miércoles, 14 de septiembre de 2011

Salmos bienintencionados



Es curioso, muy curioso, patológico casi, que, con diez años de intervalo, dos películas sean tan diferentes y tan parecidas al mismo tiempo; que las supuestas virtudes de la hermana mayor sean descubiertas como meras supercherías comerciales por su pariente "pobre". En este caso, hablamos de aquella tomadura de pelo infumable que fue AMISTAD, la película que realmente hizo replantearse a Spielberg rodar otra vez INDIANA JONES, y la que hoy nos ocupa, AMAZING GRACE, en la que el veterano Michael Apted se deja de monsergas buenistas y se centra (menos mal) en consolidar un estupendo drama judicial (no tan obvio) en torno a la figura del abolicionista William Wilberforce, aceptablemente interpretado por el galés Ioan Gruffudd. Y son las interpretaciones el punto fuerte de un film que flojea cuando intenta subir sus pretensiones, lo que no ocurre demasiadas veces; aparte de contar con unas ambientaciones soberbias. Podemos ver a Albert Finney, Michael Gambon, Toby Jones, Ciaran Hinds y hasta al cantante Youssou N'Dour, lo que no es poco teniendo en cuenta lo desapercibida que pasó esta cinta en nuestro país. Pese a sobrellevar un lastrante "olor a telefilm", AMAZING GRACE es un correcto drama que evita complicarse la vida más de lo necesario y que sirve para ilustrar un poquito más aquellos infames tiempos (y lugares) en los que la vida de un hombre valía menos que la de un perro. No pasará a la historia como una película fundamental ni nada de eso, pero es mucho más entretenida que otras que intentaron aleccionarnos, reprendernos desde una especie de intocable púlpito, y eso siempre será mucho peor.
Saludos que apuestan por la libertad.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!