sábado, 18 de octubre de 2014

Películas para desengancharse #6



Todos deberíamos saber dónde están realmente nuestros límites para poder transgredirlos, crecer, sorprendernos a nosotros mismos. Me resulta complicado incluir a Claude Chabrol en este monográfico, es un autor que admiro y al que siempre he vuelto como fuente de inspiración; sin embargo, hay algo extrañamente impostado en MERCI POUR LE CHOCOLAT, no sé si es Isabelle Huppert, en un papel de verdad desagradecido, el de una cínica y manipuladora mujer que necesita tener a todo su entorno bajo control, pero de la que es imposible extraer un solo motivo que nos haga sus actos simplemente creíbles. Y no está mal, porque ella casi nunca está mal; así como me resultan muy estimulantes el papel del cantante Jacques Dutronc como un gran pianista que intenta superar la turbia muerte de su anterior mujer o la bellísima Anna Mouglalis haciendo de una niña pija con más inquietudes de lo que parece. En cierto modo es Chabrol puro, los personajes huelen a su cine y la trama, inevitablemente "hitchcockiana", es deudora de su mirada, la que le encumbró como uno de los nombres más importantes del cine francés. El problema podría ser la ubicación, menos definida, más inconstante, importando seguramente en menor medida el entorno, al cerrar la lente sobre los rostros y dejando para otros (mejores) momentos el paisaje, la sociedad capaz de moldear las voluntades de sus habitantes. No me llega tanto como la práctica totalidad de sus películas, y por ello, sin atreverme a considerarla como mala, ni siquiera inferior, sí parece obra de otro cineasta, o la copia perfecta de un incunable que sólo una lente perfectamente educada podría discernir. Pero, véanla, es Chabrol... aunque luego tengan que desengancharse...
Saludos.

2 comentarios:

Moisés dijo...

A mí me gusta mucho Merci pour le chocolat, es de esos últimos Chabrol (junto con La ceremonia o La dama de honor) que me intrigan, con su ambiente de suspense bien creado y sus dramas burgueses. Decir que Isabelle Huppert está bien es siempre quedarse corto, porque el papel en la película lo borda.

Un saludo

dvd dijo...

Insisto, y debo aclarar: me gusta la película (de hecho, amo el cine de Chabrol), pero hay algo que la hace demasiado consciente de sí misma, como si el director hubiese aflojado el vitriolo de su discurso.
Lo más importante: encantado de tenerle por aquí...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!