martes, 15 de diciembre de 2020

Al otro lado del muro


 

Hace un par de días, despedíamos a John Le Carré, otro grande que se nos va de manera imprevista. David John Moore Cornwell, si le quitamos el seudónimo, que fue antes agente que novelista, que impregnaba esas portadas de edición barata de los aeropuertos de la majestuosidad de su solo nombre, remitente a cuando los best sellers eran otra cosa. Le Carré daba la impresión de haber estado siempre ahí, de conocerlo todo, de no revelar más que lo que sus novelas, impregnadas de lacónicos y solitarios espías, necesitaban para revelarnos una realidad oculta al común de los mortales. Su escritura siempre iba un paso más allá de la mera novela de espías, más cerca del análisis psicológico que de la acción en sí; mostrando un corolario de falsas apariencias, que emparentaba sus historias prácticamente con el género fantasmal. Mi favorita siempre ha sido THE SPY WHO CAME IN FROM THE COLD, que también fue la primera suya en encontrar adaptación cinematográfica, concretamente como un proyecto absolutamente personal del director Martin Ritt, que adapta su estilo, seco y naturalista, al de Le Carré, conformando una de las mejores películas de espías de todos los tiempos. La historia nos acerca a Alec Leamas, un tipo inabordable, poseedor de una mirada que parece traspasarlo todo (gran trabajo de Richard Burton), y que habita una tierra de nadie, la de los espías que deben aparentar por todos los medios que en realidad son personas normales. Este aspecto es captado en la primera parte del film, con Leamas dando forma a un personaje encima de otro personaje, llegando a hacer dudar al espectador de a quién está viendo en realidad, o si no será esa realidad inventada la única vida que le queda a este hombre, que sólo puede sobrevivir en el disfraz moral. Una película que no ha perdido nada de vigencia, aunque ya no exista el muro, o los espías prefieran sentarse ante un teclado, y que es, aparte de una lección de cine y de interpretación, una lección de escritura por parte de un escritor irrepetible.
Saludos.

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