miércoles, 12 de enero de 2011

Sí, estoy hablando contigo



Aunque no fue su primera película, lo cierto es que MEAN STREETS significó la irrupción del Scorsese que hoy conocemos como de la familia y del que nos jactamos de ser seguidores. Éste fue el verdadero punto de partida para su particular exploración de los gangsters, sus motivos, orígenes, filias y fobias; todo un universo a la vez fascinante y repelente, con personajes con los que te identificas por su modus operandi pero con los que no te gustaría tener un trato cercano. Y es ese vivir salvaje, amoral (cada uno se construye su propia moral, claro), distinguido, traicionero e iconoclasta el que queda retratado perfectamente en este extraño, irregular film, que a veces parece ser lo que finalmente no es, aunque esto es mucho más fácil de discernir treintaytantos años después y con el devenir fílmico de Scorsese bien aprendido, claro.
MEAN STREETS habla de un tipo (Harvey Keitel) que debe decidirse entre ser un don nadie o ingresar definitivamente en el bando de los importantes; nos son mostrados, en sublimes escenas interiores, en el club sobre todo, los resortes por los que se mueve esta fauna cada noche; conocemos a Johnny Boy (tremendo deNiro, adelantando su Travis Bickle), ahogado por las deudas, viviendo al día y con una bala acechándole a cada instante; hay extorsión, monumentales borracheras, tiroteos, chulería a raudales... puro Scorsese. Y, aun así, es curioso observar cómo ya entonces lo que el maestro neoyorquino quería hacer realmente era "imitar" a la nouvelle vague trasladándola de la rue parisina a la Gran Manzana; se nota especialmente en algunas escenas vagamente románticas, con Keitel y su chica (relación algo sórdida y no del todo aclarada) retozando como unos Belmondo y Seberg cualesquiera, ahí Scorsese tira de sala de montaje y revienta el ritmo que había imprimido previamente. Éste es un hecho controvertido que fascina y exaspera a partes iguales, que dota de cierta entidad a un film que, seamos sinceros, aún estaba a años luz de las Posteriores grandes obras de su director, pero que en aquellos primeros años setenta supuso una considerable conmoción que, acertadamente, los "Cahiers" se apresuraron a registrar en sus páginas. Evidentemente, no se equivocaban.
Malos saludos.

3 comentarios:

Kinezoe dijo...

Tú lo has dicho: quizá sea irregular la palabra que mejor la define. Yo me desilusioné un poco la primera vez que la vi.

Saludos.

Cinemagnific dijo...

Es la completa antesala de esa obra maestra que es Taxi Driver, una de mis películas preferidas. La adoro a pesar de sus defectillos a esta Malas Calles.

David dijo...

La pelea de los billares aún me sigue impresionando.
Rastrera y barriobajera, por momentos ridícula. Creo que es la primera pelea que vi en el cine y pense: ¡Joder, si es como una bronca de verdad!
Nada que ver con una pelea Fordiana...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!