viernes, 4 de noviembre de 2016

Asesinos. Asesinatos. Víctimas



Desconozco si la plataforma Netflix tiene una línea "editorial" claramente identificable o, como nos llevan vendiendo desde hace tiempo, son la "gran esperanza blanca" del VOD. El documental AMANDA KNOX desde luego no ayuda a que nos hagamos seguidores de lo que, a todas luces, yo identifico como un camelo que parece un chiste malo. El envoltorio es lo que parece contar en estos tiempos de mediocridad general, y si no se dejan engatusar por la pedrería barata con lo que se van a topar es con un capitulito especial de "Crímenes imperfectos" haciéndose pasar por el sumun del documental de investigación. Luego está el caso en sí, que apenas supone tres o cuatro minutos de reflexión: carnaza de sensacionalismo barato y adobado por los apuntes exóticos de la nacionalidad extranjera de los implicados.
No me gustaría destriparles el asunto a los que seguro van a disfrutar mucho con este bostezable documental, pero más o menos viene a dar cuenta de un suceso ocurrido en Perugia en 2007 y cuyos ecos y resonancias se han mantenido hasta hace apenas un año. Amanda Knox es una estudiante proveniente de Seattle que llega a la ciudad italiana a ampliar conocimientos, allí conoce a Raffaele, con quien inicia una relación, y a Meredith, una chica inglesa con la que compartirá una casita. Un día, Meredith aparece brutalmente asesinada en su domicilio, y la investigación, atando cabos, culpa a la pareja, sin embargo el caso se va complicando cada vez más.
En mi opinión, y teniendo en cuenta que ya existe una sentencia firme, lo que Netflix (o los directores/documentalistas, caso de no ser meros asalariados) busca vehementemente es el destello y el titular, exactamente igual que la mayoría de periodistas que cubrieron el caso, y como ejemplo está el único al que dotan de relevancia, que termina excusándose por haber metido la pata, pero "la profesión es así"...
Muy moderadamente entretenida.
Saludos.

2 comentarios:

Jimmy FDZ dijo...

En Netflix confío bien poco, por no decir nada. Saben venderse, pero como creadores/productores de contenido les hice la cruz hace rato (sospecho que quieren dominar el mundo y que, eventualmente, serán los únicos que decidirán qué se hace y qué no se hace, y como la calidad no es su principal interés, entonces será la perdición de muchos... aunque quizás no del vulgo).
Pero bueno, si hay excepciones, son sólo eso.
Saludos.

dvd dijo...

Pues no lo sé, no he llegado a conclusiones tan profundas, entre otras cosas porque me han venido ofreciendo Netflix insistentemente y con la misma insistencia lo he rechazado. Debe ser porque nunca me ha gustado que me programen la vida... Este documental, ya digo, de ser ejemplo de cierta "línea editorial", promete mucho más de lo que finalmente ofrece. No es una basura, pero me parecería un insulto presentarlo en un festival de documentales, por ejemplo.
Ilustraré esto mucho mejor a medida que vaya introduciendo documentales de mayor enjundia, que será uno por semana.
Un saludo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!