viernes, 28 de noviembre de 2014

Películas para desengancharse #24



      -"Las rosas no deben llorar al alba. Que su rocío endulce su pena y tape esas lágrimas..."


No es poco menester ver BLOW-UP y haberla disfrutado; porque ya, de haberla entendido... Sí, la del fotógrafo que conduce un Rolls Royce y trata a las modelos como mierda y se compra la hélice de un barco... ¿o es un avión?... La del fotógrafo que deja plantado a todo el mundo en plena sesión y se va a un parque a hacer fotos. La del fotógrafo que persigue a una chica y luego huye de ella... y luego se va al cine con ella y luego ve a su mujer con otro y le da igual porque en el Swinging London, justo antes de que Pink Floyd publicase su primer disco, la gente estaba así de pirada. Digo yo... Luego es justo reconocer, también, que Antonioni consigue una obra de una belleza formal excepcional; hipnótica y malsana, parece buscar un esteticismo vacuo para tirarlo todo por la borda y acercarse a un naturalismo casi pasoliniano. En el incesante, alocado, neurótico e hiperactivo devenir de este fotógrafo (un inolvidable David Hemmings) cabe todo eso, y podríamos afirmar que casi nada de ello es en realidad tan importante como para conformar un argumento real. Yo no me atrevería a hablar de que la excusa sea el descubrimiento de un cadáver en una de las fotos que le tira a la pareja espiada; ésa podría ser su obsesión a partir de ahí, pero bien parecería que, en una metáfora sin moraleja, Antonioni intenta hacer las veces de fotógrafo él mismo, apresar un instante de gloria y exaltación, como el recuerdo de un niño antes de que se desvanezca o ese momento en el que nos creímos enamorados por primera vez. Aquél fue un momento único, según los que allí lo vivieron; por tanto, no el asesinato como elemento de intriga, sino el asesinato de lo que ese fotógrafo parece necesitar constatar para que no se le vaya. La juventud, el amor, la furia, el ruido... las imágenes...
Si después de leer esto siguen sin entender una papa de la película, es mejor que no sigan intentándolo sólo porque a los caimanitas les guste tanto y la defiendan tanto. Aprovechen y desengánchense...
Saludos.

4 comentarios:

David dijo...

Creo que he visto toda la filmografía de Antonioni (cortos incluídos)excepto el documental ese de China (a veces sufro por el arte, pero por ahí no pasé, que duraba más de 200 y pico minutos)... Y eso es todo lo que voy a decir de esta peli. Bueno, y que también la tengo en dvd (pero creo que todavía con el plastiquito... y así seguirá mucho tiempo, me da).

dvd dijo...

A mí esta película me gusta como experiencia iniciática, o como enciendemechas de gafapastas con ínfulas de creador veraz. Más allá de eso, es un batiburrillo, y supongo que Antonioni se lo pasaría pipa moldeando el swinging London al estilo mediterráneo. Me gusta, pero no me vuelve loco... ¿o era al revés?...

Mister Lombreeze dijo...

yo la vi cuando era jovencito en un par de ocasiones sin entender absolutamente nada de lo que se contaba. No me he vuelto a molestar en verla de nuevo.

Su protagonista me caía fatal; era una especie de misógino sicodélico muy cargante. Y fue decepcionante el comprobar que no salía tanta teta como me habían dicho.

Y ahora la nota edificante para caimanitas despistados.

Los del tenis imaginario no son mimos, están practicando un ritual llamado Rag Week.

Una advertencia de regalo de parte de un veterano cinéfilo para que los nuevos gafapastas no metan la pata en sus tertulias de café y absenta.

dvd dijo...

Bien por el apunte...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!