jueves, 30 de octubre de 2014

El after shave de los Coen y Kaurismäki



Sabía un par de cosas acerca de THE MAN WHO WASN'T THERE. Sabía que todo el mundo me hablaba de ella y que yo aún no la había visto. Sabía que era en Blanco y Negro. Puntos a favor y puntos en contra. Luego supe que a favor se tiene lo que no se espera, y que si se sabe demasiado sobre algo puede que todo se vuelva en su contra. Es, creo, la película más hierática de los Coen; y Billy Bob Thornton, Ed Crane, uno de sus mejores personajes de una galería apasionantemente larga. Luego es verdad que la película ofrece menos de lo que parece, es menos intrincada y más dada a la contemplación; es cine negro sólo porque así parece haber sido concebida, pero hay mucho de hastío existencial y cansancio metafísico en la historia de un anodino barbero cuya grisura es tal que parece desear desaparecer en cualquier momento. Es ahí donde los Coen encuentran la inspiración en Kaurismäki, en una gelidez formal inaudita y que paraliza cualquier tentación de estruendo. EL HOMBRE QUE NUNCA ESTUVO ALLÍ empieza como un film de Siodmak, continúa como lo continuarían los Coen y termina con una sentencia kafkiana, allí donde el absurdo se impone por su propio e insostenible peso. Es verdad que después de verla, al fin, no puedo decir que sepa muchas más cosas... ¿pero a quién le importa?...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!