viernes, 27 de noviembre de 2015

Corazón sin tiempo



Irremediablemente romántica, seria, como una película de animación puede ser también, y con un trasfondo poético tristísimo, que sólo es revelado en su hermoso final, un final capaz de conmover al más pintado, JACK ET LA MÉCANIQUE DU COEUR funciona como el maltrecho corazón de su protagonista, un muchacho condenado a no poder enamorarse, ya que el mecanismo que lo sustituye, un reloj de cuco, podría romperse y matarlo. Esto podría ser la perdición del film, que parece confortable en sus impactantes diseños, muy alejados tanto de Japón como del "canon" Disney; sin embargo, una vez la premisa echa a andar (el protagonista cruzará media Europa para encontrarse con su amada, una cantante española), el guion y sus resoluciones se tornan cada vez más sorprendentes, conformando un inteligente collage en el que caben desde Jack "el destripador" a un incipiente Méliès, que se convierte en el guía perfecto para un soñador como Jack. La dificultad, y por tanto también su valor principal, es conciliar esos mundos aparentemente antagónicos, el infantil y el adulto; cierto es que su siniestra estética puede retraer a más de un infante, pero en el caso contrario tiene todo a su favor, pues no pasa de puntillas por el amor ni por la muerte, tampoco los banaliza ni obvia, sino que usa la exuberancia de su puesta en escena para elaborar un magnético juego de referencias tan estimulante como, en último término, emocionante. No hay malos, pero al pobre Jack se las harán pasar canutas, precisamente por tener un buen corazón, aunque sea artificial; y la bondad, en este caso, responde siempre a unas conductas meditadas, que necesitan de la experiencia que se desprende del viaje, un viaje que también lo es a lo que una vez nosotros mismos fuimos...
Maravillosa.
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Snif, qué preciosidad.

dvd dijo...

Yo creo que tiene uno de los mejores finales que he visto nunca, en animación o no... Alguna lagrimilla se escapó...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!