martes, 4 de febrero de 2020

Nuestros pequeños amores



Hoy no creo que vaya a decir nada sobre una película. No importa. Hoy lo que importa es darle un gran aplauso de despedida a uno de los grandes. Quizá no era el más brillante, y quizá los hubo más innovadores. A lo mejor no era muy original, y al final le salía una vena humanista (demasiado humanista) que le reconciliaba con sus iguales y contrarios. Tenía aspecto bonachón y decía de sí mismo que no sabía si era un gran director, pero sí que era uno de los mejores directores de Albacete. Genio y figura. Aquí había aparecido hasta en tres ocasiones, pocas, así que vamos a iniciar hoy un pequeñísimo, modesto homenaje a José Luis Cuerda, que parece que dejó hasta que pasaran los insoportables Goya para que no le derramaran lágrimas. Hasta para eso.
Su ópera prima s llamó PARES Y NONES, una comedieta sentimental a mitad de camino de Woody Allen y Fernando Trueba, y que aparte de las pintas y los 127 no ha pasado a la historia por nada en particular... Bueno, excepto por cierto monólogo de un tal Agustín González, que a lo mejor iba ya adelantando algo, no sé...
Hasta siempre, maestro. Aquí estaremos cada martes con usted...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!