lunes, 29 de mayo de 2017

Ataque podemita



AMERICAN HONEY parece perpetrada por un lobby de extrema derecha para arremeter contra todo lo que en Estados Unidos pueda oler a algo parecido al socialismo democrático y variantes perroflautistas. Ustedes saben, el exceso de entusiasmo suele derivar siempre en absurdos y vacuos artefactos como éste, una impenitente oda a la vacuidad emocional e infantilismo intelectual, que destapa lo que intuíamos en trabajos muy superiores, como FISH TANK, pero que aquí toma el aspecto de un pantagruélico y desmesurado videoclip sin pies ni cabeza. Una película de casi tres horas que comienza aceptablemente, permitiéndonos conocer en un par de trazos el mísero día a día de Star, su protagonista, que no duda en largarse con una troupe de vendedores de suscripciones a domicilio... ¿¿??... (ni pregunten), aunque el trasfondo sigue siendo invariablemente la farra etílica, el perreo rihannero y, claro, unos diálogos que yo recuerdo haber oído en impagables encuentros entre Bertín Osborne y Arévalo, dios gangoso del seudohumor ibérico. Aparte, está Shia LaBeouf metido con un calzador enorme, perdidísimo entre tanta rave. Arnold parece pretender epatarnos, contarnos un Huckleberry Finn moderno, mientras busca "su imagen" en esos parajes desérticos con luz crepuscular, o establece su inocentona crítica al sistema capitalista embriagando a la abúlica protagonista de los plácemes del entramado de urbanizaciones, donde igual da una ultracatólica que un cowboy alcohólico o un extractor de petróleo aburrido. No basta un encuadre, ni una paleta cromática o un momento suspendido en el tiempo que parezca eterno; a Arnold, América se le ha quedado tremendamente ancha e inasible, y su intento, aunque estimable en el esfuerzo, es, ya digo, como si Rajoy le hubiese escrito el discurso a Iglesias. Y como que no...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!