDATE (LA BALADA DEL SOLDADO), se cumple exactamente la misma máxima que explicábamos hace un par de días. Aunque empleando relaciones diferentes (aquí la madre desconsolada es la que ha de esperar al hijo alistado) y el grueso de la narración esté enfocado al accidentado retorno al hogar materno, la importancia que cobra la transformación sufrida por el joven Alyosha hace que el crescendo, sin grandes aspavientos, devenga en catarsis. La primera víctima de la guerra es la inocencia, es sabido, y quizá Alyosha sea uno de los pocos inocentes que han logrado mantenerse como tales en el frente; y puede que por eso su petición no sea una condecoración tras derribar un tanque enemigo él solo, sino volver a su aldea natal para arreglarle el techo a su madre, antes de que lleguen las lluvias. Por el camino, encontrará traición y lealtad; amor y odio; entusiasmo e indiferencia. Aunque puede que la gran lección que todos aprendemos en esta excepcional película es que nadie es necesariamente bueno o malo en una situación extrema; o que los juicios son prematuros, en una dirección u otra. Tan sólo por el alarde de ritmo y concisión desplegado por Chukhrai en el catastrófico viaje de vuelta en el vagón contenedor de un tren, merece la pena acercarse a este impresionante clásico; impresionante e imprescindible... e impredecible...
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!