sábado, 22 de febrero de 2020

Tengo una muñeca... #3



En el terror "de baja intensidad", como el destinado a un público más joven, presumiblemente menos acostumbrado a las emociones fuertes, lo que prima es el susto fácil, el sobresalto, o el lugar común que casi se revisita con cierto alivio hogareño. ANNABELLE COMES HOME, último film realizado en torno a la muñeca diabólica, se promete algo que no es, y eso suele cabrearme bastante. No ha sido tanto porque la verdad es que me daba un poco igual, pero hay una jugarreta de fondo en la película que la deja en una ñoñería intrascendente, cuando lo que se anunciaba era el armageddon de esta supuesta serie de películas. Nada de eso, porque el arranque es bastante interesante, con el matrimonio Warren haciéndose cargo de Annabelle, y sufriendo las consecuencias de camino a su casa, donde la confinan en la famosa caja de cristal bajo la explícita advertencia "No abrir bajo ninguna circunstancia". Error. La película es en realidad un "Tom y Jerry" de toda la vida, justo cuando entran en escena los personajes que van a contar en adelante, que son la hija de los Warren, su niñera y una amiga, que pasarán una terrorífica noche por culpa de sus imbéciles imprudencias, mientras los padres se ausentan por cuestiones laborales. Imaginen: juegos de mesa, pastelitos rosa, aspirante a novio cantando una serenata y niñas corriendo por los pasillos mientras entonan su mejor OMG! Es lo peor que se puede trasladar desde una productora, venderte una cosa para terminar viedo otra. Por lo demás, igual de gris que las otras dos, así que alguien habrá que las haya disfrutado...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!