viernes, 21 de noviembre de 2014

Un tono de voz agradable



Segunda referencia en el SEFF. La acepción anuncia un modo de hablar enamorado, cantarín, la forma en la que uno no se siente intimidado ni rechazado en la toma de contacto con alguien a quien acaba de conocer, y tan sólo por lo que su timbre de voz es capaz de transmitirle. LILTING es el vocablo, y el título; y además de situarse en las antípodas de la ganadora del año pasado a la hora de abordar una relación homosexual (ternura vs. pornografía), de alguna manera logra poner en imágenes un cierto estado de ánimo que transita de la tristeza por la pérdida inesperada del ser querido al gozo en su recuerdo. Positivista, sí, pero no es menos cierto que es mucho más dificultoso hablar de las emociones y los sentimientos desde un punto de vista no desapasionado ni frío, sino mullido y cauteloso. Peca, eso sí, el primerizo Hong Khaou de un "exceso de democracia", que no le permite centrarse en ningún momento en lo mejor, con mucha diferencia, del film: las interpretaciones de la entrañable Pei-Pei Cheng, pero sobre todo de un extraordinario Ben Whishaw, un actor capaz de transformar el concepto "anticlimático" en una virtud que le da ese aire de "estar ahí desde siempre", y sin aspavientos. LILTING es un film tibio, eso también es verdad, y se deja ver sin mayores sobresaltos, pero es de celebrar que de vez en cuando podamos disfrutar una cierta rebaja de intensidad en un mundo (también el del cine) crispado y tan dado al color chillón; aquí hay mucho pastel, del que se corta, pero también del que relaja la pupila.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!