lunes, 23 de noviembre de 2015

D. W.: El padre del cine #39



Vamos a clausurar el prolífico año de 1919 para Griffith con una película que, aunque parezca traída por los pelos, a mí me parece de lo más significativa en estos tiempos tan raros que nos han tocado vivir. BROKEN BLOSSOMS era la típica historia de la joven que trataba de salir adelante en un ambiente complicado, y que en este caso eran los bajos fondos londinenses. Lillian Gish, en un papel hecho a su medida, sobrevivía como podía a la brutalidad de su padre, boxeador y alcohólico (eran los años 10...). Sin embargo, la originalidad del guion, firmado por el propio Griffith, reside en su montaje paralelo, en el que se nos va introduciendo en la vida de un chino budista que rechaza todo signo de violencia y determina que su vida ha de ser dedicada a la conversión y salvación de quienes sufren o practican actos violentos. Este singular personaje acaba confluyendo, cómo no, en el suburbio londinense de Limehouse, decidido a terminar con el suplicio de la joven, aunque ésta, por desconocimiento, lo toma como todo lo contrario, una especie de exótico "violador" de jóvenes virginales. Así, el dominio narrativo de Griffith obtiene aquí una nueva prueba de superación, combinando los flashbacks del noble chino junto a su maestro, los de la joven intentando no olvidar los consejos de unas prostitutas, e incluso los del malogrado boxeador, empeñado en recordar que una vez le ganó un combate a otro boxeador aún más olvidado que él. Obviando las muchas escenas que se centran en su totalidad en explotar las miradas entre Gish y Barthelmess, BROKEN BLOSSOMS es un prodigio de sintaxis y de expresividad del mínimo recurso, una nueva prueba de que el cine, en aquellos momentos decisivos, iba no sólo construyéndose, sino afirmándose como expresión artística.
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Pfff, necesito tiempo para comentar esto como se merece.

dvd dijo...

Esto lo hubiese firmado un James Gray de la vida y estamos todos turulatos durante un tiempo...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!