sábado, 14 de diciembre de 2013

Cine en crisis #1



La crisis, las crisis. El cine en crisis... ¿en crisis? ¿Es lícito hablar de crisis en un sector sustentado durante décadas en el falso lujo y el dispendio indiscriminado y caprichoso? Sí, por supuesto; de "ese cine" debe salir, está saliendo, "otro cine", quizá más consciente de la situación económica actual, y no sólo para ajustar presupuestos, sino, lo que es más importante, para dar a conocer un estado de las cosas vergonzoso, el de ahora, sí, pero también el de no hace tanto. Incluso lo que hoy son superproducciones parecen obligadas a un mínimo de intentona cualitativa, cosa que solía provocar urticarias en aquellos "grandes creadores", y convengamos en que sólo unos cuantos han merecido disponer de colosales presupuestos. Y como la intención de este monográfico navideño no es otra que disuadirles de cualquier tentación especialmente rumbosa, vamos a dar cuenta aquí, en plan intransigentemente subjetivo, de algunos títulos que sería imposible acometer hoy día, si no por su producción en sí, desde luego que por su nulo sentido de la comercialidad.
Uno de los nombres que se ha ganado a pulso el apelativo de "derrochador" o "anticomercial" es el de Kevin Costner, y sobre todo el que surgió tras su desproporcionado éxito con BAILANDO CON LOBOS (no porque aquella fuera mala, sino por lo que ahora contaremos). O habría que buscarle el sentido a una película de tres horas sobre un tipo que se hace pasar por cartero en un apocalipsis fechado en... ¡2013! Flipa Felipa!!!... THE POSTMAN no sólo mareaba por sus números, sino porque su cuota de estrellas, si dejamos a Costner aparte, simplemente no existía, y lo más llamativo era la aparición ya muy al final (de valientes era verla de un tirón) de Tom Petty... ¡Tom Petty, muchachos!... En fin, yo la vi hace poco y me pareció aún más ridícula y deslavazada que entonces; una película hecha a manotazos, sin convicción alguna y que al lado del cañonazo postnuclear de, por ejemplo, MAD MAX, parece un telefilm para Disney Channel. Tiene pocas cosas para recordar y sí muchas para olvidar y no repetir, como el gilipollesco ejército que se supone que tiene a todo el mundo acojonado y que se divierte viendo... ¡SONRISAS Y LÁGRIMAS!... o la escenita del niño con la carta y el esforzado Costner yendo a galope tendido hacia él... Un despropósito, en definitiva, que hizo saltar más de una tapa de los sesos en la Warner, donde siempre habrá un lugar para este señor...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!